Roban en un bar por el método del alunizaje junto al Hospital Río Hortega de Valladolid

Entre los vecinos que se alertaron por los golpes se encontraba la propia dueña del bar, María del Carmen Pérez, que vive frente a su establecimiento hostelero. «Acababa de salir por la puerta del bar con la camarera. A los diez minutos de llegar a casa, estaba en la cocina, y escuché dos golpes fuertes. Me asomé corriendo y vi que se habían metido en la acera marcha atrás y habían roto el cristal a golpes con el coche», explica la dueña del bar que, al ver amenazado su negocio, salió con celeridad para tratar de evitar más daños en su local. «Hemos salido rápidamente de casa, chillando, mi marido, mi hija y yo. Ellos no nos esperaban tan rápido, así que se han montado a toda prisa en otro coche que les esperaba y han dejado en medio de la acera el otro coche, con el que me han roto el cristal», añade.

A pesar de la rapidez en la reacción de los propietarios del negocio, los ladrones pudieron llevarse un botín. «En segundos han podido abrir una tragaperras y llevarse el dinero, la otra maquina la tenían ya casi abierta, pero al llegar nosotros se fueron», explica esta hostelera, que ha sufrido varios robos en este local y en un quiosco que regentaba su madre hace unos años en la misma calle. «En el bar nos entró hace unos años la banda de la alcantarilla, que cogían arquetas y las usaban para romper los cristales y entrar en los bares. He perdido hasta la cuenta de las veces que nos han robado, por lo menos siete u ocho, pero esta es la primera que nos rompen los cristales con un coche», indica esta mujer, que desconoce el dinero que se han podido llevar los 'aluniceros'. «No tengo ni idea de lo que se han podido llevar, pero fácilmente podía haber 3.000 o 4.000 euros», señala la dueña de un local en el que los ladrones forzaron las tragaperras a golpes, ayudados con unos picos.

El robo se produjo pocas horas después de que la Junta anunciara el cierre del interior de los bares para frenar la cuarta ola de covid, y esto supone un daño añadido para este negocio, ubicado a pocos metros del Hospital Río Hortega. «Este es otro un problema más en este año tan difícil», apunta María del Carmen Pérez, que ha colocado esta noche su coche frente a la luna rota para evitar que otras personas pudieran acceder al interior del local hasta la llegada del cristalero.