Secciones
Servicios
Destacamos
El único afán de los policías, municipales y nacionales, sobre las 16:30 horas era pulsar todos los timbres de las casas aledañas al 58 de la calle Sajambre. Las llamas, en el patio de esa vivienda unifamiliar, sobrepasaban los tres metros y solo querían ... desalojar a todo vecino en la hora de la siesta hasta la llegada de los bomberos.
Fueron unos minutos de tensión, de actuar a contrarreloj y esperar a que el servicio de extinción de incendios llegara para conocer qué estaba ocurriendo en el interior. «Estábamos a la altura de El Corte Inglés de Zorrilla y no hemos necesitado que nos avisaran porque veíamos una larga columna de humo», apuntaba un policía municipal aún con el susto en el cuerpo.
Eso sí, los vecinos descolgaron sus teléfonos y avisaron al 112 porque tenían miedo de que ese imperante fuego se trasladara a sus hogares. No fue así, afortunadamente, porque la rápida actuación de los bomberos dejó en un sorpresivo incidente el fuego de la calle Sajambre.
Según las primeras hipótesis, las llamas se originaron en una bolsa de plástico en la que se hallaban las ascuas de una barbacoa del día anterior. Los propietarios del inmueble, que en el momento del incendio se encontraban comiendo en un bar del centro de Valladolid, las apagaron esa misma tarde, pero el calor de este domingo ha propiciado que se reavivaran.
Ahí se originó un fuego que se trasladó a una caseta de madera que los dueños tienen en el patio, afectando a dos bicicletas y abombando el suelo de baldosa.
Precisamente, que los dueños se encontraran fuera de su hogar obligó a los bomberos a desplegar la escalera para sofocar desde las alturas las llamas. En ese momento, llegaron los inquilinos (un matrimonio con dos hijos), que abrieron la puerta principal para un fácil acceso. «Se ha quedado en susto», explicaban los hijos a otros vecinos.
Sucesos en Castilla y León
Un susto que podría haber sido más preocupante, según reflejaban bomberos y policías tras la intervención. «Menos mal que el viento no soplaba en dirección de las otras casas. En ese mismo patio había bambú, y en las otras casas, los vecinos tenían desplegados los toldos. Menos mal...», comentaban mientras recogían los bártulos.
Por ese motivo, inciden en la importancia de que, aunque las ascuas estén apagadas, echar agua para que «no suceda lo de esta tarde».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.