Los familiares de Roberto Fraile, en la puerta del tanatorio de El Salvador, mientras llega el coche fúnebre con los restos del reportero. Carlos Espeso

Valladolid despide entre lágrimas al cámara «que pisaba el barro»

Familiares, amigos y compañeros de profesión dan el último adiós en el tanatorio El Salvador a Roberto Fraile, que será incinerado este sábado

Eva Esteban

Valladolid

Viernes, 30 de abril 2021

Llegó de las primeras. Siguió con la mirada la llegada del coche fúnebre. Se detuvo frente a él, abrazó a sus familiares y lloró. Como se hace con las personas que dejan huella. Como cuando uno es consciente de que algo dentro de ... él se ha roto. Que ha hecho 'clic' y no es ni volverá a ser la sombra de lo que fue. Porque iba a despedir para siempre a Roberto Fraile Fernández, el cámara que vivía en Salamanca y con vínculos vallisoletanos –sus padres residen en el barrio de La Rubia–, que fue asesinado mientras grababa en Burkina Faso un documental con el periodista navarro David Beriain.

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Era Roberto el «amor de su vida», su compañero de viaje durante más de veinte años, el padre de sus dos hijos (Carla, de dieciséis años, y Daniel, de trece). Se intuía abatido bajo la mascarilla el rostro de Lidia Marcos. También el del padre del reportero, José Manuel Fraile, y del hermano, José Javier. Porque nadie está preparado para decir adiós para siempre. Mucho menos si es inesperado. Un golpe súbito. Seco. Directo a donde más duele.

Porque a Roberto aún le quedaban muchos momentos que capturar con su cámara, con la que siempre iba a cuestas. Irradiaba vitalidad. «Es un día muy triste, durísimo. Es un golpe que será muy difícil de superar. Hemos perdido a dos grandísimas figuras del periodismo, de los que se manchaban las botas y pisaban el barro», reconocía entre lágrimas el fotoperiodista salmantino Alberto Prieto, que se erigió como el 'portavoz' de las decenas de compañeros de profesión y del mundo de la comunicación que se acercaron este viernes hasta el tanatorio El Salvador de Valladolid capital para captar su último momento junto al cámara vasco, cuyos restos mortales llegaron a las nueve de la mañana de ayer a la base aérea de Torrejón de Ardoz. Será incinerado este sábado por la mañana en el mismo tanatorio, aunque la familia anticipó su deseo de despedirle también en Valdespino Cerón, municipio leonés de donde procede su madre.

Largas horas de espera

No estuvo ni mucho menos sola la familia de Roberto Fraile. Cuando llegaron a El Salvador, a primera hora de la tarde, ya había allí una veintena de colegas del reportero procedentes de toda la comunidad. Para arroparles y darles su calor, para soportar ese insufrible dolor juntos. Durante toda la tarde continuaron llegando familiares, amigos y allegados, y la gran mayoría se mantuvo fuera. La espera por no saber a qué hora llegaría el coche fúnebre inquietaba a quienes hasta allí se acercaron. Muchos aguardaban desde última hora de la mañana. Finalmente, el vehículo con los restos mortales del cámara llegó a las ocho en punto. El velatorio se sumió, de repente, en el más profundo silencio, solo roto por los llantos. Acudieron para trasladar el pésame el vicepresidente Francisco Igea, que disculpó la ausencia de Fernández Mañueco; el delegado del Gobierno en la región, Javier Izquierdo, y el subdelegado en Valladolid, Emilio Álvarez.

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