Un supermercado y tres bares darán vida a la nueva plaza de La Milagrosa en el barrio de Delicias de Valladolid
El espacio de 1.400 metros cuadrados abierto entre las calles Cádiz y Huelva rinde homenaje con su nombre al comedor social
Los vecinos de la maraña de bloques de viviendas del núcleo de Delicias situado entre los paseos de San Isidro y San Vicente acaban de ... estrenar una nueva plaza en el corazón de este conjunto residencial, entre las calles Cádiz y Huelva, bautizada como de La Milagrosa, en reconocimiento a la labor del cercano comedor social de la parroquia de La Milagrosa. El nuevo espacio público, que nació de la demolición de los antiguos talleres GYM –una mole de hormigón y uralita que fue abandonada en 1999–, cuenta con una superficie de 1.400 metros cuadrados, suficientes para incorporar un parque infantil, arbolado y bancos.
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Todo ello en torno a un nuevo bloque de 54 viviendas, repartidas en tres portales de cuatro alturas y áticos, que cuenta en sus bajo con cinco locales comerciales que ya tienen inquilinos. Tres bares y un supermercado tienen previsto abrir sus puertas en esta plaza antes de que acabe el año. Un quinto local, el más pequeño, busca aún inquilino para la apertura de algún pequeño comercio. Los futuros negocios, cuya construcción está ya en marcha, crearán un mínimo de 35 puestos de trabajo y, sobre todo, darán mucha vida a esta plazoleta, la cuarta en estas manzanas de viviendas nacidas entre los años sesenta y setenta.

Un bloque de 18 viviendas sustituirá al histórico picón del bar Gredos
Las máquinas trabajan ya en el solar abierto a costa de la reciente demolición del histórico edificio que ocupaba la esquina del paseo de San Vicente con la calle Canterac, cuyos bajos ocupó el bar Gredos desde su construcción en 1934 hasta el desalojo de las doce viviendas del inmueble en 2017 (el veterano negocio de hostelería se mudó a la calle Arca Real). El edificio, que carecía de catalogación, fue derribado en abril y los operarios comenzaron hace apenas unas semanas con las obras para levantar en su lugar un nuevo bloque de dieciocho viviendas, con garaje y un local comercial, cuya finalización está prevista en un plazo aproximado de dos años, según confirmó ayer la promotora.
La silueta del antiguo inmueble de dos alturas, cuyo mal estado condujo a su desalojo en febrero de 2017, aún se dibuja en los bloques colindantes como testigo mudo de la ausencia de un edificio que cumplió 87 años antes de su demolición. Aquel picón con vistas a los talleres de Renfe forma ya parte de la historia de Delicias. Un nuevo bloque verá allí la luz dentro de dos años.
El proyecto, que ahora está a punto de ver la luz en su integridad, nació hace quince años y tuvo que esperar hasta 2018 para comenzar a ser una realidad de la mano de una constructora local (Cavidel), una firma cuyo fundador ya levantó tres bloques de viviendas a finales de los años sesenta en la misma calle Cádiz –aquello fue el germen de la urbanización del entorno– a la que ahora se abre la nueva plaza en torno a los bloques de viviendas de reciente construcción (a cargo de su hijo y heredero de la firma).
Los nuevos negocios crearán 35 puestos de trabajo y prevén abrir este mismo año a partir del mes de septiembre
Otro empresario local vio allí una oportunidad de negocio con la próxima apertura de tres bares –ya bautizados como Amarillo Limón, Volcánico y Mar O'Donnell (en recuerdo del héroe irlandés que recibió sepultura en el antiguo Convento de San Francisco)–, que abrirán sus puertas de manera escalonada a partir de «septiembre», según anticipó ayer el impulsor de los proyectos, quien anticipó que «es un espacio perfecto en el que cada negocio, a cargo de empresarios distintos, podrán habilitar terrazas amplias de entre 20 y 25 meses cada uno». Entre los tres crearán una veintena de puestos de trabajo.
A propuesta de la constructora
El resto, en torno a otros quince empleos, vendrán de la mano de un supermercado, que ocupará un local de quinientos metros cuadrados, situado entre los portales de los números 1 y 2 de la plaza de La Milagrosa. «La idea es que pueda abrir también sus puertas antes de que concluya el año», apuntan las fuentes consultadas.
El nombre de la plaza, cuya urbanización concluyó la pasada primavera, fue propuesto por la propia constructora y admitido por el Ayuntamiento –la plaza ya luce las placas oficiales–. «Nos pareció una forma bonita de rendir homenaje a un comedor social al que hemos visto ayudar, y que lleva años haciéndolo, a los más necesitados, en especial, durante los meses más duros de la pandemia cuando estábamos aún de obras», explica Mario Villa, el actual responsable de la empresa.
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