Manolo Navarro, agente responsable de la oficina de objetos hallados, en la vitrina de las llaves que han sido encontradas. Rodrigo Jiménez

La oficina de Valladolid que guarda los recuerdos perdidos que tienen dueño

A diario llegan a Objetos Extraviados una media de dos móviles, seis o siete carteras, cuatro o cinco juegos de llaves y hasta seis documentos de identidad

Noelia Villafranca Santamaría

Valladolid

Lunes, 22 de agosto 2022, 00:15

Perder un objeto personal está a la orden del día, pero son muchas las personas que cuando encuentran algo que no es suyo por las calles de la capital vallisoletana, lo llevan a objetos perdidos de la Policía Municipal de Valladolid. Cuentan con una oficina ... de enseres que han sido hallados, entre los que se pueden encontrar llaves, carteras, carritos de bebés y hasta alguna que otra biblia.

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Manolo Navarro es el agente responsable de Objetos Hallados en la oficina de la Policía Municipal de La Victoria, situada en la avenida de Burgos. Reconoce que «las llaves están dos meses; además, tenemos un mueble con cajones con todos los meses». Din embargo, «a los ocho meses llevamos las llaves a destruir». El móvil es el fiel compañero y, cuando uno lo pierde, es inevitable entrar en pánico. «Con los móviles pasa lo mismo, cuando pasan entre tres y seis meses se destruyen», añade.

Otro de los objetos que se pierden cada día y que tienen un gran valor son los audífonos de las personas de edad más avanzada. La mascarilla a la que tan acostumbrados están los vallisoletanos es un gran hándicap para los mayores, ya que a la hora de ponerla y quitarla en el momento de montar en el autobús es muy fácil de que el audífono se caiga al suelo. «La manera de identificar los audífonos es con el color, el modelo, la pareja e incluso la factura», afirmó Navarro.

La media al día de objetos extraviados es de un par de móviles, seis o siete carteras, además de cuatro o cinco juegos de llaves e incluso seis documentos de identidad. «La cantidad más alta desde que trabajo aquí han sido 1.300 euros y alguna que otra cadena de oro», afirma el responsable de la oficina de objetos encontrados.

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Muchos de los objetos, cuando han pasado un tiempo se donan, como es el caso de la ropa, las gafas, juguetes y un sinfín de enseres que no son personales. En el caso de las carteras, a los seis meses también se destruyen, pero «si en alguna hay algún tipo de documentación lo que hacemos es mandar una carta con un aviso de que tienen que recoger la cartera», incide el responsable.

En las instalaciones de la Policía Municipal de La Victoria tienen un pequeño almacén donde recogen un carro de minusválidos, un carrito de bebé, una guitarra española y unas maletas, entre otras cosas. «Ahora mismo nos acaban de llegar tres maletas que tengo que llevar al almacén», asegura Navarro.

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Como curiosidad, Manolo Navarro menciona «medidores de insulina, una biblia y una guitarra». Sin embargo, hace no mucho «uno que hacía espectáculo de calle se olvidó tres bolsas con tres ordenadores, con los que llevaba el sistema del espectáculo», cuenta, y, además, el hombre –que ya tiene consigo sus pertenencias– «vino hace poco y empezó a dar datos y vimos que coincidían».

Manolo en la oficina con varios de los objetos perdidos. Rodrigo jimenez

Cuando alguien acude a buscar sus pertenencias –con cita previa– «pedimos que nos comenten cómo es la joya, el color, si tiene algún nombre grabado e incluso la marca». Con el móvil el procedimiento es igual. «Muchos traen el cargador, lo desbloquean, nos dicen el color y el modelo…», afirma Navarro. Fernando es otro de los agentes de la Policía Municipal en el barrio de La Victoria. «Aquí se salvaguarda mucho la propiedad y la identidad de las personas que han perdido los objetos», aclara sobre el procedimiento a la hora de reconocer un objeto personal.

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Servicio cada vez más conocido

Cuando un ciudadano de a pie se encuentra algo que no es suyo y se lo entrega a algún agente, lo que hace este es un parte en el que se pone el objeto que se ha localizado y los datos de la persona que lo ha entregado. Porque en el mejor de los casos, si la persona que ha entregado dicho objeto –una cartera que contiene dinero– en dos años tiene el derecho de pedir esa cantidad, siempre y cuando su dueño no haya aparecido.

Después de la publicación en el tablón del Ayuntamiento y pasado los dos años, la gente puede reclamar lo que se encontró en su momento. «Hay mucha gente que se acuerda y eso nos llama la atención. Se han llevado joyas, desde alianzas hasta pendientes y crucifijos». Por otro lado, Navarro cuenta entre risas que «hace poco vino una chica a reclamar el dinero de una cartera que se encontró con 235 euros».

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Todavía quedan personas que cuando encuentran algo ajeno lo entregan para que vuelva su dueño. «La gente cada vez tiene más conocimiento de que está la oficina de objetos perdidos y muchos son los que llaman o vienen aquí». Tras la pandemia ha ido subiendo «progresivamente» el número de objetos que llegan hasta la oficina, sostiene Navarro.

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