Roban la tragaperras y la registradora de dos bares contiguos en Villa de Prado

Tenían claro a por lo que iban. Conocían dónde se podía ubicar su objetivo, a juzgar por la rapidez con la que asaltaron dos bares contiguos de la plaza de Juan Pablo II, en el barrio de Villa de Prado. Eran las 3:50 horas de este miércoles. En apenas cinco minutos, autor o autores desconocidos reventaron los bombines de las puertas de acceso a La Teta y la Luna y Palosanto -ambos locales, de los mismos propietarios, tienen doble entrada- para llevarse la recaudación de las máquinas tragaperras y las cajas registradoras. La Policía Nacional ha abierto una investigación para esclarecer los robos con fuerza y detener a los autores.

«No sabemos lo que se pueden haber llevado, pero está claro que sabían lo que querían porque en un visto y no visto llegan, arrancan la máquina y se van», dice su dueña, que ya ha interpuesto la correspondiente denuncia, justo antes de concretar que por ahora tampoco han cuantificado los daños que se han producido en los locales. Tiene, no obstante, la certeza de que iban directos a por la máquina y la tragaperras, sin mirar más allá. «Podían haberse llevado el bote de las propinas, que está al lado, pero nada», añade.

Las cámaras de seguridad de los bares captaron el momento en el que una persona, con la cabeza cubierta y ataviada con guantes y ropa de abrigo, accede al interior de Palosanto y, en apenas treinta segundos, arranca de cuajo la caja registradora y se la lleva. Lo mismo sucedió en La Teta y la Luna. También reventaron la tragaperras para llevarse el dinero de los dos establecimientos, ubicados a escasos quince metros.

No son los únicos robos en negocios hosteleros que se han producido este miércoles de madrugada en Valladolid capital. La Policía Nacional investiga además el asalto, también de madrugada, a otros dos bares, en esta ocasión ubicados en el barrio de Parquesol y en la avenida de Santander.

Pero no queda ahí. Autores desconocidos también intentaron acceder, sobre las 5:00 horas, al restaurante Leonor, en la calle Lago de Sanabria. No obstante, fuentes cercanas a la investigación desvinculan este intento de robo de los cuatro anteriores. En este caso, las cámaras captaron cómo dos hombres trataron de reventar con el esquinazo de un soporte de una sombrilla una puerta ubicada en un lateral del negocio. Pero el grosor del cristal -tanto las cristaleras como las puertas son de seguridad, con un blindaje especial- frustró el robo. «Fue en cuestión de segundos», acota su propietaria, que ahora respira aliviada, después de arrastrar tres robos en el local desde su apertura.

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