Los bomberos acceden al interior de la vivienda para sofocar las llamas en la calle Sajambre. Á. Muñoz
Sucesos en Valladolid

Llamas de tres metros de altura en un chalé de Las Villas al prenderse las ascuas de una barbacoa

Habían sido apagadas el día anterior, pero se reavivaron por las altas temperaturas de este domingo

Álvaro Muñoz

Valladolid

Domingo, 12 de junio 2022

El único afán de los policías, municipales y nacionales, sobre las 16:30 horas era pulsar todos los timbres de las casas aledañas al 58 de la calle Sajambre. Las llamas, en el patio de esa vivienda unifamiliar, sobrepasaban los tres metros y solo querían ... desalojar a todo vecino en la hora de la siesta hasta la llegada de los bomberos.

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Fueron unos minutos de tensión, de actuar a contrarreloj y esperar a que el servicio de extinción de incendios llegara para conocer qué estaba ocurriendo en el interior. «Estábamos a la altura de El Corte Inglés de Zorrilla y no hemos necesitado que nos avisaran porque veíamos una larga columna de humo», apuntaba un policía municipal aún con el susto en el cuerpo.

Eso sí, los vecinos descolgaron sus teléfonos y avisaron al 112 porque tenían miedo de que ese imperante fuego se trasladara a sus hogares. No fue así, afortunadamente, porque la rápida actuación de los bomberos dejó en un sorpresivo incidente el fuego de la calle Sajambre.

Los dueños estaban en el centro

Según las primeras hipótesis, las llamas se originaron en una bolsa de plástico en la que se hallaban las ascuas de una barbacoa del día anterior. Los propietarios del inmueble, que en el momento del incendio se encontraban comiendo en un bar del centro de Valladolid, las apagaron esa misma tarde, pero el calor de este domingo ha propiciado que se reavivaran.

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Ahí se originó un fuego que se trasladó a una caseta de madera que los dueños tienen en el patio, afectando a dos bicicletas y abombando el suelo de baldosa.

Precisamente, que los dueños se encontraran fuera de su hogar obligó a los bomberos a desplegar la escalera para sofocar desde las alturas las llamas. En ese momento, llegaron los inquilinos (un matrimonio con dos hijos), que abrieron la puerta principal para un fácil acceso. «Se ha quedado en susto», explicaban los hijos a otros vecinos.

Un susto que podría haber sido más preocupante, según reflejaban bomberos y policías tras la intervención. «Menos mal que el viento no soplaba en dirección de las otras casas. En ese mismo patio había bambú, y en las otras casas, los vecinos tenían desplegados los toldos. Menos mal...», comentaban mientras recogían los bártulos.

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Por ese motivo, inciden en la importancia de que, aunque las ascuas estén apagadas, echar agua para que «no suceda lo de esta tarde».

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