Cristina Martín, en la tienda de Moda Re- de Valladolid, de la que es gerente. Rodrigo jiménez
Gerente de Moda Re- en Valladolid

«440 toneladas de ropa en buen estado no pueden acabar en un vertedero»

Este proyecto solidario se encarga de que las prendas de segunda mano se reutilicen y reciclen

Ángela Gago

Valladolid

Lunes, 20 de febrero 2023, 00:06

Una mujer de unos 30 años, con un carrito de bebé, observa desde la calle un amplio escaparate de una tienda. Accede de forma tímida, pero se queda en la zona de la entrada, tiene dudas. En ese momento, una de las dependientas se acerca ... a ella. La joven le comenta que en casa tiene unos zapatos de su hija pequeña, que «están nuevos porque empezó a caminar más tarde y no los ha usado, pero me da pena tirarlos, ¿los traigo aquí?». Esta pregunta es una de las más frecuentes a lo largo del día en el establecimiento Moda Re-, en la calle Labradores 24. «No, aquí no. Hay que llevarlos a los contenedores rojos que Cáritas tiene por toda la ciudad de Valladolid. El más cercano está a cinco minutos andando, en José María Lacort», le responde. Este es el primer paso de un largo proceso para que la ropa que ya no se usa, y que está en buen estado, se pueda vender en esta tienda.

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Ha pasado un año desde que Moda Re- abriera sus puertas en Valladolid con el impulso de Cáritas Diocesana, a través de su empresa de inserción Arco Iris Prolava. Se trata de un proyecto de ropa de segunda mano que tiene como objetivo la recogida, el reciclaje y la reutilización de prendas y calzado. De hecho, en 2022 logró recoger 440 toneladas de ropa en la provincia de Valladolid. Esta iniciativa se puso en marcha en 2018 en otras ciudades españolas y ya hay en funcionamiento 130 tiendas por todo el país. «Estos primeros doce meses han sido satisfactorios, hay que tener en cuenta que somos los pioneros de este tipo de negocios en Valladolid. Nuestro propósito es evitar que la ropa que está en buen estado acabe en un vertedero», comenta Cristina Martín, gerente de Moda Re-.

«A la gente todavía le cuesta, pero está empezando a haber más conciencia social para reutilizar la ropa»

Sobre la actitud de los clientes reconoce que «a la gente todavía le cuesta entrar en la dinámica de la reutilización, pero está empezando a haber más conciencia social y solidaria porque este tipo de desechos contaminan mucho», asegura la gerente. En este sentido, destaca que «ya tenemos clientas que suelen venir todas las semanas y casi siempre compran algo, pero tenemos que subir en ventas ya que el proyecto no ha llegado al punto de equilibrio». En cambio, se lamenta de que «todavía hay personas que vienen y se creen que la ropa que está aquí se pone directamente del contenedor y nos dicen que es cara para ser de segunda mano».

Un proceso largo, pero eficaz

El ciclo de toda la ropa que hay en la tienda comienza en los 25 contenedores rojos que hay por la ciudad, la mayoría en parroquias y algunos en centros comerciales como Carrefour, Hipercor o Vallsur. También hay otros 18 depósitos situados en municipios como Laguna de Duero y Arroyo de la Encomienda, entre otros, «esperamos que esa cifre aumente y poner más en las zonas rurales de la provincia». Cristina insiste en que «la ropa debe estar en bolsas bien cerradas para que no se manche y en el caso de que hubiera un par de zapatos, no se pierda ninguno de los dos».

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A partir de ahí, los tres empleados la trasladan a una nave situada en el polígono industrial de Santovenia de Pisuerga, donde se mete en grandes sacas y cuando hay suficientes para llenar un camión, se traslala a «una planta de tratamiento» en Barcelona. Allí, se clasifica y separa entre la ropa que se va a reutilizar, que suele ser un 60%, y la que se va para el reciclaje, el 40% restante. Eso sí, no todas estas prendas se quedan en España, «porque tenemos unos estándares de calidad muy altos. Lo que está perfecto se queda aquí y lo demás se manda a otros países a través de las plataformas TEES (Textiles con Sostenibilidad Ética y Solidaria) para buscarles destinos éticos».

Cristina Martín y la empleada de la tienda de Moda Re-, Nedy Yordanova. rodrigo jiménez

Ese 40% de ropa que se recicla se envía a fábricas de hilaturas, «para que allí, con esa materia prima, deshagan esas fibras y se pueda volver a fabricar hilo con el que se harán nuevas prendas». El tipo de material que mejor se aprovecha es el algodón porque «su proceso es el más sencillo y es el que más nos piden». A veces, les solicitan uno concreto, «por ejemplo, toneladas algodón con un de 85% de color rojo y analizamos el tipo de hilo de cada prenda». Para esa selección, utilizan tecnología Fibersort que, a través de un haz de luz, detecta el hilo del que está hecho la ropa.

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«El algodón es el material que mejor se aprovecha y es el que más nos piden desde las hilaturas»

Otra vía para el reciclaje son los rellenos de los sillones de la industria del automóvil «con hacen borlas de hilo». En el caso de lo sintético, como una prenda deportivas, se puede destinar a los aislamientos acústicos y térmicos.

Ya de vuelta en la tienda, las prendas son clasificadas de nuevo, se les fija un precio en función de su categoría y gama, se etiquetan, se higienizan y se ponen a la venta. En el establecimiento de Moda Re- en Valladolid, hay cientos de prendas expuestas. La mayoría de la ropa que reciben es de mujer, un 70%, mientras que la de hombre y la infantil solo un 15% cada una.

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Exceso de producción

Las marcas de moda producen casi el doble de la cantidad de ropa que antes del año 2000, año de referencia del inicio del fenómeno de la 'fast-fashion', con un aumento general en la demanda de producción de ropa del 2% anual. El incremento del consumo y la eficiencia en el sistema de producción de las prendas de vestir, han contribuido a su vez a la bajada del precio de las prendas. Los bajos precios amplifican el fenómeno de comprar más y usar con menos frecuencia, favoreciendo el modelo 'fast-fashion'.

De hecho, se estima que cada año alrededor de 990.000 toneladas de textiles van a parar a los vertederos en España. Las tasas de reciclaje textil siguen siendo bajas: solo el 12% de estos residuos post-consumo se recoge por separado para reutilizarse y/o reciclarse, y menos del 1% de la producción total se recicla para el mismo uso. Esta situación ocurre en más países, por eso, el Parlamento Europeo ha establecido que antes del 1 de enero de 2025, será obligatoria la recogida separada de la fracción textil de los residuos en todos los municipios.

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Por lo tanto, todos los ayuntamientos tendrán que instalar, si no lo han hecho ya, contenedores o zonas de recogida de ropa. En el caso de Valladolid, hay cinco Puntos Limpios: en el Camino Viejo de Simancas, el Recinto Ferial (que son los de más volumen), en Lagunas de Villafáfila, Valle de Arán y Cabildo (los tres, con cantidades más moderadas). En ellos, durante 2022 se recogieron 108 toneladas de ropa.

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