Dos años. Es el tiempo que Hernán Miranda lleva compaginando su vida personal con dos empleos simultáneos. Dos trabajos que muchas veces le han llevado a tener semanas de siete días laborales, de lunes a domingo. A diario en su empleo principal como educador en ... el centro regional Zambrana y los fines de semana en el Valle de los Seis Sentidos de Renedo. Trabajar todos los días con un objetivo, alcanzar una estabilidad económica. «Para mí es lo más importante para poder hacer planes de futuro», explica Miranda.
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A pesar de compaginar dos trabajos todavía no ha logrado esta estabilidad. Primero porque el contrato que tiene en su empleo principal como educador en el centro es discontinuo -le renuevan mes a mes- y su sueldo varía en función de la necesidad que tenga el centro. «Estoy cubriendo bajas y hay semanas donde trabajo solo dos días y otras donde estoy de lunes a viernes. A final de mes, paso las jornadas que he trabajado y en función de ello tengo un sueldo. Así como hay meses buenos hay otros peores, por ejemplo en octubre trabajo solo dos días entre diario», relata este pluriempleado.
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Sergio García
Con dos trabajos la conciliación también es más complicada, ya que además en el Valle de los Seis Sentidos siempre trabaja durante los fines de semana. «La vida social se reduce a la mínima expresión. En mi caso también es difícil planificar los días libres porque a veces pueden llamarme, si hay necesidad, para cubrir jornadas que no tenía marcadas en el cuadrante. Los fines de semana, por ejemplo, también lo tengo complicado, porque los trabajo todos», comenta Miranda. Los horarios también son otro problema que dificulta su conciliación desde hace meses. En el caso del centro Zambrana alterna entre tres jornadas diferentes: de mañana, tarde y de partido. En su segundo empleo siempre trabaja de 14:00 a 21:00 horas. «Por ejemplo los fines de semana no puedo quedar nunca a comer, que es un plan que me gusta bastante», apunta.
La mayoría del sueldo que Miranda ingresa a final de mes se va en el alquiler. Paga 480 euros por un piso en el entorno del Clínico de Valladolid. «También me quiero comprar una casa, pero para ello necesito una estabilidad económica que no consigo ni con dos trabajos. Es un ritmo extenuante, pero quiero tener planes a años vista. Al final te acostumbras a vivir cansado, cuando me voy a dormir pienso que tengo un futuro que mantener», explica. De momento, se mantiene a la espera de una oportunidad laboral que le permita conseguir esa estabilidad económica. Sus previsiones de cara a 2024 son encontrar un puesto adecuado o seguir en la misma situación. «De momento no estoy buscando, pero en cuanto tenga la oportunidad salgo corriendo del pluriempleo. Otra de mis opciones es opositar, pero es algo más difícil ya que no tengo la nacionalidad española», continúa.
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Miranda, de 29 años, es natural de Honduras y emigró desde Tegucigalpa hasta España en 2014. Llegó a Valladolid para estudiar Trabajo Social en la Universidad de Valladolid, carrera que terminó para después comenzar un máster en Sexología en la Universidad Europea Miguel de Cervantes. Durante su primera etapa en la UVA compaginaba los estudios con un trabajo en hostelería los fines de semana y en su último tramo de formación ya sabía lo que era estar pluriempleado. «Durante un tiempo trabajé en una empresa informática -dentro del departamento de responsabilidad social y empresarial- y también en un campamento como monitor los fines de semana», relata Miranda. A pesar de la dificultad, sacó adelanto su formación, algo con lo que quiere continuar pero que ahora ve más complicado.
«Tu tiempo libre se reduce y eso afecta a la vida personal, pero también a la académica. Hace un año me matriculé para hacer una FP a distancia sobre desarrollo de aplicaciones móviles, pero tuve que dejarlo porque era imposible. Ahora lo he vuelto a intentar y empiezo la próxima semana, espero que vaya bien», relata. La distancia con su familia es otro de los aspectos que más le afecta. «Desde 2014 no han venido ninguna vez, me gustaría tener un trabajo que me permita traerlos. De momento, es imposible», zanja.
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