Valladolid
El sindicato policial defiende a los agentes locales que intimidaron a un fotógrafo de El NorteValladolid
El sindicato policial defiende a los agentes locales que intimidaron a un fotógrafo de El NorteEl Sindicato Profesional de Policías Municipales (SPPM) ha emitido este jueves un comunicado de «apoyo a la intervención policial» llevada a cabo por tres agentes de dicho Cuerpo con un fotógrafo de El Norte de Castilla el pasado lunes cuando intentaba cubrir un accidente de ... tráfico registrado al borde de la carreteras de las Arcas Reales, en el Pinar de Antequera, y al que no permitieron tomar imágenes del escenario desde el lugar en el que se encontraba.
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Dicha intervención, ocurrida en torno a las once y media de la mañana, conllevó la posterior queja formal de este periódico tanto al Ayuntamiento como a la Policía Municipal por el trato recibido hacia el fotógrafo Alberto Mingueza y, con anterioridad, de otro medio de comunicación, El Día de Valladolid, debido a que los mismos agentes no habían facilitado la labor de su fotógrafo en el mismo escenario.
Los representantes de los agentes (el SPPM) muestran, de entrada, su «apoyo más firme al trabajo de los funcionarios policiales que acometieron con absoluta profesionalidad y diligencia» y explican en su comunicado que «hay que reseñar que el día de los hechos, con anterioridad al incidente de nuestros compañeros con el fotógrafo, dos medios de comunicación ya se habían personado en el lugar, siendo uno de ellos precisamente 'El Norte de Castilla', tal y como manifestó su redactor. A su llegada, los policías intervinientes les indicaron el lugar desde donde podían realizar sus cometidos con seguridad y sin interferir en las labores de los servicios de emergencia, a lo cual accedieron sin ningún tipo de objeción, dando cobertura al hecho para sus medios con total libertad».
A este respecto cabe reseñar que El Día de Valladolid manifestó también su queja al Ayuntamiento, a través de su director, tal y como lo ha confirmado hoy él mismo, por el trato dado a su fotógrafo. El segundo periodista era el redactor de El Norte Álvaro Muñoz, quien acudió al lugar a cubrir el siniestro. Los dos, en efecto, tuvieron que proseguir su camino y dar un considerable rodeo con sus vehículos particulares para poder regresar a un camino situado enfrente del escenario.
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Posteriormente, prosigue el comunicado del SPPM, «acudió el supuesto fotógrafo, quien no presentó acreditación alguna, y estacionó su vehículo particular en una zona privada y dentro del espacio que los policías reservaban para que el servicio funerario pudiese introducir con seguridad el cuerpo del finado para su traslado».
El «supuesto» fotógrafo al que alude el comunicado del SPPM es el profesional de El Norte de Castilla Alberto Mingueza, quien accedió por el camino de la finca en la que se encontraba el coche siniestrado al no encontrar impedimento o cordón policial alguno que impidiera el tránsito, tanto por la carretera de las Arcas Reales como por dicho camino. El redactor gráfico estacionó su turismo pasado un vehículo forense -de traslado del personal- en el camino y sin cortar el acceso a la finca desde la carretera. El fotógrafo, al ser requerido por los agentes, se identificó verbalmente como trabajador de El Norte y facilitó su DNI a los funcionarios a efectos de que éstos pudieran confirmar su identificación. Cabe reseñar que se trata de un profesional con una trayectoria consolidada en este periódico y galardonado, entre otros, con el Premio de Periodismo Francisco de Cossío en 2023. El propio fotógrafo pudo tomar una fotografía nada más apearse de su coche en la que se observa el furgón funerario del servicio forense, que debía trasladar el cuerpo del fallecido en el siniestro, ya estacionado al otro lado de la calzada, en la salida del camino de La Traviesa y entre dos patrullas.
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«A pesar de las explicaciones e indicaciones aportadas a esta persona por los policías para que retirara su vehículo, facilitándole una alternativa de estacionamiento a fin de que realizara sus fotografías, el reportero hizo caso omiso a dichas instrucciones mostrando una conducta obstinada e indignada. Como consecuencia, el turismo del fotógrafo dificultó la labor del equipo forense, que no pudo ubicar su vehículo donde estaba previsto, así como las tareas de los servicios de emergencia allí presentes», prosigue el comunicado del sindicato policial.
La citada imagen muestra el furgón forense estacionado al otro lado de la calzada. Después se produjo el incidente en el que otros dos agentes llegaron a retirar a la fuerza en dos ocasiones la cámara al fotógrafo de El Norte, uno de los cuales tapó entre medias con su mano el objetivo para evitar que tomara imágenes del escenario y del traslado del cuerpo de la víctima (ya tapado) hacia el furgón del Instituto de Medicina Legal.
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El profesional de este periódico había estacionado su turismo inicialmente en el camino de la finca en cuestión a más de diez metros de la entrada sin que hubiera cordón o perímetro alguno. El cuerpo de la víctima fue trasladado a más de cincuenta metros de allí, desde el lugar en el que acabó el coche siniestrado, cruzando la valla rota por el accidente de la finca y atravesando la calzada de Arcas Reales hasta llegar al furgón policial aparcado al otro lado de la carretera. El turismo siniestrado se encontraba en una tierra repleta de maleza por la que díficilmente hubieran llevado la camilla hasta la entrada a la finca.
El fotógrafo, al que ya habían quitado la cámara en una primera ocasión, afirma que, al ser requerido para ello, movió su turismo para sacarlo del camino y que, al percatarse de un ángulo óptimo para tomar una imagen, paró, en ese momento sí, junto a la entrada. Entonces taparon su objetivo con la mano y volvieron a retirar a la fuerza la cámara alegando que era para «evitar que se le cayera». En ningún caso fue informado de que fuera a entrar por allí el furgón forense, como sugiere el comunicado del SPPM. Después, uno de los agentes llegó a asirle de la muñeca y a colocarle el brazo izquierdo en la espalda amenazándole con detenerle y con denunciarle por desobediencia. En aquel momento, no obstante, no se comunicó la interposición de denuncia por motivo alguno. Fuentes extraoficiales sí que aseguraron, más de 24 horas después del incidente, de la interposición de una denuncia por desobediencia, aún no comunicada, contra el fotógrafo de El Norte.
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El comunicado del SPPM continúa: «Por lo que en ningún caso se niega el derecho del trabajador del medio a informar, si bien nuestra obligación como policías y agentes de la autoridad es, en primer lugar, garantizar la seguridad tanto del lugar de los hechos como de las personas allí presentes, así como el orden, la fluidez de las labores de los servicios desplegados y la confidencialidad de los posibles lesionados o fallecidos; lo que se habría logrado simplemente con que esta persona hubiera atendido a las indicaciones de los funcionarios policiales, tal como hicieron los responsables de los medios que llegaron en primer lugar».
Al respecto de todo lo relacionado con el supuesto deber de garantizar «la confidencialidad de los posibles lesionados o fallecidos» que señala el sindicato sobre un accidente ocurrido en la vía pública, el director de El Norte de Castilla, Ángel Ortiz, aclara que se trata de «un aspecto que nada tiene que ver con el trabajo que desarrollaba Alberto Mingueza, pues impedir su labor por ese motivo y de ese modo sería tanto como restaurar la censura previa. Nunca debería imponerse por la fuerza retirando por la fuerza al fotógrafo su herramienta de trabajo».
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Los representantes sindicales de los agentes apuntan a continuación que «los policías siempre tratamos de facilitar la labor de los medios de comunicación en la medida de lo posible, si bien la naturaleza de ciertas intervenciones no permite que los informadores den cobertura al hecho desde primera línea, ya que es necesario establecer perímetros de seguridad para garantizar las labores propias de todos los servicios de emergencia intervinientes, que en la práctica totalidad de actuaciones policiales se desarrollan sin mayor problema».
El SPPM, por último, considera que, «a tenor de todo lo expuesto y teniendo en cuenta las aclaraciones reseñadas en estas líneas, así como ante la falta de contraste de la información publicada, desde este sindicato rogamos se emita una rectificación por parte del medio que difundió una noticia cuyo contenido tergiversa los hechos sucedidos el pasado lunes y denosta la imagen de los compañeros intervinientes, así como de la Policía Municipal de Valladolid, poniendo en entredicho su profesionalidad y buen hacer en situaciones muy complicadas y sensibles».
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Los hechos, en cuanto al accidente, ocurrieron a las 9:00 horas del lunes, cuando el conductor del turismo, C. G. C., de 79 años, circulaba por el camino de La Traviesa, una vía perpendicular a la carretera de las Arcas Reales, se salió de la calzada, atravesó dicha carretera y acabó parado entre la maleza en una finca particular después de romper la alambrada. La investigación apunta a que la víctima pudo sufrir un desvanecimiento cuando circulaba.
El incidente con el fotógrafo de El Norte ocurrió dos horas y media después del siniestro, en torno a las 11:30 horas, cuando en el lugar ya solo se encontraban las patrullas policiales, los agentes de Atestados, el equipo forense y los operarios encargados del traslado del cuerpo. Tanto el Colegio Profesional de Periodistas de Castilla y León como la Asociación de la Prensa de Valladolid (APV) han mostrado su apoyo al fotógrafo Alberto Mingueza y su repulsa a la intervención policial que le impidió realizar su trabajo.
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Este periódico comunicó desde un primer momento lo ocurrido tanto al Ayuntamiento como a la Policía Municipal, sin que dicho Cuerpo haya remitido comunicado o aclaración oficial alguna sobre el incidente.
El incidente ocurrido el pasado lunes entre tres policías locales y el fotógrafo de El Norte Alberto Mingueza tuvo un antecedente similar con otro profesional de este periódico, Carlos Espeso, registrado el 24 de agosto en el Campo Grande, cuando fotografió una patrulla del 092 que se encontraba junto al estanque, en la zona peatonal del parque. «Pensé que había ocurrido algo, luego vi que no era nada, y simplemente tomé la foto como recurso», recuerda el fotógrafo, al que se acercaron dos agentes municipales, le preguntaron si había hecho fotografías o vídeos y le conminaron a que las borrara sin más motivo. Él se negó, le pidieron el DNI y fue identificado. Al preguntar por el motivo, los policías respondieron que «les protegía la ley de protección de datos y que tampoco podía fotografiar la patrulla» para después advertirle uno de los agentes, en actitud amenazante, de que «tuviera cuidado no acabase en un juzgado ese mismo día».
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