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Carolina Puertas | Psicóloga infantil de Valladolid
«Solo hace falta un móvil para que un menor tenga una máquina expendedora de porno»Carolina Amo
Valladolid
Jueves, 25 de enero 2024, 14:26
Un rumor dentro de una reunión de padres y madres. No hizo falta más para que se empezase a hacer eco del uso incorrecto que están dando muchos menores a sus teléfonos móviles. «Me consultaron unas madres del cole diciéndome que habían pillado a sus hijas viendo porno ... y me dijeron que si me prestaría desde el AMPA (Asociación de Madres y Padres de Alumnos) a dar una charla a padres que pudieran necesitar algún tipo de asesoramiento», relata Carolina Puertas, psicóloga infantil y juvenil de Valladolid.
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Carolina Amo
En estos últimos años muchas familias han visto cómo los niños se empiezan a interesar de una forma incorrecta por ciertos temas a los que aún no deberían de tener un acceso libre. Ojear algo de información, ver vídeos y noticias que están al alcance de un clic en Internet es una tarea fácil para mayores y no tan mayores. Sin embargo, los más pequeños que han crecido con todas las herramientas de la era digital parecen estar sacando ventaja a sus padres en muchas ocasiones sin que ellos se den cuenta.
«El problema que tenemos como padres es que pensamos que cuando tengan 12 años ya tendremos tiempo de hablar de esto con nuestros hijos, pero con 12 ya es tarde», añade Carolina. Y es que «solo hace falta un teléfono móvil para que niños de nueve y diez años tengan una máquina expendedora de todo tipo de cosas, incluida la pornografía». El consumo de material pornográfico en niños tan pequeños no es algo que le llegue de nuevas a la psicóloga, quien explica que todo este proceso se ve acelerado por el acceso a las nuevas tecnologías.
Carolina Puertas
Psicóloga infanto juvenil
Las conductas impulsivas es algo que a estas edades «no se puede controlar» y que a la larga no tardará en generar «conductas adictivas y problemas de afectividad». Carolina recalca que el contenido al que acceden estos niños es violento y denigrante y añade que en la mayoría de casos la imagen de la mujer aparece perjudicada. No es la primera vez que los niños imitan lo que ven en casa, y lo que ven en la pantalla no va a ser menos. Al exponerse de manera continuada a este contenido los niños generan un modelo de aprendizaje que luego reproducen como si de marionetas se tratasen. «En la reunión del colegio se contaba como muchos niños en los patios se estaban forzando a besarse en los recreos», destaca la psicóloga.
Teniendo en cuenta la poca edad y experiencia que tienen en estos temas no tarda en surgir la pregunta de ¿Hasta qué punto son conscientes los niños de estas acciones? «Ellos no son conscientes, nunca han tenido un contacto previo. Ante el desconocimiento lo que hacen es curiosear y ver en qué consiste», apunta Puertas. El problema llega cuando esa información viene del contenido pornográfico, ya que dista mucho de lo que es la realidad, una barrera que Carolina asegura que «los niños no son capaces de diferenciar».
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Jenifer Santarén
Este modelo de comportamiento está denominado como 'priming' y ocurre cuando aprendes algo y generas un esquema de comportamiento en tu cabeza. Carolina da un ejemplo claro: «Si a temprana edad han consumido porno y con 16 años un chico tiene la oportunidad de tener una relación sexual, se activan todos los recuerdos que tenga sobre lo que haya visto e intentará imitarlo».
«Cuando empiezan a consumir con 10 años, y siguen con 12 y con 13, van queriendo más. Al llegar a los 18 la excitación no se produce y llega la frustración», continúa. Como madre y como profesional, Carolina hace un llamamiento a los padres de estos niños para concienciar de «no establecer conductas de prohibición sino de control». Sin embargo, los controles parentales y otro tipo de estrategias no parecen funcionar en este tipo de casos dejando a los padres una sensación de impotencia ante la falta de recursos para proteger a los niños de estas amenazas.
En Valladolid acaba de nacer un movimiento de padres y madres de menores, 'Adolescencia sin móvil', para retrasar el uso del teléfono móvil hasta los 16 años. Setecientas familias ya secundan esta iniciativa.
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