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Patricia González
Medina del Campo
Martes, 15 de enero 2019, 18:18
Las partes implicadas en la solución de la situación actual de la empresa Made, con sedes en Medina del Campo y La Coruña, se mostraron este martes dispuestas a hacer concesiones que puedan facilitar la llegada de un inversor que solvente el estado actual de ... las plantas. Es tal y como se pronunciaron los representantes tanto de la Xunta de Galicia y de la Junta de Castilla y León, como del comité de empresa, de la administración concursal y de Abanca, principal firma acreedora de la compañía, que participaron en una reunión que tuvo lugar en la sede del Gobierno gallego en Santiago de Compostela.
La consejera de Economía y Hacienda de la Junta de Castilla y León, Pilar del Olmo, trasladó a los medios un horizonte «más positivo» después de este encuentro, en el que ha quedado claro que «todas las partes» están dispuestas a «renunciar en muchos casos a parte de sus derechos» a cambio de garantizar la continuidad industrial de las plantas. Estas renuncias incluyen tanto a la parte social, ya que es posible que los sindicatos tengan que aceptar cierto número de despidos, como a la institucional, puesto que las administraciones se verán impelidas a asignar más recursos, y a la propia Abanca, que podría tener que renegociar la deuda existente.
«Todos tenemos la voluntad de ser flexibles en nuestras posturas y llegar a algún tipo de acuerdo», afirmó Del Olmo, quien manifestó su esperanza de que este planteamiento pueda servir de garantía «para que hagan una oferta» los posibles inversores interesados.
Del Olmo valoró que la entidad financiera Abanca, acreedor en la planta de Medina del Campo, haya mostrado su disposición para favorecer la «continuidad industrial». Tras destacar el apoyo financiero de la Junta de Castilla y León al proyecto, Del Olmo agradeció «la buena voluntad» de «todos» en «ser flexibles en las posturas y llegar a algún tipo de acuerdo».
Una cuestión que van a trasladar «de manera inmediata» al «industrial que quiere invertir en Medina del Campo» y espera que sirva como garantía para que haga una oferta, en un plazo que termina el día 25. «Además el industrial conoce muy bien la planta de Medina del Campo y no va a tener problemas con esos compromisos por todas las partes en hacer la oferta, pero bueno, la última palabra siempre la tiene quien al final tiene que poner esa industria en marcha otra vez», agregó.
Sobre los inversores interesados en las plantas de Isowat, la consejera de Economía de Castilla y León subrayó que si se presenta la oferta de Medina del Campo «abarcaría a una gran parte de los trabajadores», mientras que «en el caso de La Coruña parece que algunos menos y es el principal escollo». «Ahora queda terminar el trabajo que estamos haciendo entre todos», concluyó.
Pilar del Olmo, consejera de economía
helder ferrerinho, comité de empresa de Made
Para ello tienen de margen hasta el 25 de enero y la responsable autonómica de Economía indicó que «el hecho de que haya interesados en estas plantas ya es importante», puesto que existen dos posibles inversores para La Coruña –con 85 trabajadores– y uno para la sede vallisoletana, que da empleo a más de un centenar de personas. Mientras tanto, desde el Gobierno gallego se pronunciaron en una línea similar, ya que se han posicionado a la espera de posibles inversores que presenten una oferta para gestionar las plantas y con la «voluntad» de facilitar este trámite en todo lo posible.
«Abanca está abierta a negociar con el posible inversor, no está cerrado a esta negociación pero tampoco piensa regalarlo», aseguró el secretario del comité de empresa de la fábrica medinense de Made, Helder Ferrinho, quien junto a otros representantes sindicales acudió a esta cita. Esta reunión, que fue calificada por del Olmo como «decisiva», no arrojó más luz, según explicaron los sindicatos, ya que «por el momento todo sigue más o menos igual. No obstante, es cierto que Abanca tiene predisposición a sentarse a negociar con el posible inversor pero todavía no hay nada cerrado». En el encuentro, según aseguran desde el comité de empresa, «la Junta explicó que se compromete a poner sobre la mesa ayudas y financiación para el nuevo inversor por lo que Abanca pudo ver que el Ejecutivo autonómico castellano y leonés es un aval».
Según algunos trabajadores de las plantas medinense y gallega, además de la enorme deuda que Isowat Made tiene con Abanca, cifrada en más de once millones de euros, las dudas del posible inversor serían las posibles cargas con la Seguridad Social y con la Agencia Tributaria que tendría que asumir en caso de despidos.
Por el momento, aparte de «acercar posibles posturas, sin la presencia del inversor», según afirman desde el comité de empresa, ambas factorías –Isowat Made antes de declarase en quiebra poseía dos fábricas, una en Medina del Campo y otra en La Coruña– se encuentran inmersas en un proceso de subasta que se alargará hasta el día 25.
En el caso de la planta medinense se subastarán todas las instalaciones (nave y terrenos que estarían hipotecados con Abanca) y en el caso de la gallega, contratos de trabajo, la maquinaría y los diseños. «Si no se presentara oferta alguna se empezarían a liquidar todos los bienes y se venderían por separado», explicó el secretario del comité de empresa de Made, Helder Ferrinho, quien subrayó que hasta esa fecha hay posibilidad de que el inversor presente su oferta «y si es así, el administrador concursal tendrá que elevar la propuesta al juzgado, que es quien decidirá».
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