La aerolínea irlandesa de bajo coste Ryanair provocó un pequeño seísmo en Valladolid la pasada semana, cuando anunció que abandonaba el aeropuerto de Villanubla por discrepancias con las tasas que fija Aena. Eddie Wilson, primer ejecutivo de la compañía, atendió a El Norte por ... vídeo conferencia.
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–Explique a los afectados por su decisión, los usuarios de Ryanair en Valladolid, qué es lo que la compañía le pide a Aena para seguir volando desde Villanubla.
–Para que lo entiendan tienen que saber lo que está pasando en el sector aéreo de Europa, algo que sucede a nivel macro pero que afecta a nivel micro, a los aeropuertos particulares. Hay menos asientos disponibles que antes de la covid, pero la mayoría de las economías han crecido desde entonces. Las grandes aerolíneas europeas han reducido su tamaño o no se han recuperado. Y no hay que olvidar que nosotros no hemos sido rescatados, como ha sucedido con otras compañías. Los aeropuertos no han recuperado su actividad anterior y están obligados a presentarse más atractivos, a competir a un nivel transnacional. Así que Valladolid está ahora en un circuito de aeropuertos regionales de 33 países europeos.
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–¿Son muy diferentes las condiciones, más favorables que aquí?
–En las últimas semanas hemos firmado acuerdos en Suecia, Hungría e Italia. Ellos sí han bajado los costes, por diferentes razones. Tome por ejemplo el aeropuerto de Calabria, completamente desconectado de la red, sin vuelos internacionales, donde solo operaba Alitalia. El gobierno local, similar a la Junta, es el propietario de la infraestructura, allí no tienen un dueño como Aena. A ellos sí les interesa la región y el desarrollo económico y han tomado la decisión de que en vez de una tarifa de 6,50 euros por pasajero, asumen el coste y apuestan por la actividad. Ahora tienen conexiones con diez capitales europeas y vuelos internos también. Son competitivos porque los dueños se preocupan. La situación española es totalmente diferente:todos tienen el mismo dueño, una compañía pública que no se preocupa por la actividad económica, está desconectada de las regiones. No se ha adecuado a la situación post covid. No creo que decir que los precios españoles no son competitivos sea arrogante por mi parte.
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–Entonces, ¿todo se resume en que Valladolid no les era rentable?
–Hemos volado a Valladolid durante muchos años y los precios, con el esquema actual, han dejado de ser competitivos. Ahora no hay manera de ganar dinero allí. Para que el mercado sea sostenible el aeropuerto tiene que ganar y la aerolínea también. Le daré otro ejemplo:Bérgamo, un oscuro aeropuerto secundario de Milán, muy golpeado por la pandemia. Ellos han sabido bajar sus costes trabajando con todos los actores involucrados y ahora compiten. Cuando las aerolíneas le decimos a Aena que tiene un problema creciente con los aeropuertos regionales, que mire a Europa, no se trata de ningún chantaje. Operamos en 243 aeropuertos y creo que estoy capacitado para decir que el sistema español no funciona y va a ir a peor si no hacen algo por remediarlo.
–¿Puede ponerle números a la brecha que les separa de Aena?¿Qué precio considera razonable?
–Que los aeropuertos regionales españoles no son competitivos es un hecho. Un hecho objetivo. ¡Están vacíos! Reconozcamos que Aena tiene una red de aeropuertos muy buena; el problema es que no les interesan en absoluto los regionales. No quieren que ganen capacidad. Solo quieren desarrollar Madrid, ampliar Barcelona, los turísticos... Les damos nuestro punto de vista, explicamos cómo está la situación y la respuesta es: las cosas son así. No quieren dialogar ni considerar otras opciones. Eso sí es arrogancia. Bueno, son sus aeropuertos y no los míos, si quieren hundirlos, es su problema y no el mío. Me encantaría volar a Valladolid, pero no estoy obligado a hacerlo. No si no arreglan un problema que, al parecer, no quieren arreglar.
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–Aena le acusa de querer usar las instalaciones gratis. ¿Podría decirnos qué tarifa le parecería aceptable?
–Ellos son los dueños del aeropuerto, vale. Si tuvieran un hotel y no hubiese clientes, ¿qué harían? Imagino que bajar los precios en lugar de llamar «chantajistas» a sus clientes. Insisto en que querríamos volar a Valladolid pero parece que ellos no quieren trabajar en esa dirección. Si yo fuera Tesla y les ofreciese una inversión aquí, seguro que me recibirían, ¿no? Yo también quiero invertir, pero les escribo y a mí no me contestan. Mientras otros aeropuertos europeos han descubierto que se puede ganar pasajeros y dinero con las tiendas, los aparcamientos, servicios, etc, Aena no quiere hablar de esto.
–¿Los gobiernos autonómicos pueden jugar un papel, poner más de su parte, lo hacen otros y no la Junta de Castilla y León?
–Es una vía muy liosa. Muchas normas europeas... El camino más simple es bajar las tarifas.
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–¿Pero está dispuesto a reunirse con la Junta para hablar de ello?
–No voy a invertir mi tiempo en eso. Quizá deberían ser los gobiernos regionales los que hablasen con Aena, porque yo le escribo y no me contesta. No quiero soluciones a corto plazo. Nosotros hemos volado desde Valladolid a Barcelona durante todo el año, hemos sido los únicos, y no solo en verano. Y durante muchos años. Pero en las condiciones actuales no es posible, las tarifas han de adaptarse a la realidad de cada aeropuerto y de cada momento o estos no podrán competir.
–En Castilla y León tenemos cuatro aeródromos, ¿es una suerte o resulta contraproducente?
–No tengo tanto conocimiento de la región. Pero seguro que hay mucha gente que querría volar a Salamanca. ¿Está dispuesto a ello Aena? Lo mismo con Valladolid. Esta película ya la he visto. Se limitarán a buscar una aerolínea con la que llegar a un acuerdo para que vuele durante tres meses, dirán que ya está solucionado y después, poco a poco, también ellos se irán y todo volverá a empezar.
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–Ya sabrá que el ministro de Transportes, Óscar Puente, es de Valladolid. ¿Ha hablado o va a hablar con él?
–Le escribo pero no me responde. No quieren escuchar. Ni él ni el secretario de Estado, ni Aena... Es una pena, porque los aeropuertos pequeños pueden funcionar y ellos no quieren que lo hagan. Pero bueno, son sus instalaciones y yo vuelo a otras 240, algunas de ellas con resultados impresionantes. No pido dinero, pido eficiencia. Y me da la impresión de que Aena no va a cambiar a menos que se le fuerce a ello. Inviten a (el presidente y CEO de Aena) Maurici Lucena a que vaya a Valladolid y yo iré a debatir con el allí.
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