Secciones
Servicios
Destacamos
Si no estás en él, no existes. En las inscripciones de nacimiento de este año ha triunfado el nombre de Olivia para las niñas y los nombres italianos como Enzo o Marco, para los bebés varones. Los que nazcan al año que viene probablemente ya ... tendrán su propio registro individualizado con los hechos más trascendentales de su vida y no sabrán ni lo que es un libro de familia. El Registro Civil de Valladolid, que expide 40.000 certificaciones al año, afronta una revolución tecnológica que le llevará a primeros de 2023 a estar entre las primeras sedes digitalizadas de España a las que los ciudadanos podrán dirigirse, sin salir de su casa, para conseguir una partida de nacimiento, un certificado de defunción, completar los trámites para casarse o de un cambio de nombre o de sexo. Pero, la otra cara de la gran transformación del servicio público gratuito, que se asienta en una base de datos única para toda España, es que los juzgados de paz, más de un centenar en el actual partido judicial de Valladolid, tienen los días contados. Una vez que se transformen las actuales agrupaciones de paz en oficinas colaboradoras del registro, las funciones de los tradicionales 'hombres buenos' de los pueblos se limitarán tanto que solamente podrán oficiar bodas, como hacen los concejales. Nada que ver con los tiempos de la transición democrática en los que hasta tenían potestad para levantar cadáveres. Cuando se desligue definitivamente este servicio administrativo de «lo judicial», de las funciones puramente registrales se ocuparán personas colaboradoras en esos municipios, que previamente tendrán que ser formadas y el centenar de oficinas tendrán que ser debidamente equipadas con el nuevo programa.
Noticia Relacionada
Ese gran número es, precisamente, la «singularidad» y la dificultad de implantación en el partido judicial de Valladolid, indica la actual encargada del registro civil vallisoletano, la letrada de la Administración de Justicia (LAJ) Begoña Arroyo. «Es un proyecto muy ambicioso al que se suman todas las oficinas colaboradoras en todos los municipios del actual partido judicial de Valladolid, un esfuerzo que supone una colaboración muy importante de los ayuntamientos para establecer los medios informáticos y adecuar los programas, así como formar a las personas que van a estar encargados del registro civil en ellas», explica la LAJ.
Hay que tener en cuenta, indica la funcionaria, que la mayor parte de los «asientos» en los libros registrales de los pueblos está hecha a mano. «Con el nuevo modelo, totalmente informatizado, será necesaria la colaboración muy importante con la Administración local», puesto que de las 113 oficinas colaboradoras (actuales agrupaciones de paz y juzgados) solamente 11 están dirigidas por letrados de Justicia, mientras que las otras 102 están en manos de los ayuntamientos. En total, en la provincia de Valladolid solo 24 de estas oficinas están ya informatizadas«, precisa.
Certificados expedidos 40.000
Expedientes de nacionalidad 1.300
Inscripciones registrales 12.000
Matrimonios celebrados en el registro civil 350
Cambio de sexo 12
El objetivo a conseguir es que cualquier vecino, viva donde viva en la provincia de Valladolid, pueda realizar todos los trámites registrales sin salir de su pueblo: certificados de nacimientos, defunciones, iniciar expedientes de nacionalidad, abrir un procedimiento de matrimonio, pedir una fe de vida o rectificar cualquier dato relacionado con su persona.
El coordinador de los letrados de la Administración de Justicia de Valladolid, Enrique Gutiérrez, señala que el registro civil va a ser, de todos los ámbitos de la administración pública del Estado, el que no solo está experimentando «la mayor transformación, no solo tecnológica y de adaptación a las nuevas necesidades de los ciudadanos» sino que se trata «de un cambio de modelo pero también de concepto, porque se pasa de un registro civil de hechos (nacimientos, matrimonios, defunciones) a un registro civil de personas». Actualmente, explica, «si te casas en Sevilla o falleces en Barcelona, cuando se necesita un certificado de estos hechos tienes que acudir a esos registros locales para solicitarlo. Ahora, con la base de datos única para toda España facilita mucho los trámites y el acceso a los ciudadanos». Los libros físicos, donde se anotaban todos los hechos trascendentales de la vida de una persona, desaparecen y se digitalizan los que ya existen, «de manera que un señor que necesite un certificado de nacimiento de La Bañeza no tenga que ir allí a pedirlo, con una firma electrónica avanzada conseguirá esa misma partida oficial sin salir de su domicilio».
En los primeros meses de 2023, Valladolid, junto con Murcia y Tarragona, va a estar a la cabeza de la implantación del nuevo registro civil, tras la puesta en marcha de Madrid y Barcelona. Pero tendrá que resolverse el escollo tecnológico por parte del Ministerio de Justicia en las oficinas rurales, la «interoperatibilidad» en los más del centenar de juzgados de paz existentes en el partido judicial vallisoletano. Este servicio público y gratuito, que pasa de tener un juez al frente a «desjudicializarse» y estar definitivamente a cargo de los letrados de la Administración de Justicia (tras cuatro ministros y años de polémica en los que se barajó que fueran los registradores de la propiedad quienes lo asumieran), «siempre ha funcionado a la perfección, pero el cambio de operador jurídico responde al concepto legal de que el juez tiene que dedicarse a juzgar y poner sentencias y no a trabajo administrativo», apostilla Gutiérrez.
El beneficio del cambio de sistema, resume el LAJ, «es, con carácter general, el acercamiento de la administración pública a los ciudadanos, porque no tendrán que ir a las oficinas donde se casaron, por ejemplo, a realizar un asiento o anotación. Con una base única se puede hacer constar la modificación en cualquier oficina y desde su casa e Internet solicitar certificaciones con firma reconocida que garantiza la autenticidad del documento».
Uno de los símbolos de la reforma del registro civil es la desaparición del libro de familia, medida anunciada desde hace meses. Pero el anuncio ha sembrado desconcierto, porque el documento se sigue pidiendo al ciudadano que acude a las sedes oficiales para realizar cualquier trámite ordinario, desde pedir una vida laboral a la Tesorería de la Seguridad Social hasta para solicitar una beca en la Universidad. Explica el coordinador de los letrados de la Administración de Justicia de Valladolid que el libro de familia es un «anacronismo» pero que «tiene validez y lo piden como certificado público«. La resposable del servicio indica que todavía hoy se siguen expidiendo pero en cuanto Valladolid entre de lleno en la digitalización, lo que se espera ocurra en los primeros meses de 2023, el libro de familia desaparecerá.
Begoña Arroyo, la actual letrada del Registro Civil de Valladolid lleva casi dos años al frente del servicio, cuando ya la atención al público estaba prácticamente normalizada tras la pandemia con la única excepción de restricciones en el número de personas. Detaca que hoy la mayor variación en la actividad (tras el importante incremento del registro de defunciones ocasionado por la pandemia en los dos primeros años de la crisis de la covid) es en los matrimonios, pues las bodas que se suspendieron en 2020 y 2021 se están celebrando ahora. Casarse por el registro de Valladolid, una vez fijada la cita previa, puede hacerse en un mes.
En la actualidad, en el Registro Civil hay cuatro secciones independientes: nacimientos, matrimonios, defunciones y tutelas. Con el nuevo modelo, cada persona tiene un registro individual desde que nace, con su código. En él se refleja si cambia de nombre, si se casa y si fallece. «Todos los hechos de su vida se reflejarán a partir de ahora en un registro individual, con lo cual el libro de familia desaparece. Esos hechos se van a interconectar, a su vez, con las personas con las que tiene vínculos: padre, madre, hijo, esposa...»
El registro vallisoletano, en el que trabajan 17 personas en la sede de la capital de la calle Torrecilla y 113 en los juzgados y agrupaciones de paz que serán las futuras oficinas colaboradoras, no es ajeno a la polémica de la reforma de la denominada 'Ley Trans', en fase de tramitación parlamentaria. Subraya Arroyo que, independientemente de lo que finalmente ocurra con los requisitos que ahora se están perfilando, ya está en vigor una norma que regula los supuestos para realizar este cambio y solicitarlo al registro civil. «Se exige un informe psicológico y documentación de que la persona está sometida a un tratamiento médico para que la persona se cambie el nombre si siente que su sexo es otro, es algo que ya se puede hacer actualmente», indica la funcionaria. De todo el volumen de actos registrales que realiza la sede vallisoletana, el porcentaje de solicitudes de modificación de nombre por cambio de sexo es muy residual: en lo que va de año, doce personas se han acogido a este derecho.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.