Una ruta de tapas gratis en el barrio de La Victoria

Pulguitas, gildas, empanadillas, pinchos de tortilla, cazuelitas, el clásico embutido y también alguna que otra delicia dulce, son la baza estrella que tienen los hosteleros para mantener a su clientela contenta. El Tejadillo, El Pachá, Donde José… son bares clásicos de La Victoria en los que siempre tendrás el aliciente de recibir algún suculento bocado con tu vino o caña. Aquí te presentamos otras propuestas interesantes de este importante barrio de la ciudad. ¿Te hace el plan? ¿Nos vamos de ruta? pues... ¡otra ronda, por favor!

1,50 es el precio de una caña en este bar de La Victoria, que por cierto, es uno de los más concurridos. Y no es de extrañar, porque por ese precio recibirás una sabrosa y elaborada tapa y la amplísima y permanente sonrisa de su propietaria, Flor. Ella abrió este local hace más de siete años, tras un largo tiempo trabajando en otro establecimiento en esta misma calle. «Lo abrí con mucho miedo, porque cuando empiezas un negocio, no sabes cómo te van a ir las cosas, pero la gente me conocía, sabía que atendía bien, y todo el mundo me respondió. Estoy encantada en este barrio, en el que además de trabajar, también vivo», dice Tsvetomira Kostadinova. Ese es su verdadero nombre. «Soy búlgara y a todo el mundo le cuesta mucho pronunciarlo, así que mi anterior jefe, me empezó a llamar Flor, que es lo que significa. Con ese nombre me quedé y así llamé a mi negocio», comenta con humor.

Su hermana Desi es la cocinera de todas las delicias que exponen en la barra. Bocadillitos, pinchos de tortilla, tostadas, empanada y guisos como patatas a la riojana, lentejas con chorizo, sopas de ajo… la oferta es extensa y los fines de semana, además, añaden otras especialidades. «Cada día tenemos entre 11 y 13 tipos de tapas y los viernes ofrecemos oreja a la gallega, que está deliciosa. Los sábados, bacalao rebozado, que es lo más demandado y los domingos calamares. En total, hacemos unas 50 bandejas cada día. Hace años, nadie daba tapa, como mucho, unas aceitunas o frutos secos, ahora…. La mayoría ofrecemos un detalle a los clientes», dice esta hostelera, que con la crisis de los precios, ha tenido que ingeniárselas para seguir ofreciendo, calidad, cantidad y variedad a sus clientes, a los que conoce por su nombre. «Ya sé lo que me pide cada uno. Los hay que prefieren el huevo frito con chorizo, otros sólo eligen la tortilla, y los hay que son habituales de las banderillas con anchoa, huevo de codorniz y queso. Cada uno tiene sus gustos y yo intento complacer a todos», concluye.

No ha cumplido un año de existencia, pero en este bar de La Victoria, pueden presumir de tener una clientela fiel y recurrente. ¿Su secreto? Nicolás Vasilev, su propietario, lo tiene claro. «Nuestro trato al cliente es exquisito y muy rápido y cuidamos mucho la calidad de nuestras tapas. Eso al final, marca la diferencia», dice. Por el precio de una consumición, ofrece una variedad de hasta 12 tipos de tapas diarias. La elección no es fácil, puesto que todas tienen una apariencia deliciosa. «Durante el día ofrecemos bocaditos, patatas bravas, brochetas de queso semicurado, canapés de cangrejo…. Y por la tarde y la noche, con las copas, damos frutos secos con gominolas o brochetas de encurtidos, que es lo que prefiere la gente», dice Nicolás, quien asegura que el esfuerzo que hace para elaborar toda esta variedad de aperitivos es grande, pero que «merece la pena». Hamburguesitas, pequeños sándwiches vegetales, bocados de huevos con chorizo y canapés de sobrasada con queso y de guacamole con atún, son algunas de las variedades disponibles para el público. «Lo tengo calculado y aproximadamente invierto unos 300 euros semanales en materia prima para su elaboración. Es un dinero que regalo y considero que debo hacerlo para mantener a los clientes», comenta. «También es importante, que éste es el bar que ofrece la cerveza más fría de todo el barrio», dice Luis, un habitual de la casa. «Nosotros somos una cuadrilla muy grande y le damos mucha importancia a la temperatura de la bebida. Yo tapa no suelo pedir, sólo si tengo mucho hambre, pero aquí todo está muy rico», prosigue este cliente satisfecho.

Los domingos Nicolás tiene por costumbre dar un platito de paella con cada bebida. «Salen unas 100 raciones aproximadamente, y a parte, el resto de tapas. Este próximo domingo, como tenemos pantalla gigante y hay clásico del fútbol, haré el doble de raciones», comenta el dueño de este bar madridista.

Si las paredes de este local hablasen… podrían contar cientos de historias y anécdotas sucedidos entre ellas a lo largo de sus 27 años de trayectoria. A su frente está Juan Carlos Espinilla, un visionario empresario de varios sectores, que quiso emprender en el barrio en el que nació y en el que siempre ha sido feliz. «Fuimos los primeros en ofrecer tapas gratis al público y la tradición la seguimos manteniendo. Ahora todo el mundo se ha acostumbrado a que con la bebida le den algo para picar», explica Espinilla. «La Victoria es un lugar estupendo que a la hora del vermuteo y del tapeo, atrae a mucha gente de otros barrios de la ciudad», continúa.

El Willow ofrece a sus clientes deliciosas hamburguesitas y bocadillitos, bien elaborados. También sardinas fritas, empanadillas de atún, huevos rellenos y tortilla. «Variamos cada día para que el público no se aburra. Muchos vienen únicamente por la tapa y la que siempre se agota primero, es la minipizza. A todo el mundo le encanta», dice Angelina, una de las camareras de este establecimiento

Fátima Muntuny y Laura Carpintero siempre atienden con una sonrisa a sus clientes. La barra de este establecimiento se pone a tope en las horas punta. Al desayuno, en la hora del vermú, y a la hora del café. También en el copeteo de la noche. Y siempre, siempre, con cada bebida, ellas hacen la misma pregunta. «¿Qué le apetece de tapa?». La lista es extensa y también depende de la hora. Por la mañana temprano, lo habitual es que ofrezcan bizcochos, donuts y algún sándwich. Avanzada la jornada, pasan a los pinchos, tanto fríos como calientes. Entre los que destacan, el de jamón serrano con huevo o pulguitas de panceta, tortilla y lomo con pimientos, entre otros. Y por la tarde la oferta son tapas de bacon, queso, lomo… «Como tenemos cocina, podemos dar mucha variedad. La gente, según entra por la puerta, ya va mirando la vitrina de los pinchos, pensando en cual va a elegir. Aquí las rabas gustan mucho, también el canapé de cangrejo con mayonesa y las gildas, pero lo más buscado son las empanadillas, que las sacamos a las 13:00 horas del mediodía y enseguida se agotan», comentan estas serviciales camareras.

David San José es el alma mater de este restaurante que, aunque todavía no ha cumplido el año de existencia, promete grandes éxitos. Hace tan sólo unos días este chef y su equipo, recibían con gran alegría la notica de ser los ganadores del primer premio de la Fase 5 (Huerta del Rey-La Victoria-Villa del Prado-Parquesol), en el Concurso de Pinchos por Barrios de Valladolid, con su tapa 'Palomitas de Solomillo'. Una delicia. Y no es la única que se puede degustar allí, puesto que su carta es extensa. También se pueden degustar otras tapas incluidas con la bebida. Las que más gustan son las croquetas de huevos fritos con chorizo. «Todas las semanas repartimos entre 12 y 15 kilos de croquetas. La verdad es que gustan mucho. También ponemos una tapita de embutido ibérico de bellota y tortilla de patata que hacemos a diario. Estamos en un barrio y los vecinos están acostumbrados a recibir un pincho con la consumición. A nosotros nos supone un gasto que no contabilizamos por ningún lado, pero al final compensa, porque te atrae gente», concluye.

Está claro que en el barrio de La Victoria saben cómo tratar a sus clientes, pero no son los únicos. Aquí te recomendamos otras rutas gastro en las que también el precio y la calidad marcan la diferencia, como la ruta de tapas gratis en el barrio de La Rondilla, bares de la ciudad donde el pincho entra con la bebida, una ruta de bares y restaurantes en los que comer un menú por 10 euros o menos y también bares que ofrecen el café a un euro. Todo, en nuestro espacio dedicado a los mejores sitios para comer y beber en Valladolid.

Si conoces más lugares donde tapear gratis, no olvides dejarnos tu recomendación en los comentarios de la noticia.