Valladolid

Reducen con una Taser a un joven que atacó con una botella a policías

Fue en ese momento cuando se empleó la pistola de descargas para inmovilizar y reducir al atacante. Al parecer, el padre y pareja de los implicados en la riña, con numerosos antecedentes por violencia de género, se encuentra cumpliendo condena en prisión. Desde entonces, los conflictos entre la madre y el hijo son continuos y esta madrugada ha tenido lugar otro episodio.

Esta es una de las primeras veces que se utiliza este tipo de armas en Valladolid, después de que se instruyeran a los agentes en estos dispositivos que empiezan a grabar la intervención segundos antes de que se accione el botón de las descargas.

Precisamente las seis primeras pistolas Taser llegaron a Valladolid hace más o menos dos años, aunque no se han podido utilizar hasta hace unos meses a falta de impartir cursos teóricos y prácticos a los agentes. El objetivo de estos artilugios es que los policías salgan a la calle con un nuevo elemento destinado a mejorar la seguridad ciudadana, pero, sobre todo, para evitar la posibilidad de emplear armas de fuego.

Estos dispositivos de electrochoque son armas con forma de pistola que, al activarlas, disparan dos dardos que aplican una descarga eléctrica al hacer impacto en el cuerpo de la persona, que la incapacita temporalmente. La descarga es un impulso eléctrico de unos 50.000 voltios y una duración limitada, normalmente de unos 5 segundos, que confunde al sistema nervioso y produce una paralización muscular, provocando una incapacitación temporal de la persona.

La descarga puede ser continuada y prolongada si se mantiene el gatillo apretado o reiteradas tantas veces como se presione y suelte el gatillo, o puede interrumpirse. También se pueden utilizar como arma de contacto directo, pues hace saltar una chispa entre los electrodos que en contacto con el cuerpo de la persona produce una descarga eléctrica localizada.