Elena, propietaria de 'Casa Morelia', en su apartamento de alquiler turístico ubicado en la calle Cánovas del Castillo. A. MINGUEZA

Solo ocho de los 244 pisos para alquiler turístico en Valladolid cumplen con la normativa legal

El sector turístico pide mayor control a las administraciones para regular esta actividad

LAURA ASEGURADO

Valladolid

Sábado, 28 de abril 2018, 10:46

Las plataformas digitales y la creciente demanda turística ha dado lugar al auge de los apartamentos de alquiler. Un hecho que ha cambiado el escenario turístico en España y que ha acelerado un modelo de alojamiento, cada vez más demandado, pero con grandes vacíos legales. Un fenómeno que ha puesto en pie de guerra a un sector que insiste en la «urgencia» de regular y controlar la actividad de aquellos alojamientos -que son la mayoría- que no cumplen con la normativa de viviendas de uso turístico.

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Aunque Valladolid no tiene el problema que existe en otras ciudades como Barcelona, Madrid, o Palma de Mallorca –donde han prohibido el alquiler turístico en viviendas plurifamiliares por la 'turisficación' del destino–, los pisos ilegales tienen una gran influencia en el sector turístico de la ciudad. Los últimos datos disponibles en internet (donde se encuentran las principales plataformas que ofrecen este tipo de hospedajes) dicen que la oferta actual de Valladolid es de 244 alojamientos activos. Entre ellos, los hay que sí operan de forma legal, conforme a los criterios de impuestos, seguridad y servicios que reclama la Junta de Castilla y León, desde que en febrero del año pasado se pusiera en marcha la nueva normativa de viviendas de uso turístico. Sin embargo, la gran mayoría ofrece sus servicios al margen de esta ley. El registro de apartamentos turísticos de la Junta, que se actualiza a diario, dice que en la provincia hay, a día de hoy, 18 establecimientos dados de alta, y solo 8 de ellos se encuentran en la capital.

Y pese a la gravedad de la situación, lo cierto es que existe un vacío legal en materia de control. La ausencia de mecanismos de vigilancia para saber si los propietarios de estos pisos trabajan dentro de la legalidad hace que esta «economía sumergida» no deje de crecer. Desde el Ayuntamiento de Valladolid reclaman más colaboración entre las administraciones para afrontar esta situación, ya que, como señalan, «no podemos asumir toda la carga de trabajo para controlar la actividad».

Pisos legales

Entre los ocho pisos reglados que se encuentran en la capital, Elena es propietaria de uno de ellos. Ubicado en el número ocho de la calle Cánovas del Castillo, colgó el cartel de 'se alquila' una vez obtuvo el permiso para ello. «Nunca he alquilado el piso de forma ilegal», cuenta. «Lo primero que hice fue ir a Turismo, en la Junta, y allí me informaron de todo lo que tenía que hacer». Su andadura como inquilina comenzó en el mes de octubre, y aunque hasta diciembre la ocupación era casi exclusiva de los fines de semana (quitando algún día entre diario que se reservaba por algún evento concreto), a partir del mes de marzo y hasta mediados de junio, «lo tengo completo al 100%», cuenta Elena.

Según la normativa, cada vivienda debe tener, al menos, un dormitorio, un baño, un salón-comedor y una cocina. Y tener unas medidas concretas. «Yo creo que los propietarios de pisos ilegales no se registran porque no cumplen los requisitos», opina Elena, «pues si el motivo de no inscribirse es por temas fiscales, una vez que te anuncias en cualquier espacio público, ya estás expuesto a que hacienda lo vea y te persiga», haciendo referencia a los más de 244 alojamientos anunciados en la plataforma digital Airbnb. En los pisos de alquiler de uso turístico se tiene que declarar el 100% de los ingresos.

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Jesús Calvo, el propietario del apartamento del número 2 de la calle Artesanía, es otro de los dueños legales de este modelo en auge de alojamiento turístico. En su caso, el principal motivo de acogerse a la normativa fue para «estar tranquilo». Con una ocupación del 100% para este fin de semana, agradece a la Junta todas las facilidades que le han ofrecido. «En todo momento nos han asesorado y ayudado a tener todos los papeles en regla», asegura Jesús, quien a raíz de esta actividad ha creado un puesto de trabajo. «Yo no vivo en Valladolid, así que contraté a una persona que se encarga de limpiar el piso y recibir a los huéspedes, y le pago su Seguridad Social».

Un extintor, un botiquín de primeros auxilios, un extractor de humo, las instrucciones de los electrodomésticos, zonas de ventilación directa al exterior o a un patio de luces no cubierto, agua caliente, cambio de ropa de cama y baño, una superficie útil mínima y calefacción, son algunos de los requisitos indispensables que requiere la Junta para poder solicitar la licencia.

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