Ola de robos en los entornos de la Circular durante el Puente de Mayo

Los asaltos comenzaron en la noche del jueves al viernes en el bar El Paisa (calle Silio) y en la frutería Terra (calle Higinio Mangas). En el caso de la frutería, el acceso se produjo por una de las ventanas, ya reparada, del local. «Me han revuelto todo. Venían con la intención de llevarse el dinero y lo han buscado por todos los rincones. El viernes, cuando iba a abrir el establecimiento, me encontré con todo desordenado. Ha sido un gran susto, pero solo se han llevado el dinero», recalca la propietaria del negocio, que no quiere desvelar su nombre.

Esa noche, la dueña calcula que se llevaron 50 euros, el dinero que quedaba en la máquina registradora. «Cogieron principalmente las monedas que tengo para el cambio», incide. Tras dar aviso a la Policía, se personaron los agentes para contrastar las huellas. «Al entrar en el local, alguien se debió cortar con los cristales. La Científica ha estado tomando muestras para determinar quién entró en el establecimiento», añade aún con el susto en el cuerpo.

Esa misma madrugada, al parecer las mismas personas (la Policía trabaja con la hipótesis de que sean los mismos) intentaron acceder al bar El Paisa, con doble puerta, pero solo consiguieron romper la cristalera de la primera puerta. Este martes, cuatro días después, un candado ha reforzado la seguridad, mientras el cristal sigue resquebrajado.

La ola de robos en los entornos de la Circular se completa con el asalto a la peluquería Mónica Vercam, en la calle Unión, en la noche del domingo al lunes. Las cámaras de seguridad del establecimiento han confirmado hasta el momento que se tratan de dos personas, que accedieron al local encapuchadas, y se llevaron la caja registradora y «mucho material». «Tengo aún el susto en el cuerpo. Ahora no puedo ni acceder al local al estar la puerta dañada», incide la propia Mónica Vercam, que prefiere no desvelar la cantidad sustraída de su negocio.

Unos hechos que han desatado la preocupación entre los vecinos de la zona al no conocer quién está detrás de los robos. «Al final te queda el susto y ese miedo, porque no solemos dejar nada de dinero en las cajas cuando cerramos los negocios», apuntan desde Deportes Olid.