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Martes, 19 de mayo 2020, 11:50
Para que se grabara bien en el sistema el «sí» que daba su conformidad a las penas previamente acordadas, los acusados y los abogados tuvieron que retirar brevemente sus mascarillas del rostro ante los micrófonos instalados en la sala grande de la Audiencia, ... también conocida como Sala del Jurado. El de esta mañana ha sido el primer juicio que celebra la Sección Cuarta de la Audiencia de Valladolid desde que se decretó el estado de alarma. El último fue esa misma semana del 14 de marzo y en condiciones bien distintas. Este martes, el magistrado presidente, José Luis Ruiz Romero, cubierto el rostro con una pantalla transparente, y sus compañeros del tribunal, con sus respectivas mascarillas, han celebrado una vista oral que será muy similar a las siguientes que puedan señalarse en sala para celebrar de manera presencial. Serán excepcionales, porque la directriz básica del plan de reactivación judicial es que la mayoría de los juicios sean telemáticos.
El juicio, salvo por las medidas anticontagio que serán lo normal a partir de ahora, fue muy breve, lo mismo que todos los que se celebran por conformidad de las partes, a partir de una tarea previa para alcanzar acuerdos en la que tiene un papel preponderante la Fiscalía y que en estas semanas de pandemia es un trabajo que se va a intensificar para intentar agilizar en los procedimientos y aligerar las agendas de señalamientos ante la avalancha de asuntos que se avecina derivada de la crisis del coronavirus.
Los acusados, S. E. B. y su esposa F. S., también pertrechados con mascarillas y guantes, dijeron «sí» cuando el presidente del tribunal les preguntó si aceptaban la condena, que es firme porque los abogados de la defensa y de la Seguridad Social, así como el fiscal, se comprometieron a no recurrir. Así, el principal acusado ha sido condenado como autor responsable de un delito de fraude a la Seguridad Social a dos años de prisión y una multa de 165.000 euros con arresto sustitutorio de seis meses en caso de impago, mientras que su pareja ha sido condenada, como cooperadora necesaria, a un año de prisión, 81.131 euros de multa con arresto sustitutorio de tres meses.
Ambos acusados tendrán que asumir el pago de una indemnización solidaria a la Seguridad Social de 81.131 euros más los intereses moratorios.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, S. E. B., que ha realizado diversos trabajos de recolección y cultivo para varios agricultores urdió en agosto de 2012 un plan directamente encaminado a defraudar a la Tesorería de la Seguridad Social «al generar una deuda con esta a la que no pensaba hacer frente». Para ello, creó sucesivas empresas individuales con similar plantilla y actividad, el desarrollo de tareas agrarias, «poniéndolas a nombre de distintas personas, a las que daba de alta como autónomos y empresarios individuales», con lo que evitaba aparecer como deudor «pese a que seguía siendo el administrador de hecho de tales empresas». Señala el fiscal que «una vez que esas empresas y empresarios individuales acumulaban deudas, las cerraba o dejaba sin actividad de hecho, y continuaba con la actividad bajo la apariencia de otra empresa o empresario individual«. Para ello utilizó a su esposa, también acusada en esta causa.
Otras personas que participaron en estos hechos como empresarios individuales a cambio de compensaciones no han sido localizadas y por eso no se ha formulado acusación contra ellas. La acusación pública solicitaba inicialmente para el principal acusado cuatro años de prisión y 325.000 euros de multa y un año y 11 meses de prisión, con multa de 81.000 euros para la cooperadora necesaria. La responsabilidad civil conjunta y solidaria solicitada es la misma, 81.131 euros.
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