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Un buen chocolate caliente. Humeante. Espesito. Y unos buenos churros, recién hechos, crujientitos y salpicados de azúcar. ¡Uhmmm! Esa es la auténtica felicidad. Para el desayuno o la merienda. Da igual. Cuando el frío aprieta, este tradicional combinado se convierte en el mejor plan. Nos ... recuerda a casa, a calor de hogar. A buenos ratos en familia o con amigos. Toma nota, porque esta semana El Norte, te propone una ruta a la que no podrás negarte. Los mejores sitios para disfrutar de un buen chocolate con churros o, si lo prefieres, con porras, que también son deliciosas. ¡Anímate! Tómate una taza. O dos. Porque los fines de semana, las calorías no cuentan.
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Iniciamos este dulce recorrido en Zaratán. En la Cafetería Chocolat. El alma mater de este establecimiento con 22 años de historia es Ángel Prado Serrador, un castrodezano que ha hecho de la hostelería especializada en el desayuno, su forma de vida. Con él trabajan su mujer, sus dos hijas y un sobrino, además de un empleado. Todos se afanan por servir cada taza acompañada de una enorme sonrisa. Desde las 07:00 de la mañana y hasta las 23:00 horas, Ángel sirve chocolates con churros. Un tentempié que siempre sienta bien. «Llevo en la hostelería desde 1970 y durante casi todo este tiempo me he dedicado a dar desayunos, así que figúrate la de cafés y chocolates que he servido desde entonces», dice desde el otro lado de la barra. «Yo hago mi propia mezcla. No soy de los que se conforman con abrir una bolsa de cacao y servir las medidas que indican. Lo mezclo a ojo, como a mí más me gusta. Uso siempre el mejor cacao, la mejor leche, echo un poquito de maicena, azúcar y la cobertura y a la gente le encanta. Los hay más y menos golosos pero para ellos, siempre ponemos un sobre de azúcar por si lo quieren endulzar un poquito», añade Ángel, que es de los que piensa que 'las cosas claras y el chocolate espeso'.
Los churros los elabora con harina de trigo, agua y sal. «La temperatura es fundamental. Para que queden bien, debe ir todo cronometrado», opina. «El mejor desayuno que puede haber es el chocolate con churros. Últimamente muchos prefieren una tostada o croissant a la plancha porque dicen que los churros engordan mucho, pero para darse un buen capricho, es lo mejor que hay», opina y es verdad. Porque su chocolate es cosa deliciosa. Suave y con el dulzor justo.
Las navidades son para él, la época más fuerte del año en cuanto a trabajo. Son muchos los encargos que recibe para tomar en el local, para llevar a casa y también para eventos especiales. «Para la cabalgata de reyes de Zaratán hice 200 litros de chocolate para unas 1.400 personas. Cuando se acercan a decirte lo bueno que está, esa es la mejor recompensa posible», remata.
Dirección: C/ Nueva, 4 - Zaratán (Valladolid)
Precio: Taza de chocolate con 5 churros: 2,70 euros
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En la calle Pisuerga del barrio de La Victoria, encontramos una churrería callejera (la única de la ciudad) con una larga historia y que es lugar de peregrinaje cada mañana, para cientos de adeptos a este manjar. Las colas en su barra, son un habitual cada fin de semana.
El maestro churrero es José Antonio Alonso, quien bromea diciendo que lleva allí más tiempo que el puente que da nombre a su negocio. Lo fundaron sus padres Ángel y Angelita en 1955. Allí, entre churros, porras, harina y aceite, creció José Antonio. Supo amasar antes que montar en bicicleta y cuando se le pregunta sobre el secreto de unos buenos churros, él da una auténtica clase magistral. «Cuanto más finos sean mejor, porque si no, absorben mucha grasa. Lo más artesanal es hacerlos en rosca y luego cortarlos, así sale todo el vapor de aceite y resultan más ligeros para el estómago. Así me enseñó a hacerlos mi padre y así los hago yo. Muevo la masa con una pala de madera, como antiguamente y la única máquina que utilizo, es la freidora. Por tanto es un proceso totalmente artesanal», sentencia.
Este histórico negocio tiene clientes de toda la vida. Muchos acuden cada día a desayunar tranquilamente, aunque la mayoría se lo piden para llevar y disfrutarlo en casa. «Unos churros o unas porras en familia, saben a gloria», dice este churrero, que inicia su actividad a las 06:00 de la mañana, de martes a domingo. «Es un desayuno más típico del invierno, pero que realmente apetece en cualquier época del año. Aquí, antaño ya venía Delibes a tomar sus churros antes de cazar», cuenta.
Su chocolate tiene un regusto a vainilla que lo hace muy especial. «No es ni muy fuerte, ni muy dulce. Buscamos un equilibrio para que la textura sea buena y el sabor también y lo acompañamos con un zumo, para que sea el mejor desayuno posible», subraya.
Dirección: C/ Pisuerga, S/N - Valladolid
Precio: Chocolate con 5 churros y zumo: 2,80 euros
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La calidad es la máxima de los dos establecimientos con los que cuenta este negocio vallisoletano, que es, por derecho propio, uno de los iconos hosteleros más conocidos y valorados de Valladolid. Trabajan de forma fiel al estilo tradicional y utilizan siempre materias primas de primera calidad. Esta chocolatería de solera se fundó en 1969, en el centro de la ciudad, y en 2011, se abrió la hermana pequeña en el Paseo de Zorrilla. Ambas son el lugar perfecto para meternos unos buenos churros con chocolate entre pecho y espalda.
El éxito de su chocolate con churros, es el resultado de décadas de tradición, por lo que no es difícil encontrarse sus locales repletos de golosos dispuestos a disfrutar de un manjar muy vallisoletano. A los mandos de la freidora, está churrero de origen chileno Claudio Gamboa, quien tiene un gran dominio de los tiempos y temperaturas para que el resultado sea perfecto. «Ésta es una de las chocolaterías más emblemáticas de la ciudad y siempre mimamos cada detalle. Tanto los churros como las porras, los elaboramos a la manera de antaño, en forma de rosca y luego los cortamos. La masa que utilizamos es diferente. La de las porras es un poquito más líquida. El aceite debe de estar a 230ºC», comenta este profesional del churro.
En cuanto su oro líquido negro, el chocolate, utilizan una mezcla que preparan para este establecimiento de forma específica desde fábrica. ¿El resultado y el sabor? Simplemente espectacular
Dirección: C/ Montero Calvo, 1 y Paseo de Zorrilla, 46 - Valladolid
Precio: Chocolate con 5 churros: 4,5 euros - Chocolate con 2 porras: 4 euros
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En el corazón del barrio de La Victoria, encontramos esta churrería que cuenta con medio siglo de historia. La fundó Asunción Cañueto, una vallisoletana que emigró a Bruselas en 1965, en busca de un mejor futuro para sus hijos. Seis años más tarde, regresó para montar con sus ahorros, este establecimiento, en el que han trabajado sus cuatro hijos. Ahora lo regenta la menor de ellos, Mª Ángeles Villarpriego, quien todavía se emociona al pensar en todo el cariño y esfuerzo familiar invertido en este negocio.
El secreto del éxito de su chocolate con churros, se basa en la calidad de los productos empleados para su elaboración y en que todo se hace al momento. «Aquí sólo utilizamos aceite alto oleico para freír y nunca usamos termos. Consideramos que recién hecho está mucho más rico. Empezamos a preparar todo media hora antes de abrir, así los primeros clientes ya se toman los churros recientitos», dice esta hostelera, quien presume de su fiel clientela. «Tenemos clientes de toda la vida, desde que abrimos y que ahora vienen aquí con sus nietos a disfrutar de un buen desayuno o merienda», comenta.
La fama de esta churrería es muy merecida, y cada mañana, el local está se pone bote en bote. Los vecinos del barrio y trabajadores de fábricas cercanas, programan su desayuno en este local o lo piden para llevar. «Nuestro chocolate es sin gluten, porque pensamos en que hay muchas personas intolerantes y a las que también les gusta darse un buen capricho en su desayuno. En Castilla y León, los clientes lo prefieren un poquito más líquido, en cambio, los que vienen de otras regiones, lo quieren más espeso», expone María Ángeles.
Dirección: C/ San Lázaro, 13 - Valladolid
Precio: Chocolate con 5 churros: 3,20 euros
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Jesús Muñoz Blanco es un gran conocedor del mundo del churro. Procede de una familia que se dedica a la fabricación de maquinarias para churrerías. Él, hace unos años, quiso probar en el otro lado del sector, en el de la elaboración, montando una coqueta churrería en el barrio de Villa del Prado. Lo hizo después de trabajar durante algún tiempo, como jefe de pastelería en el restaurante del chef Íñigo Pérez Urrechu. «A la hora de elaborar un buen chocolate el secreto está en contar con una buena materia prima. Que sea un chocolate de calidad, incluir unos aromáticos de canela y vainilla que den un punto especial, y también en la calidad de la leche», asegura este hostelero, muy acostumbrado a dar formaciones a compañeros del sector. Para él, elaborar un buen churro, «es el arte de lo sencillo». A partir de unos ingredientes básicos como la harina, el agua, la sal y un buen aceite para freír, consigue un espectacular resultado. «La clave está en elaborarlo con mimo, con cuidado y dándole el máximo respeto al producto», prosigue.
«Los churros son buenos por lo que tienen y por lo que no tienen. Muchas veces pensamos que es un producto poco saludable, pero la verdad es que comparándolo con otros productos de merienda o desayuno, como pueden ser las galletas, los croissants o los cereales, los churros, a nivel nutricional, son mucho mejores ya que no tienen azúcar, a no ser que se la eches por encima. No tienen colesterol y las grasas de la fritura son 100% vegetales, por tanto, es mucho más sano de lo que nos creemos. Es un manjar y hay que darle su lugar», expone.
En cuestión de chocolate, las diferentes regiones de España tienen diferentes preferencias en cuanto al sabor. «Antes había fábricas de chocolate en prácticamente todas las ciudades y es curioso, porque en cada sitio están acostumbrados al tipo de sabor del chocolate que allí se fabricara. Aquí, en Castilla y León, el chocolate con un toque suave de canela y vainilla se acepta muy bien, en cambio, en Madrid gusta mucho más dulce y en otros sitios más amargo», informa
El chocolate con churros tiene un componente de tradición y de recuerdo que hace que gusten tanto y que sienten tan bien al alma y al estómago. «Donde hay churros hay alegría. A todos nos gusta celebrar y recordar nuestra infancia y… normalmente las fechas importantes, de niños las celebrábamos con este desayuno o merienda. Es algo que está en nuestra memoria y que por eso, encanta tanto», acaba.
Dirección: C/ del Monasterio de Santa María de la Vid, 20 - Valladolid
Precio: Chocolate con 5 churros: 2,80 euros
No hay excusas para disfrutar de un buen chocolate con churros. No esperes y arranca esta ruta. Esperamos tus recomendaciones y opiniones sobre tus churros y chocolates favoritos, en los comentarios de esta noticia. Si deseas conocer y disfrutar otras rutas gastronómicas, aquí te recomendamos algunas: los roscones de reyes más más deliciosos, los callos más auténticos o las sopas de ajo más sabrosonas. Todo, en nuestro espacio dedicado a los mejores sitios para comer y beber en Valladolid. ¡Buen provecho!
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