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Diez euros son dos kilos de pasta, uno de conservas, uno más de arroz, uno de aceite, la cesta básica para que un hogar formado por tres personas (pareja y un hijo) puedan afrontar mejor las dificultades económicas destapadas por la crisis del coronavirus. ... Es el cálculo efectuado por el Banco de Alimentos y la obra social de La Caixa para la campaña que han lanzado esta semana con el objetivo de revitalizar la recogida de fondos que a mediados de marzo inició la entidad solidaria. El fin es obtener dinero con el que financiar la compra de víveres (a falta de operaciones kilo) que luego se repartirán entre las familias más desfavorecidas. En Valladolid, en los últimos meses, se han recaudado cerca de 200.000 euros, suficiente para garantizar el suministro hasta después del verano, según confirmó este jueves el presidente del Banco de Alimentos, Jesús Mediavilla. Eso, si se mantiene en los próximos meses la situación actual. «Por desgracia, parece que no será así, que el mercado laboral se resentirá mucho y que habrá más familias que necesiten nuestra ayuda», asegura Mediavilla. El riesgo: que una larga crisis impida cicatrizar las heridas abiertas por los ERTE y los despidos provocados por el coronavirus, la reclusión domiciliaria y el parón económico.
Coronavirus en Valladolid
Juan J. López
«Las aportaciones de particulares han bajado un poco durante las últimas semanas, pero al reanudarse la actividad en varias empresas, se han incrementado las donaciones que provienen por esa vía», indica el presidente del Banco de Alimentos, entidad que ha recuperado el «trabajo normal», después de restringir los horarios de atención durante el confinamiento. Este miércoles, reanudaron el reparto de frutas y verduras (esta semana, peras y manzanas), al recibir de nuevo los excedentes que ceden las entidades agrarias. «Y hemos incrementado de cuatro a seis los litros de leche que repartimos», indica Mediavilla, quien cifra en 60 kilos las cantidades que perciben las 15.000 familias vulnerables con las que se inició la crisis sanitaria. «Ahora, ya son más».
No hay, sin embargo, cifras definitivas y se está a la espera de cómo evolucione la situación durante las próximas semanas. La esperanza es que todos aquellos hogares estrangulados por los ERTE puedan ver cómo sus miembros reanudan su actividad laboral y pueden salir así del bache extraordinario vivido estas semanas. «Hasta que los trabajadores sociales y los Ceas no hagan las valoraciones concretas, no sabremos exactamente el alcance de esta crisis», admite Mediavilla.
Cruz Roja es la entidad que se ha hecho cargo de forma mayoritaria del reparto entre las nuevas familias, a la espera de que, con un expediente de los Ceas, su situación se pueda derivar a otras entidades de reparto (en asociaciones o parroquias). Cada día, atienden a cerca de cien familias. Son el 30% más que en una jornada anterior a la crisis del coronavirus. Han tenido que reforzar equipos. Que hacer también repartos en festivos y fines de semana. «Al final, el incremento de beneficiarios se sitúa en torno al 40%», asegura Beatriz Ronda, quien subraya que es complicado fijar una cifra concreta.
Especiales coronavirus
«Hay personas con las que ya trabajabámos y otras que solo han necesitado el recurso durante una semana, hasta que han ingresado el dinero de los ERTE». Y esta es la «palabra estrella» durante estos días. La causa esgrimida por muchas de las personas que se acercan a Cruz Roja para reclamar una primera ayuda de emergencia. «Nuestras preocupación –alerta Ronda– es que esta situación puntual se cronifique». Por eso, trabajan también con estas familias «para que no queden descolgadas del mercado laboral» y que puedan recuperar su trabajos o encontrar un empleo «cuando el engranaje vuelva a funcionar».
«Estas semanas vemos familias que no suelen ser el perfil habitual de quienes acuden a los servicios sociales», añade Carmen Valderrey, trabajadora social de Entrevecinos, proyecto solidario que presta atención a 38 familias que no acceden a otro tipo de ayudas y recursos. «Las personas que llegan nuevas durante estas semanas responden a situaciones que no se tienen por qué cronificar. Son familias que no han cobrado todavía los ERTE y que no perciben ingresos. Si recuperan su empleo, posiblemente no sigan necesitando el servicio», indica Valderrey, quien recuerda que la situación, en todo caso, se puede prolongar, debido a las dificultades aún en el sector hostelero o el de servicio de hogar. «En Entrevecinos trabajamos con ellos para la búsqueda de empleo o la tramitación de ayudas y vemos que el mercado laboral está ahora muy parado, sobre todo en el sector servicios». Sí que hay más esperanza de hallar un empleo temporal en las campañas agrícolas. Mientras tanto, continúan con este reparto mensual de comida y productos de limpieza e higiene. «Tal vez sean los que más necesitamos ahora. Es habitual la donación de alimentos, pero no tanto de unos artículos que ahora, por las necesidades sanitarias, son tan importantes, como la lejía», explica Valderrey.
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