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Shanghái, la ciudad más grande del país más poblado del mundo, arranca su tercera semana de confinamiento. Aferrada a la estrategia china de «cero covid», la megalópolis de 26 millones de habitantes ha vuelto a la casilla de salida de la pandemia, con su peor brote y por ello, ha extendido de manera estricta e indefinida una cuarentena que recuerda a la que se aplicó en Wuhan y que, incluso, está controlada por drones. En Shanghái vive, desde hace 10 años, Sergio Camarero, de 35 años. Llegó allí con el sueño de convertirse en referente mundial en el sector financiero. Este vallisoletano, del barrio de la Rondilla, ha montado allí su banco de inversión, ARC Group, enfocado a la mediana empresa y que ya cuenta con delegaciones en Nueva York, Ciudad de México, Singapur, Wuhan, Yakarta y una filial en la India. Ha querido contar a El Norte, como está viviendo estas semanas de estricto confinamiento en su casa de Puxi, un distrito de Shanghái al oeste del río Huangpu, que parte en dos la ciudad.
«Ómicron es mucho más contagiosa que otras variantes y hace tres semanas que los contagios se fueron de las manos. Las restricciones se empezaron a aplicar de forma escalonada en los diferentes distritos, hasta que el día 28 se extendió a toda la ciudad. Desde entonces no podemos salir a la calle», cuenta este vallisoletano desde el otro lado de la línea telefónica. «El encierro está siendo muy duro. Los primeros días nos permitían salir al patio de la comunidad de vecinos, pero ahora ya ni eso. Cuando anunciaron el encierro estricto, la gente corrió a los supermercados a abastecerse de alimentos. Fue una locura y, por ello, el Gobierno tomó medidas y ahora cada dos días trae comida. Según el censo de viviendas, hacen una especie de racionamiento. Nos traen vegetales, huevos, arroz, y también carne y pescado. Los supermercados están cerrados, pero hay empresas de venta online que están operativas. Sin embargo, al haber tantos millones de personas intentando comprar a la vez, los sistemas se han colapsado. Además, los pedidos tienen que pasar por desinfección, con lo cual, se retrasa aún más todo», añade.
Entre las medidas de control, están los test diarios. Por suerte, en la comunidad de vecinos de Sergio no se ha contabilizado ningún contagio, así que sólo están obligados a hacerse un autotest diario y enviar el resultado. En otras comunidades con más incidencia, los paramédicos realizan hasta dos y tres test al día. «Nos llegó un correo del consulado diciendo que, si se intentaban apartar a los niños que fueran positivo de sus padres, que lo comunicáramos. Al principio si que apartaron a algunos, pero luego han rectificado con esta medida y ya no lo hacen, dice Sergio, quien asegura estar viviendo esta situación con relativa tranquilidad. «En Shanghái se lleva un ritmo de vida muy acelerado. Se trabajan muchas horas y eso ayuda a no pensar que estás atrapado. La verdad es que se me pasan los días volando. A España no he vuelto desde el 1 de marzo de 2020. Es complicado porque no hay muchos vuelos y sólo permiten vuelos directos. Yo quería haber regresado a Valladolid en navidades, pero entonces había muchos contagios y no hubiera podido regresar a China», prosigue.
En cuanto a los drones que sobrevuelan la ciudad como sistema de control de la cuarentena, este vallisoletano asegura no haber visto ninguno en su barrio de Puxi, aunque si ha visto videos de drones en Pudong, un distrito más alejado. «Supongo que esa medida no es cosa del Gobierno, sino más bien de los distritos o de las propias comunidades de vecinos», opina.
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En China no piensan bajar la guardia y Sergio está convencido de que su política «cero covid» ayudará a que en unos días la situación esté controlada. «Aquí las medias tintas no valen. El Gobierno ha adoptado medidas radicales y mantiene a todo el mundo encerrado en casa, así que en cuestión de días se normalizará la situación. En mi comunidad han anunciado que mañana martes a las 8 de la mañana ya nos dejarán salir, sin embargo, en otras comunidades con muchos positivos, están sellando las puertas para que no salga nadie. A nivel económico, todo está parado, pero Shanghái se recuperará muy pronto», concluye Sergio.
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