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Antonio Verdugo, cura de la Parroquia de Santo Toribio en Las Delicias, recibirá este jueves un galardón que parece creado para él: la mención 'Solidaridad Invisible'. De solidaridad sabe mucho este hombre de 64 años, que lleva los últimos 20 enfrascado en el proyecto 'Las ... Delicias: un barrio de todos y todas', y de invisibilidad también ha vivido lo suyo, ya que su labor social permanece casi en el anonimato y son pocos los que saben de la ayuda desinteresada que ofrece a las personas con riesgo de exclusión social del barrio. «Hacemos una tarea de servicio al más excluido, al más marginado de una zona vulnerable de Valladolid», afirma Verdugo, que atiende a 240 personas a través de diferentes actividades que van desde el apoyo escolar y el deporte a las clases de español para extranjeros recién llegados.
Verdugo comenzó su tarea social en Peñafiel, después pasó un tiempo en Perú para regresar más tarde a tierras vallisoletanas, donde continuó su labor en Pedrajas de San Esteban para recalar después en la calle Hornija, donde desarrolla su actividad como albacea de Millán Santos, su predecesor. «Llevo desde principios de siglo dando servicio a la gente del barrio desde una perspectiva creyente. No entiendo que una persona pueda ser creyente y dé la espalda a la realidad», explica el párroco, cuya realidad del día a día es la de tratar de solucionar los problemas de distinta índole de las personas que viven en el entorno de Las Viudas, sean o no cristianos. «En la parroquia tenemos personas creyentes y otras que no lo son. Lo que nos une es esta propuesta de trabajo en esta zona de Valladolid. El barrio es tan multicultural que dentro del proyecto tenemos gente de todas las religiones, pero estamos muy unidos. Trabajamos por un bien común con gente de otras confesiones cristianas o con marroquíes que profesan la religión musulmana», añade.
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El colectivo de asociaciones Plataforma Social de Valladolid es el que concede esta mención, que va por su quinta edición. Con esta distinción busca visibilizar y reconocer el trabajo desinteresado de aquellas personas o colectivos que tienen que ver con la inclusión social, la lucha por los derechos sociales de todas las personas, en especial de las más vulnerables, y la justicia social. «No quiero pecar de falsa modestia. Este reconocimiento está bien para seguir caminando y compartiendo camino», concluye el párroco, que sigue trabajando en Las Viudas por la mejora de la calidad de vida de las personas con más necesidades de Las Delicias.
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