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Un camarero sirve una consumición en la plaza Mayor de Salamanca. El Norte
La recuperación económica provoca la mayor incorporación al mercado laboral en 14 años en Valladolid

La recuperación económica provoca la mayor incorporación al mercado laboral en 14 años en Valladolid

La inconsistencia del empleo provoca una gran diferencia entre el alza de ocupados en la EPA y los afiliados a la Seguridad Social

Lunes, 25 de febrero 2019, 07:50

Como en el dicho popular que sostiene que 'dinero llama a dinero', el mercado laboral vallisoletano ha entrado en una fase en la que 'la mejoría llama a mejorar'. La población ocupada se incrementó en más de 17.000 personas el año pasado y, en una situación insólita desde los años de la bonanza-burbuja económica, una cantidad equivalente a casi la mitad de esa cifra abandonaron su situación de inactividad y se pusieron a buscar trabajo, animados por las buenas perspectivas. Con el censo no ya estancado, sino en retroceso (711 habitantes menos entre los dos últimos recuentos anuales del INE), el hecho de que 7.700 vallisoletanos (5.600 hombres y 2.100 mujeres) se incorporasen al mercado laboral solo puede considerarse como una noticia que invita al optimismo.

Según la última EPA, la población activa (ocupados + parados) está formada por 255.300 personas, que representan el 58,2% de todos los mayores de 16 años. No es el mejor dato de la historia, ya que fue superior en los primeros años de la crisis, cuando la destrucción de puestos de trabajo en masa provocó la incorporación al mercado de miles de personas hasta entonces inactivas, pero sí es el mejor resultado absoluto en cinco años y medio. Ahora, al contrario de lo sucedido en los años de la recesión, la incorporación a la búsqueda de empleo sí tiene visos de dar resultado.

Como es ya sabido, el año pasado, además de incrementarse la cifra de ocupados en 17.100 personas, la de parados se redujo en 9.200, con lo que la tasa de desempleo cayó hasta el 10,25% de la población activa, con una bajada de más de cuatro puntos porcentuales. La población activa, mientras, registró un crecimiento anual en la provincia del 3,1%, el más pronunciado desde 2004, cuando fue del 4%.

Ocupados vs afiliados

Esta misma semana, el servicio de estudios BBVA Research realizó una estimación de creación de empleo para Castilla y León, entre el final de 2018 y el de 2020, de 35.000 puestos de trabajo. Si bien no aportó cálculos provincializados, el año pasado Valladolid fue la más dinámica de la comunidad, con un aumento del empleo en términos de afiliación, el 2,36% más que un año antes. El servicio de estudios de Unicaja, que cifra en el 3,4% el crecimiento del PIB de Valladolid en 2018 (el mayor de la región), anticipa para 2019 un aumento del 2,8%, otra vez el más acusado.

Llama la atención la gran diferencia existente entre el incremento de ocupados que estima la EPA –17.100 en todo el año– y el registrado en las oficinas de la Seguridad Social –4.984 personas–. Para el INE, son ocupados los mayores de 16 años «que durante la semana de referencia han tenido un trabajo por cuenta ajena o propia», de «al menos una hora» o que no han tenido trabajo, pero «mantienen un fuerte vínculo con él». Se incluyen los estudiantes en prácticas y aprendices, siempre que hayan recibido remuneración, y también los trabajadores irregulares que se encuentran en la economía sumergida sin estar dados de alta en el registro de Seguridad Social. Los datos que aporta el organismo se refieren a la afiliación media, que es el promedio de los que están dados de alta en cada uno de los días laborables del mes.

Así pues, el ingente número de contratos que se formalizan todos los meses, con un gran número de personas que entran y salen del mercado laboral de forma continua, algunos varias veces a la semana; unido a la distorsión que provoca el hecho de que la EPA no distinga entre empleo formal o 'en negro' serían las causas principales de la disparidad que presentan las dos principales fuentes de información sobre el empleo.

Volviendo a la población activa estimada por la EPA, desde el punto de vista de la edad, en 2018 descendió ligeramente en el grupo de 16 a 19 años (hay 1.800, que suponen trescientos menos que un año antes) y en el de mayores de 55 (son ahora 44.700, es decir 1.900 menos). Por el contrario, hay otros 1.900 más en el tramo de 20 a 24 años y, sobre todo, 8.000 más, en el de 25 a 54 años, hasta un total de 196.500 personas.

Por sector económico, las personas en edad de trabajar y con disposición a hacerlo aumentaron, sobre todo, en los servicios y en la agricultura, mientras que prácticamente permanecieron estables en la industria y la construcción. El sector agrario ganó 4.700 activos en doce meses, hasta un total de 11.500;mientras que al sector terciario se incorporaron 7.700 personas, hasta las 172.400. La industria perdió doscientas (46.500) y la construcción se dejó cien (12.000). En cuanto a los parados que buscan su primer empleo o han dejado el último hace más de un año, cayeron desde los 17.300 del cuarto trimestre de 2017 a los 12.900 del cierre de 2018.

Menos inactivos

Además, de un año para otro, Valladolid ha pasado de tener 191.300 inactivos, a ver reducida esa cantidad en nada menos que 8.000 personas. De los 183.300 que hay ahora, el grupo más numeroso es el de los jubilados o pensionistas (contributivos y no contributivos), que está formado por 97.800 individuos, doscientos menos que un año antes.

El grupo que más se redujo fue el de personas con incapacidad permanente, que es de 11.100, cinco mil menos que un año antes. Precisamente el año pasado el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, apuntó que en España «existe un problema» con la incapacidad permanente y anunció la intención del organismo de «reclasificar y dar otra ocupación» a estas personas, ya que su situación «es una auténtica contradicción» en un momento en el que «hay gente que sufre graves discapacidades y está trabajando», dijo.

Otros dos grupos de inactivos vieron reducir sus integrantes en torno a dos mil personas: el de los estudiantes (hasta 26.400) y el de quienes se dedican a las labores del hogar (hasta 44.800)Aumentaron, por el contrario, en más de mil personas quienes están en situación de inactividad por otras razones (hasta 3.200).

Si acudimos a la Seguridad Social en busca de cuáles fueron las actividades que más incremento de afiliación tuvieron en 2018, las campeonas son las 'administrativas y de servicios auxiliares', un cajón de sastre donde se integran casi cuarenta subcategorías, incluidas la limpieza, la seguridad privada y los teleoperadores, pasando por las labores de oficina o los agentes comerciales. Ganaron 964 afiliados, hasta superar los 20.000. Las actividades sanitarias y de servicios sociales aumentaron en 690 inscritos; la educación, en 619, y la construcción, en 611. Porcentualmente, la sección con mayor progresión fue la agricultura y ganadería, con el 10,6%, que se tradujo en 193 afiliados más.

Con todo, todas las fuentes laborales coinciden en que el ritmo de creación de empleo se frenará este año, después de que el pasado ejercicio España lograse el mayor crecimiento de puestos de trabajo en 12 años. Incluso el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lo confirmó en enero en una comparecencia en Davos, donde calculó en 330.000 los nuevos empleos para este ejercicio.

El año pasado se generaron en todo el país 566.200 nuevos ocupados, según la EPA, y 563.965 afiliados, según la Seguridad Social. Como se aprecia, en el caso de España la discrepancia entre ambos datos es menor. En Castilla y León sí hay brecha, ya que el INE habla de 25.300 nuevos ocupados y la Seguridad Social, de 13.909 afiliados más.

Labores del hogar, una profesión en vías de extinción

Hace treinta años ocupaban a más de 120.000 personas y hoy no llegan a 45.000. Las labores del hogar son casi un vestigio del pasado y, sin embargo, cada vez hay más varones que optan por ellas, quizá no siempre por gusto. La Encuesta de Población Activa considera que, al igual que los jubilados o pensionistas, los estudiantes y los incapacitados permanentes, quienes se ocupan de las labores domésticas son 'inactivos', puesto que se dedican a cuidar sus propios hogares y no están disponibles para un trabajo remunerado.

Entre los años 2009 y 2016, más de medio millón de amas de casa españolas se incorporaron al mercado laboral, asumiendo un papel fundamental para salvaguardar la economía doméstica. Según un análisis de Adecco, a partir de 2016 se produjo un retroceso en el número de amas de casa que se incorporan a la búsqueda activa de empleo.

Según la EPA, en el año 1986 había en Valladolid 120.400 personas atareadas en las labores del hogar, una cifra que representaba el 24,4% de la población total. Uno de cada cuatro habitantes, nada menos, y el 99,6% de ellas eran mujeres. Diez años después, este colectivo lo formaban 83.900 personas y otros diez años más tarde, al cierre de 2006, sumaban 66.000. En la actualidad, las 44.800 personas dedicadas a las tareas domésticas ya no pueden ser consideradas exclusivamente 'amas de casa' porque también hay 'amos'.Sin datos por provincias, en Castilla y León los hombres suponen el 8,1% del total del colectivo.

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