Valladolid
De Sabina a Omar Montes, salto de 40 años en el escenario de la Plaza MayorValladolid
De Sabina a Omar Montes, salto de 40 años en el escenario de la Plaza MayorPues sí, cómo hemos cambiado, como cantaban Presuntos Implicados hace más de tres décadas, como evidencian las diferencias en los gustos musicales de ahora respecto a los de hace cuarenta años. Diferencias que se plasman en los conciertos de las fiestas de Valladolid de ... entonces y de ahora. Cambios incluso en cuanto a la advocación, entonces se festejaba a San Mateo y desde principios de milenio a la Virgen de San Lorenzo. Todo por razones climatológicas, las mismas que podrían invitar a desandar ese mismo camino ahora, ante lo en serio que se ha tomado el calentamiento global lo de zanjar los debates sobre la certeza de su rigor científico.
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Pero vamos con la música. Estos días hemos conocido más de la mitad de los artistas que recalarán este año en Valladolid durante las fiestas de septiembre. La víspera del arranque del mes, el 31 de agosto, abrirá plaza Omar Montes. Dos días después lo hará Mago de Oz, banda a la que seguirán un festival de electrónica, los locales Siloé, María Pelae e India Martínez el mismo viernes 6 de septiembre y Ana Mena al día siguiente. Seis conciertos confirmados y cuatro huecos en otras tantas noches pendientes de anunciar.
Repasado lo inmediato, viajemos en el tiempo. A 1984, en plenos albores de las fiestas septembrinas en la etapa de ayuntamientos democráticos. Aún faltaban cuatro años para la fundación de la banda de folk-rock Mago de Oz y para el nacimiento de Omar Montes (tres para el de Fito Robles, vocalista de Siloé; uno para el de India Martínez, seis para el de María Pelae y trece para el de Ana Mena).
Tomás Rodríguez Bolaños afrontaba el segundo año de su segundo mandato al frente de la Alcaldía de Valladolid, esta vez con una mayoría absoluta de 18 concejales frente a los diez de Alianza Popular y uno del PCE, y confirmaba la tendencia inaugurada ya en 1979 por los primeros gobiernos municipales socialistas, con el de Madrid de Tierno Galván al frente, de recurrir al rock gratis para el público como vehículo de expresión de fiesta y libertad... ma non troppo.
En aquellos carteles de las fiestas de San Mateo estaban Ramoncín, Sabina –ajenos ambos al enfrentamiento que protagonizaron entre sí años después por la gestión de la SGAE–, y Los Elegantes, en representación de la movida madrileña y en sustitución de los inicialmente anunciados Pistones. Pero también figuraban Mocedades -que repitieron en la Virgen de San Lorenzo de 2022-, Alberto Cortez y El concierto de las Flores, espectáculo con el que giraron por toda España la Faraona, Lola Flores, su hermana Carmen –madre del exfutbolista y actual entrenador del Sevilla Quique Sánchez Flores– y Lolita, centrada ahora más en su carrera como actriz que en la de cantante.
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Entonces a diferencia de ahora no todos los días que duraban las fiestas, que ese año fueron nueve, del sábado 15 al domingo 23 de septiembre, se programaba la actuación de una figura musical del panorama nacional. Es más, las noches en las que había estrellas del escenario fueron cinco frente a cuatro en las que se programaron verbenas con música en directo de orquestas como Colores, Luz errante, Dennis Band o los casi residentes Los Bordini, que repitieron más de una noche cerca de la estatua del Conde Ansúrez.
Por cierto, aquel 1984 de efervescencia cultural en toda España, con nuevos cineastas como Pedro Almodóvar, nuevas estrellas de la tele como Carmen Maura, José Luis Balbín, Carlos Tena o Paloma Chamorro, se encomendó el pregón que abría las fiestas al vallisoletano Fernando García Tola, que a sus entonces 43 años ya jugaba un papel decisivo en la renovación del lenguaje de la pequeña pantalla. Ese año recibió el TP de oro al mejor presentador de variedades y espectáculos que concedía aquella biblia semanal de la televisión con tamaño de misal que se llamaba Teleprograma.
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En la tarde del 15 de septiembre de ese año y desde el balcón consistorial, Tola llamaba a «vivir la fiesta hasta la extenuación. Una fiesta en libertad, sin miedo, aunque con algún cuidado, porque a pesar de los adelantos de la ciencia y de las mañas y picardías todavía hay riesgo de embarazo».
Al discurso pelín demagógico de Tola le sucedió la actuación de Mocedades, que abrió plaza y que junto a Sabina y a Lolita son los únicos artistas de entonces que podrían repetir ahora, siempre que la banda mod Los Elegantes no acabe de cumplir su amenaza de volver a la carretera tras su disolución en 1993 o que Ramoncín regrese a los escenarios después de que sus últimas presencias en las páginas de actualidad fuesen las derivadas de su imputación y posterior absolución por apropiación indebida al considerar en 2016 la Audiencia Nacional insuficientes las pruebas de que el músico y tres exdirectivos sustrajeran 57.402 euros a la Sociedad General de Autores Españoles (SGAE).
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Y es que cómo hemos cambiado, que cantaba Presuntos Implicados en su día -también tuvo su concierto en las fiestas de Valladolid, pero en 2005-. La Plaza Mayor, ahora más peatonal que entonces, sigue siendo la misma; el mes, septiembre, el que era pero cambiadas las fechas y sin embargo la música ha virado en sus esencias del rock de entonces a otros ritmos más de fusión de ahora, con el regueatón como gran presencia y con Omar Montes de cabeza de cartel botando en el escenario, contrito ante el público pucelano.
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