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Las investigadoras de hoy lo afirman con la seguridad de quien se encuentra ante una evidencia científica: las desigualdades entre sexos, incluso dentro de su campo, siguen presentes. Si bien observan que las aportaciones de especialistas en femenino «siguen animando a las estudiantes» a emprender ... su carrera en estas lides científicas, estas expertas aprovecharon una fecha como el Día de la Mujer y la Ciencia para paliar algunos defectos que, a su juicio, siguen lastrándolas: «la falta de modelos femeninos y el hecho de que la sociedad siga valorando más, por norma, a los hombres».
«La formación a fecha de hoy encuentra a ambos sexos equilibrados», señala Olga Calvo, científica titular del CSIC en el Instituto de Biología Funcional y Genómica (IBFG), un centro donde, de cada diez personas, hay seis mujeres y cuatro hombres: «Sin embargo, en puestos de responsabilidad apenas somos un 26%», apunta, en dirección a uno de los conceptos más recurrentes de las hipótesis en torno a las desigualdades de género: el 'techo de cristal', o la barrera invisible que impide a las mujeres ascender en puestos de responsabilidad dentro de las instituciones en la esfera laboral.
«Dar un premio Nobel a una mujer es casi una anécdota», sentencia. Los datos le respaldan: de los 110 premios Nobel de Medicina, 219 han sido concedidos a hombres frente a 12 otorgados a mujeres; «y prácticamente todas ellas compartidos con otros colegas varones». ¿La única excepción? La estadounidense Barbara McClintock, que en 1983 fue reconocida en solitario por la academia sueca dada su aportación al campo de la genética.
La conferencia de Calvo, prologada por la también científica Mar Siles e integrada dentro de las charlas, conferencias y ponencias que han tenido lugar esta semana en el Museo de la Ciencia, descansa sobre la necesidad de visibilizar, de cara a los jóvenes estudiantes escolares de hoy, referentes en femenino de estos campos científicos. En línea similar destacó la intervención de Pilar de Frutos, investigadora del CSIC en el Instituto de Ganadería de Montaña, que puso de relevancia la trayectoria de mujeres como Hipatia de Alejandria, Ada Lovelace, Rosalind Franklin (en el centenario de su nacimiento), Jane Goodall, Rita Levi-Montalcini o Margarita Salas.
Una de las alumnas avezadas de esta representativa científica española, recientemente fallecida, es la bioquímica Carmen García Rodríguez, especialista en enfermedades del corazón, también maneja una nutrida colección de referentes mujeres, como Marie Curie; «la primera persona en recibir dos premios Nobel», además de a su propia maestra, quien «no concebía la vida sin investigación: registró varias patentes, consiguió varios premios y formó parte de célebres academias en España y Estados Unidos».
Otra de las circunstancias inherentes a ser mujer es la maternidad. Inés Rodríguez Hidalgo, directora del Museo de la Ciencia, fue tajante al respecto: «Es responsabilidad de las administraciones ayudar a que no se penalice a las investigadoras que quieran tener hijos». Sobre su propia experiencia habló la doctora Ainhoa Martínez, investigadora en el Instituto de Recursos Naturales y Agroecología de Salamanca: «Ser madre y científica a la vez entraña sus dificultades, hubo cierto miedo a la hora de comunicarlo a la fundación o institución a la que me incorporé, pero al final tuve apoyo y hay que dar a entender que con ayuda se puede ser las dos cosas». Para Martínez es muy importante ser modelo de gente joven y niñas; «es fundamental que las nuevas generaciones nos visualicen».
Pues al final todo es una cuestión de perspectiva. Sandra Blanco, jefa de un grupo de investigación en el Instituto Biosanitario de Salamanca, enarbola el último informe de igualdad de género en la investigación científica desarrollado por la Sociedad de Científicos Españoles en el Reino Unido: «Además de la maternidad hay factores sociológicos como la falta de modelos o que la sociedad tienda a valorar más a los hombres». El estudio, que ha encuestado a 1.295 investigadores, revela cómo los hombres perciben menos las desigualdades que las mujeres; en oportunidades laborales, distribución de tareas y recursos o reconocimiento profesional.
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