La reforma simbólica: del «bolardo asesino» de Javier León al carril bici de Puente

El Ayuntamiento tuvo que defenderse en los juzgados, con éxito, de las denuncias de los infractores, que recibían un castigo desproporcionado respecto a la infracción cometida. Si te saltabas el semáforo rojo –despacito, para ocupar sitio en la cola, que se adentraba hasta mitad de la Plaza Mayor–, te quedabas sin coche hasta que el taller dijera lo contrario. Y 200 euros de multa y 4 puntos menos en el carné.

Era una de esas actuaciones sencillas que no definen un programa electoral, desde luego, pero se erigen en símbolo del cambio. Óscar Puente tomó posesión del bastón de mando a mediados de junio y a finales de ese mes ordenó desactivar a 'bolardator'.

La otra medida inmediata fue permitir el acceso al Ayuntamiento a cualquier ciudadano por la puerta principal, restringida hasta entonces por decisión de León de la Riva.

Jesús Julio Carnero tiene también un símbolo que derribar de modo inmediato. Y lo puede hacer, de hecho, con tanta facilidad como ajusticiar al bolardo asesino. En su plan de choque inicial incluía «revertir» los carriles bici de Isabel la Católica y avenida de Gijón. El segundo es más complejo, pero el primero apenas necesita de un repintado y de retirar los accesorios que delimitan el carril.

La movilidad ha sido uno de los argumentos del PP en la oposición durante estos años y esta primera actuación es la más sencilla de todas las que tienen que ver con ella. Después tendrá que decidir, «con criterios técnicos», cómo debe discurrir el carril bici entre el Puente Mayor y el Puente Isabel la Católica, ahora unidos por ese carril que desaparecería, y cómo ejecutarlo.

Más adelante, Carnero ha incluido en su programa la ampliación del puente de Poniente, que en 2011 estaba prevista y presupuestada con un acuerdo que incluso anunció la Junta de Castilla y León. También quiere modificar los carriles tal y como están concebidos ahora mismo en López Gómez, fijar una zona de bajas emisiones mínima y promover un aparcamiento subterráneo en la Plaza Marcos Fernández, de Parquesol, así como reordenar aquellas calles del barrio que pueden modificar el estacionamiento en línea por plazas en batería.