Ana Redondo, concejala de Cultura en Valladolid: «Para perderme... la Montaña Palentina, y para ir a la playa, Oyambre no tiene rival»

–¿A qué verano que añora le gustaría volver este verano y no podrá?

–No añoro el pasado me gusta vivir el presente, aunque este es un verano muy complejo.

–¿Tiene pueblo o le prestan uno?

–Soy muy de pueblo. En mi infancia, Samboal (Segovia), el pueblo de mi madre nos acogía todo agosto. En Villagarcía de Arosa viven mis primos y mi tía, y todos los años celebramos allí las reuniones familiares. Viana de Cega es mi pueblo adoptivo desde hace 30 años, es un paraíso de tranquilidad... Y por Cardaño de Abajo, en la Montaña Palentina, a los pies del Espigüete, me gusta perderme.

–¿Qué se llevaría a un pueblo vaciado?

–A un pueblo vaciado me llevaría una buena conexión a Internet.

–¿Es de los vallisoletanos de Benidorm o de los vallisoletanos de Santander?

–De San Vicente de la Barquera y la playa de Oyambre con sol no tienen rival, pero en la Barrosa (Cádiz) no tienes que estar pendiente de que abra el cielo para ir a la playa.

–¿Qué hay mejor que un amigo con piscina?

–Una hermana con piscina.

–¿De qué se desconfinaría primero, de su pareja, de los hijos o nietos, de la mascota, del trabajo...?

–De la anormalidad. Echo mucho de menos los abrazos y las risas y ver la cara de la gente por la calle. Soy observadora y me gusta interpretar el estado de ánimo de la gente con un golpe de vista... Ahora solo aprecio preocupación y miedo en los ojos de muchos vecinos.

–¿Ha realizado ya todos los planes que se le ocurrieron durante el confinamiento o ha dejado alguno para el verano?

–Esta pandemia tan persistente mantiene en suspenso muchos planes que estaba segura que íbamos a poder realizar, como celebrar las mejores ferias y fiestas de Valladolid, con unos estupendos conciertos, fuegos artificiales, feria de día... Y no va a poder ser. Hice tantos que dudo tenga tiempo de hacerlos todos.

–Volver de la playa con la mascarilla en el moreno, ¿es sexy?

–Nada de esta pandemia es sexy. Tampoco lo es el exceso de sol. Yo voy con mascarilla buscando la sombra.

–Para sus hijos querría un verano como el del año...

– Un verano de infancia con todo el tiempo del mundo para jugar, leer y aburrirse un poco con ese aburrimiento creativo tan necesario para imaginar y pensar.

–¿Y si nos quedamos aquí? ¿Qué nos recomienda hacer o descubrir en Valladolid?

–Valladolid es un sitio estupendo para vivir, también en verano porque lo tiene todo, desde playa hasta planetario. Yo comenzaría por ir a la oficina de turismo y apuntarme a una ruta guiada para conocer las mil y una ciudades que esconde Valladolid. La ciudad de la corte, la ciudad de los ríos, la ciudad del Hereje de Delibes, la ciudad de los museos, de los escritores... Por supuesto, después del recorrido, un buen tapeo con un Cigales o un Rueda y a comer un lechacito con Ribera del Duero. Por la tarde un espectáculo del TAC en el Calderón o el Lava; y por la noche un concierto a cielo abierto para finalizar en una terraza... ¡Un planazo! Eso sí, con mascarilla.

–¿En la bolsa de la playa o la mochila de la montaña, mascarilla, gel de manos y...

–Crema solar de protección 30.

–La pandemia le impedirá hacer este verano...

–Disfrutar de una vida normal, de encuentros con besos y abrazos.

–¿Es de las que sufre en silencio los incumplimientos de las normas covid o de las que se para y recrimina?

–Soy de las convencidas de que el ejemplo es la mejor pedagogía, pero si no es suficiente doy un toque de atención educado y sin acritud... A cualquiera en un momento dado se nos puede olvidar la mascarilla, pero no podemos permitirnos poner en riesgo a los demás, ni a nosotros mismos. Para superar esta pandemia tenemos que ser responsables individual y colectivamente.

–¿Qué no echará de menos de los últimos cuatro meses?

–La preocupación constante. Las malas noticias sanitarias y el aplazamiento de espectáculos culturales.