Una vecina del hombre fallecido: «No subía la persiana desde las Navidades y, al final, avisé yo y le encontraron muerto»

La mujer, de 82 años, recuerda cómo en un primer momento pensaron que «quizás se hubiera ido a pasar las vacaciones fuera». Pero no. «Comenzamos a preocuparnos al ver que la persiana que se ve (solo una da al pasillo común al aire libre de la entrada a las viviendas) seguía bajada y, aunque aquí tampoco teníamos claro sí debíamos decir algo por la cosa de no meternos en la vida de los demás, al final me presenté en la oficina de Viva el miércoles», recuerda Paquita.

Los agentes acudieron después con un cerrajero y nada más abrir les recibió un «olor insoportable». No se percibía fuera, ya que la casa estaba cerrada a cal y canto, pero lo cierto que el estado del cuerpo del inquilino evidenciaba que llevaba semanas fallecido en su interior.

Los residentes, salvo los cuatro universitarios que conviven con ellos, son todos mayores de 65 años y pagan alquileres mensuales inferiores a los 300 ­euros.