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Los peatones sortean las vallas en el tramo de la calle Soto en el que se va a sustituir la tubería del agua. J. Sanz

La sustitución de la tubería de la calle Soto de Valladolid durará tres meses y costará 300.000 euros

Los operarios renovarán el conducto completo, que sufrió seis roturas hace dos semanas, en un tramo de 400 metros y las acometidas de la vía

J. Sanz

Valladolid

Miércoles, 3 de febrero 2021, 07:12

Las máquinas comenzarán este miércoles a descubrir la tubería de fibrocemento de la calle Soto que se sufrió seis roturas consecutivas entre los días 15 y 21 de enero para acometer la renovación del tramo completo del conducto en los cuatrocientos metros a lo largo ... de toda la vía, del lado de los impares, entre la avenida de Palencia y la calle Cardenal Torquemada. Serán tres meses de obras, aprobadas con carácter de urgencia por el Ayuntamiento, que afectarán no solo al tránsito peatonal en esta calle más que comercial de La Rondilla sino también a los estacionamientos, ya que los trabajos no solo afectarán al lado de los impares, por donde discurre la tubería y que se ha convertido ahora en un laberinto de vallas y zanjas para los peatones, sino también al de los pares para la renovación de las acometidas de los bloques de viviendas.

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La compañía garantiza el suministro con el 'by pass' instalado y solo anuncia cortes «programados» y puntuales durante la obra

Los trabajos, en principio, solo implicarán cortes puntuales y «programados» de suministro que la empresa pública Aquavall se compromete a avisar con antelación a unos vecinos que prácticamente estuvieron sin agua durante ocho días mientras el conducto de fibrocemento –el material más antiguo de la red– de 150 milímetros de diámetro se hacía añicos hasta en seis puntos distintos en el tramo comprendido entre la avenida de Palencia y la calle Portillo de Balboa. La sucesión de roturas, y los consiguientes cortes del suministro y reparaciones puntuales en los distintos tramos afectados, obligaron a la compañía a habilitar una suerte de derivación provisional con una manguera para garantizar el suministro de manera provisional a los residentes. Este 'by pass' será el que mantenga dicho suministro hasta que concluya la renovación del tramo completo de la vieja tubería.

Hormigonado de la fuga del puente de la avenida de Santander. J. Sanz

Las obras, cuyo inicio se anunció hace dos semanas, a raíz del último reventón, comenzaron de manera tímida el lunes y el martes los operarios terminaron de colocar las vallas que perimetrarán la zona de trabajo para que este miércoles entren las máquinas en la calle Soto para comenzar a descubrir el conducto. Las obras, de entrada, no causarán cortes de circulación en la calle salvo «en momentos puntuales», aunque sí tendrán que suprimirse decenas de plazas de aparcamiento a los dos lados de la vía durante los tres meses inicialmente previstos para ejecutar los trabajos. Las señales que anuncian la prohibición de aparcar del lado de los pares están ya colocadas en el primer tramo entre la avenida y la calle Olmo. Esta última está ahora abierta al tráfico después de semanas cortadas en la intersección con Soto.

Cruce con el paseo del Cauce

Los operarios de Aquavall, en paralelo, han trabajado en las últimas semanas en la sustitución de otra tubería, en ese caso del doble de diámetro (300 milímetros), que sufrió en paralelo dos reventones los días 14 y 21 en el cruce de la avenida de Santander con el paseo del Cauce. Allí continúa cortada la salida desde el paseo y un lateral del puente sobre el Esgueva para los peatones. Los trabajadores extendieron ayer la capa de hormigón a falta de reponer el firme de la acera sobre el puente y de asfaltar el tramo de la calzada de la intersección para su reapertura en los próximos días. Inicialmente se anunció que estos trabajos se pospondrían, al no acusar cortes de suministro, para iniciar de inmediato la sustitución de la tubería de la calle Soto, si bien ocurrió al contrario dada la dimensión y los plazos de está última intervención.

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En los dos casos fueron tuberías de fibrocemento las que se fracturaron, un material presente aún en 230 kilómetros de la red de agua potable con una antigüedad de hasta cincuenta años.

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