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La cancelación de visitas turísticas, ferias del libro y librerías, conciertos, teatros, congresos, reservas en restauración y hoteles debido a la crisis de la covid-19 ... dejan muy tocado el sector del turismo y la cultura. El 15% del Producto Interior Bruto (PIB) de Castilla y León se nutre de esa colección de eventos vinculados al patrimonio cultural que desde hace mes y medio Javier Ortega ve tambalearse desde su despacho, al timón de una Consejería de Cultura y Turismo en manos de Ciudadanos con 126 millones de euros de presupuesto. Pendientes del avance o el retroceso del coronavirus está sobre su mesa la celebración, la suspensión o el aplazamiento de decenas de actos e iniciativas impulsadas desde la Junta de Castilla y León, ayuntamientos, diputaciones, asociaciones y empresas.
–¿Cuál es el balance de daños de la covid-19 en la cultura y el turismo de Castilla y León?
–No lo tenemos a día de hoy. Hasta que no pase el estado de alarma y se vean las cifras, su repercusión, no habrá un análisis riguroso. La preocupaciòn es la misma, porque lo que nos trasladan desde nuestros sectores es su máxima inquietud sobre cuál va a ser el efecto en números, cómo será el día después. Desde la consejería encargamos un estudio del impacto económico de la suspensión de la Semana Santa antes de que se produjese el estado de alarma y hemos solicitado otro a la empresa Madison, que estará listo a finales de año, para evaluar la repercusión en empresas y empleos. La Semana Santa supuso el anterior ejercicio para la región el ingreso de 68 millones de euros y este año el resultado ha sido cero, a pesar de que la afrontábamos con aumento de viajeros y pernoctaciones hasta febrero. El parón vino a partir del 14 de marzo y ahora veremos cómo evoluciona la desescalada, cómo nos recuperamos.
–Una de las apuestas era el turismo internacional. Con las fronteras cerradas y un creciente clima de desconfianza en los viajes al extranjero ¿cómo se va a reorganizar la promoción?
–Evidentemente, la situación que estamos viviendo lo cambia todo. Vamos a ver cuando pase un tiempo cómo van a reaccionar los viajeros, cómo se va a organizar la movilidad. Ahora estamos inmersos en el diseño de una campaña de promoción orientada al mercado nacional para atraer turismo de interior y redescubrir nuestra Comunidad, apostando por nuestras provincias y nuestros vecinos a la hora de elegir un destino. Se articulará en dos puntos: por una parte, la idea de seguridad. Es importante transmitir que Castilla y León es territorio seguro, con un turismo no masificado; y, por otro lado, se trasladará el mensaje de autenticidad, promocionar nuestros destinos como un retorno a la calidez, a la sencillez y a la tradición combinada con la calidad y la excelencia turística. Tenemos una materia prima excelente para reforzar Castilla y León como destino sostenible y saludable.
El Festival de Teatro Clásico de Olmedo, el Teatro Alternativo de Urones de Castroponce (FETAL), la Feria de Teatro de Castilla y León que se celebra en Ciudad Rodrigo y Cir&Co en Ávila son algunas de las citas culturales veraniegas cuya celebración no está asegurada. «A la espera de cómo evolucione el estado de alarma y de qué medidas habrá que tomar para evitar aglomeraciones o cumplir prescripciones sanitarias, aún no podemos saber qué eventos se celebrarán y cuáles no», afirma Javier Ortega. «Hay que trasladar mensajes con criterio y, a día de hoy, lo que sabemos es que el Gobierno ha aprobado un plan de desescalada hasta junio».
Lo que da por seguro el responsable autonómico de Cultura y Turismo es que en el último trimestre del año se concentrarán algunos de los festivales y citas culturales organizados por administraciones y colectivos y que hayan sido aplazados por la crisis sanitaria. «Viendo la situación de suspensiones que se nos presenta puede haber una inflación o solapamiento de actividades, intentando recolocar o reprogramar en los últimos meses del año», sostiene Ortega.
Desde la consejería se promoverá un plan de coordinación que contemple qué actividades tienen encaje en esas fechas en las que se prevé que el virus esté controlado. «Unas se podrán celebrar –previene– y otras se pasarán al año que viene».
–¿Qué escenario prevé para el resto del año en lo que se llama la vuelta a la 'nueva normalidad?
–A lo largo de la historia los períodos de crisis han sido un eje de bisagra que da paso a otras situaciones. El teletrabajo no cuajaba hasta ahora y hoy hemos normalizado las reuniones telemáticas. El consumo cultural por Internet es algo que parecía que nunca llegaba y ha irrumpido de repente, así que los ciudadanos nos vemos en una realidad muy cambiante. ¿Qué va a pasar con los espectáculos culturales? esperaremos a ver las medidas de separación, aforos... pero por otra parte está la subjetividad, la psicología, cómo van a reaccionar los ciudadanos frente a estos condicionantes. ¿Nos va a dar miedo juntarnos con más gente en el cine y el teatro, incluso en un espectáculo al aire libre? Son situaciones nuevas que en función de cómo incida el virus no sabemos cómo vamos a reaccionar. Veremos cómo cada persona digiere estas situaciones. Ojalá no haya repuntes. Por eso es importantísimo que haya una vacuna. Eso supondría un respiro para los ciudadanos y las autoridades. Esos escenarios están ahí, veremos cómo somos capaces de aceptarlos, asumirlos y disfrutarlos, porque al final no dejamos de ser seres humanos y sociales, nos gusta acudir a eventos, bares, terrazas, compartir un vino con amigos, salir a cenar....
–¿Qué puede esperar hoy de la Junta el trabajador en paro o el dueño de un negocio del sector cultural, del turismo o la hostelería con el negocio cerrado?
–Hoy mismo hemos estado hablando con la asociación de artes escénicas viendo cuáles pueden ser esas ayudas al sector. Hoy mismo hemos contactado con los diputados provinciales del ámbito del deporte, mañana lo haremos con los de turismo, informándoles de la situación, de lo que estamos haciendo y coordinándonos para ver cómo podemos prorrogar ayudas o implementarlas en el tiempo. Y solicitando ayuda al Ministerio de Cultura con una estrategia de apoyo conjunta a las comunidades autónomas. Estamos volcados en aliviar con medidas, diseñando espacios y escenarios sobre cómo será el día después.
–El Plan de reactivación de cultura, turismo y deporte aporta 8,5 millones de euros. ¿Cómo se invertirán?
–La primera fase supone siete millones destinados a innovación, modernización, digitalización, formación en industrias culturales y patrimonio, es una línea para dotar de liquidez a los sectores cultural, turístico y deportivo. Hemos aumentado un 25% hasta los 700.000 euros la partida para apoyar a librerías y editoriales, y el fondo para galerías y artistas visuales ha pasado de 70.000 a 200.000 euros. La mayoría de estos recursos proceden de la propia consejería, de ayudas o actos proyectados que no se han podido realizar –como la promoción de la Semana Santa– y de priorizar algunas partidas destinadas a paliar esta situación.
–¿Se han planteado lanzar un bono de consumo cultural?
–Es una cuestión que estamos valorando. En principio se propuso en una pregunta parlamentaria y no éramos partidarios, pero las circunstancias cambian y estamos analizando las condiciones, el efecto de en qué se puede traducir.
–¿Teme que esta crisis se traduzca enmás recortes en la consejería, como sucedió con la anterior de 2008?
–Nosotros hemos apostado por esta consejería y lo hemos dejado patente en el decreto ley en defensa de la cultura, el patrimonio, el turismo y el deporte como sectores esenciales para crear empleo y crecimiento económico en la Comunidad. Supone un 15% del PIB. La cultura suele ser el primer ámbito del que se recorta cuando vienen mal dadas y nosotros vamos a defender que no sea así.
–¿Cómo va a convencer a sus compañeros de gobierno?
–Bueno, en esas estamos. Los que nos dedicamos a la cultura estamos convencidos y mi misión es trasladarlo al Consejo de Gobierno. Si algo tiene esta comunidad es un patrimonio cultural riquísimo, y esta consejería tiene la fortuna de que convergen en ella todos los ámbitos con un único fin: mostrar la Comunidad que somos, que hacemos, que queremos ser de cara al resto de España y del mundo.
–El sector sigue reclamando una ley de mecenazgo que nos iguale a Europa, pero ni los anteriores gobiernos centrales ni autonómicos la acometieron ni está ahora en la agenda.
–En la primera reunión que tuvimos en Madrid, yo y otros consejeros se la solicitamos al ministro de Cultura, y en el último encuentro telemático hemos vuelto a insistir en esta cuestión. La colaboración público privada es fundamental.
–¿Y por qué no se aprueba?
–No lo sé. Nuestro ámbito y nuestro margen son escasos, podría ser un gesto abordarlo, pero tendríamos un margen muy limitado en lo que supondrían las deducciones. Es preferible que haya una ley que emane del Gobierno central y llegue a las comunidades.
–¿Cómo ha cambiado la pandemia su día a día en el despacho?
–De tener muchísimas reuniones presenciales, con desplazamientos por las nueve provincias de la Comunidad, he pasado a hacerlo de manera telemática, a través de la pantalla del ordenador. Sigo yendo al despacho, compaginándolo con el trabajo desde casa; hay veces que falla la conexión y tengo que venir corriendo. Desde la consejería estamos teniendo contacto continuo con agentes sociales y representantes de colectivos, con diputados provinciales, ayuntamientos...
–¿Qué libros, películas y música le acompañan estos días ?
–Estoy con 'Tiempos recios', de Mario Vargas Llosa. 'Cien años de perdón', de Daniel Calparsoro, mi película más reciente, y el concierto virtual de la OSCyL del pasado 23 de abril es lo último que he escuchado en música.
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