Valladolid

Siete años con maleza y basura en el Camino del Cabildo: «Es una situación de dejadez»

Pero la situación se mantiene desde hace siete años, como denuncian los vecinos de la zona, donde viven en torno a cien personas. «Es una sensación de dejadez. Porque la maleza no crece rápido, entonces eres consciente de que las cosas no se están haciendo bien, y no es algo de ahora, son años con esta situación», asevera este vecino afectado, quien fue presidente de la comunidad y vicepresidente de la mancomunidad. La retirada de las malas hierbas también tiene su cosa, porque el uso de herbicidas tampoco es algo sencillo de usar, después de que en 2016, el Ayuntamiento de Valladolid prohibió el uso de glifosato, que fue introducido en la lista de posibles agentes cancerígenos por parte de la Organización Mundial de la Salud.

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Los vecinos aseguran haber contactado en reiteradas ocasiones con el Ayuntamiento a lo largo de los años para poner fin a la situación, sin que hayan conseguido una respuesta efectiva y continua en el tiempo. «Dicen que van a venir y tres meses después recibes una llamada con que ya lo han solucionado, pero te asomas y lo ves igual. O te dicen que no es competencia de Parques y Jardines, que es de Limpieza, o al revés. Da la sensación de que se pasan la pelota de uno a otro», lamenta. Aquí, entran en juego las competencias de cada área. Por ejemplo, se observan contrastes entre las zonas ajardinadas y las aceras, donde se pueden encontrar estampas con hierbajos en la zona peatonal, mientras que el césped mantiene un aspecto más habitual. Todo esto se debe a que la competencia en el parque es del servicio de Parques y Jardines, mientras que en el otro caso pertenece al servicio de Limpieza del Ayuntamiento.

«La situación es similar a la que se observa en los polígonos industriales de la ciudad. Es verdad que aquí estamos cerca de un entorno similar, pero eso no es excusa para que esté así. Es una pena, porque es una zona residencial nueva», apunta. El problema va más allá de la aparición de hierbajos, que se pueden observar en los bordillos de las aceras, saliendo del propio pavimento y junto a los muretes de las empresas que están allí afincadas. También está la suciedad. «Esta basura lleva aquí no sé cuánto tiempo», asegura José Ramón mientras señala a una bolsa de desperdicios rota en el suelo de la calle del Escudo. Al final de la vía, que termina en un callejón sin salida, se acumulan varios muebles, sofás y colchones. «Pedimos que haya una regularidad en la limpieza, que haya planificación y un trabajo efectivo, porque la sensación de dejadez es absoluta».

La suciedad también se puede observar debajo de los bordillos de las aceras, donde los restos de hojas secas se acumulan a lo largo de la calle junto con bolsas de plástico, botellas y latas. «Esta acumulación es un síntoma de que la limpieza no es suficiente, porque son restos que se acumulan a lo largo de las semanas y de los meses y que se aglomeran cuando no se retiran». La situación en el Camino del Cabildo es similar a la que se vive en otros entornos de Valladolid, donde la aparición de malas hierbas también es un problema que viven los vecinos, como en el entorno del puente de Hispanoamérica, donde la maleza brotaba en las aceras, las medianas, el carril bici e incluso en una de las escalinatas del lugar.

Los vecinos del Camino del Cabildo también mantienen otra lucha, esta vez para mejorar la seguridad en los pasos peatonales de su calle, limitada a 30 kilómetros por hora desde mayo de 2021, cuando comenzó la aplicación de la limitación de la velocidad a 30 kilómetros por hora. «Las señales no hacen nada, porque la mayoría de conductores circulan a mucha más velocidad de la permitida», asegura el afectado. De hecho, durante el primer día de limitación esta calle fue la única de toda la ciudad que registró sanciones por superar el límite. Fueron 18 multas durante una jornada en toda la capital, todas ellas en el Camino del Cabildo. Para frenar a los coches, desde la asociación vecinal han demandado la instalación de badenes para obligar a reducir la velocidad en la calle.