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Después de reunirse durante parte de la mañana y casi toda la tarde, el consejo de administración de Renault –que en esta cuestión va de la mano del Ejecutivo francés– ha anunciado que mantiene su interés en la propuesta de fusión realizada por Fiat Chrysler ... Automobiles (FCA), pero también que prolongará la reunión un día más. El fabricante galo, que cuenta con fábricas en Valladolid y Palencia, ha demandado al grupo italo-estadounidense que controla la familia Agnelli un dividendo adicional para sus accionistas, así como garantías laborales más sólidas para los puestos de trabajo en el país vecino.
Además, según las fuentes consultadas, las peticiones incluyen la instalación en París de la sede central para la región de Europa, Oriente Medio y África del nuevo grupo automovilístico, un puesto para el actual presidente de Renault, Jean-Dominique Senard, como director ejecutivo global así como un asiento en la junta directiva para el Estado francés, aspectos que no estaban incluidos en la propuesta inicial.
En principio, el camino de la fusión no parece contener ningún obstáculo insalvable después de que el Gobierno de Francia, que es el mayor accionista de Renault con una participación del 15%, haya tenido éxito en sus presiones para obtener su propio asiento y un veto efectivo en los futuros nombramientos de CEO (presidente del consejo de administración). Según la agencia Reuters, John Elkann, presidente del fabricante de automóviles italo-estadounidense, dialogó el pasado fin de semana con un responsable ministerial y le ofreció garantías de que el Ejecutivo galo contará con uno de los cuatro asientos de la junta asignados a Renault. FCA tendría otros cuatro.
La propuesta de fusión inicial contemplaba que ambos fabricantes de automóviles serán adquiridos por una empresa cotizada, propiedad al 50-50 por los actuales accionistas de FCA y Renault, después del pago de un dividendo especial de 2.500 millones de euros a los accionistas de FCA. Ahora bien, tras las críticas de algunos analistas y dirigentes industriales franceses de que el acuerdo infravaloraba Renault y su participación del 43,4% en Nissan, París presionó para obtener mejores condiciones.
Parece que la reclamación ha dado frutos, ya que FCA habría transigido con un dividendo todavía por cuantificar para los accionistas de Renault y garantías laborales más fuertes en Francia.
El hecho es que las conversaciones entre FCA y Renault se están llevando a cabo en medio de una fuerte polémica en Francia, después de que General Electric haya anunciado 1.044 despidos en una planta en Belfort, pese a que la multinacional estadounidense había prometido respetar todos los empleos cuando adquirió Alstom en 2015.
El ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, se refirió ayer al otro escollo para el acuerdo al afirmar que una eventual fusión debe preservar la alianza de Renault con Nissan. El CEO del fabricante nipón, Hiroto Saikawa, no se opone a la fusión, pero considera que requeriría una «revisión fundamental» de su relación con Renault.
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