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Vaya ensayando. Levante el pie del acelerador y ponga su coche a 30 kilómetros por hora. Sí, sí, en ese 'modo caravana fluida' de entrada a una ciudad tras un puente festivo. Tiene usted seis meses para entrenarse, porque Valladolid, al igual que el resto ... de municipios españoles, limitará a esa velocidad todas las calzadas con un solo carril de circulación o aquellas vías que tengan dos, uno en cada sentido. Lo ordena la DGT. La medida aprobada por el Gobierno afectará a «entre el 70% y el 80%» de las 1.800 calles de la capital, según las estimaciones del concejal de Movilidad y Espacio Urbano, Luis Vélez. De ese total, 716 son de un único canal y otras 83 lo tienen en alguno de sus tramos. Solo se librarán de esta reducción las grandes arterias de tráfico de acceso o salida a la urbe y las de conexión de algunos barrios con el centro, como el Paseo de Zorrilla, Arco de Ladrillo, avenida de Salamanca, Juan Carlos I en gran parte de su recorrido, el Paseo de San Isidro o la avenida del Real Valladolid por poner solo algunos ejemplos.
Circular a 50 será, dentro de un semestre, «la excepción» y el Consistorio de la capital se felicita por ello. Primero, porque ya tiene parte de los deberes hechos tanto en el casco histórico, con la implantación desde 2015 de los ciclocarriles y las ciclovías a 30, como en algunos barrios como Las Flores, Batallas y zonas de Pajarillos Altos, Parquesol o Pinar de Antequera, donde no se puede rebasar ese límite. Segundo, porque esa es la filosofía del equipo de gobierno: pacificar el tráfico y evitar «violencia vial», como recalcó el martes el ministro Grande-Marlaska, quien busca rebajar el 50% el número de fallecidos y heridos en accidentes en los próximos diez años, en consonancia con las recomendaciones de la OMS.
«Las ciudades estaban hechas para el coche y ahora se está pensando en las personas, en los peatones», subrayaba ayer el edil responsable del área. Circular a 30 kilómetros por hora como máximo se antoja 'técnicamente' complicado, como cualquier conductor sabe, aunque en el caso del centro de la capital ya se va haciendo callo con las retenciones que se registran en horas punta tras la controvertida reducción del espacio para el vehículo privado en favor del transporte público. Vélez cree que es cuestión de hacerse. «Tenemos que acostumbrarnos a tener menos prisa; hay datos: cualquier atropello a más de 30 kilómetros por hora puede suponer la muerte de una persona, mientras que por debajo de esa velocidad se puede salvar a una vida», argumenta. El concejal comenzó ayer a trabajar con su equipo en el listado de las vías que contarán con las señales de la nueva limitación, que se extenderá a buena parte de la trama urbana donde esa reducción aún no figuraba en ningún poste o calzada.
¿Y su control? De momento, la red de radares está ubicada en colectores de tráfico de cierta envergadura y saltan cuando se superan los 50 kilómetros por hora. Está comprobado que en el momento en el que calles como Cebadería desde Poniente, López Gómez o Miguel Íscar están más despejadas de circulación los que las recorren lo hacen a más de 30, a pesar de que en el asfalto figure claramente esa obligación. «No soy partidario de poner más radares, otra cosa es que la ubicación de los que hay sea la adecuada o no, tendremos que analizarlo, porque las calles van cambiando en su configuración e igual en algún caso hay que moverlos», avanza Luis Vélez. A su juicio, estas modificaciones en la movilidad se tienen que afrontar como un «cambio cultural» y darles tiempo para que cuajen.
No obstante, el concejal recuerda que la Policía Local cuenta con cinemómetros móviles y los «controles esporádicos» se podrían reforzar en estas vías en caso de que sea necesario. «Hay que apelar a la responsabilidad de los ciudadanos en el cumplimiento de las normas; no es posible poner un policía o un radar en cada calle», sostiene Vélez, quien pone el ejemplo de Bilbao, que se ha adelantado en la puesta en marcha de esta medida y «que ya ha logrado reducir el número de accidentes y su gravedad».
Entre los cambios aprobados por el Gobierno, también se incluye la limitación a 20 kilómetros por hora la velocidad en las vías de plataforma única o también llamadas 'de convivencia' al compartir espacio peatones y vehículos. En este caso, el cambio no se aprecia tan radical.
Además, la reforma el texto refundido de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial incrementa los puntos a detraer de carné de conducir por aquellos comportamientos que generan mayor riesgo. Aumenta de tres a seis los que se retirarán por conducir sujetando con la mano dispositivos de telefonía móvil y eleva de tres a cuatro los puntos que se detraen por no utilizar el cinturón de seguridad, los sistemas de retención infantil, el casco y otros elementos de protección.
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También se tipifica como infracción grave llevar en el vehículo mecanismos de detección de radares o cinemómetros, lo que supondrá una multa de 500 euros y la pérdida de tres puntos en el permiso. Ahora solo está sancionado el uso de dichos dispositivos durante la conducción, pero la experiencia ha demostrado, según recalcan en la Dirección General de Tráfico, que ante un control los conductores los desactivan para impedir que los agentes puedan acreditar su utilización. Así, una vez aprobada esta reforma, se sancionará su mera tenencia.
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