Reabre la biblioteca de la Casa Cervantes tras la restauración de las estanterías

La finalización de la restauración del mueble permite que los visitantes de la Casa Cervantes puedan recorrer de nuevo la biblioteca, el primer espacio que fue visitable del museo, que se abrió en 1916 y nunca se había restaurado hasta ahora. Entre las tareas que se han llevado a cabo destacan la colocación de maderas en la zona trasera para prevenir de la humedad, la sustitución de cerraduras en mal estado, el ajuste de algunas puertas, el cambio de las baldas o la aplicación de un tratamiento biocida contra insectos xilófagos.

Como aliciente, la visita será gratuita hasta el 23 de diciembre y los que decidan acudir a este emblemático espacio podrán ver la casa y las remozadas estanterías que acogen más de 4.000 libros, entre los que se encuentra la colección del marqués de la Vega-Inclán, uno de los fundadores del museo. Además, la muestra se completa con una serie de duplicados de la Biblioteca Nacional, lo que llevó a este lugar a convertirse en la segunda biblioteca más visitada del país después de la propia Biblioteca Nacional.

Carolina Rodríguez, técnico auxiliar de la Casa Cervantes, augura que las visitas al museo se multiplicarán hasta Navidad y afirma que la actuación llevada a cabo en las estanterías era más que necesaria. «Se tenía que hacer. Había baldas muy dañadas», recalca.

El tiempo que ha estado cerrada la biblioteca se ha aprovechado además para restaurar el retrato de Cervantes que preside la estancia, en el que se ha intervenido para reparar las pérdidas de pigmento que presentaba. «No sabemos la razón por la que había sufrido estos problemas, pero creemos que puede ser porque está en una zona cercana a la puerta de salida al patio y entra viento, polvo y humedad que ha podido contribuir a que la obra presentara algunos desconchones», explica Carolina Rodríguez para desvelar las posibles causas que ha podido llevar a los restauradores del Museo Nacional de Escultura a encargarse de la actuación en este óleo sobre lienzo de 1880 de autor desconocido.

Las obras en la Casa Cervantes no acaban con la apertura de la biblioteca histórica. Unos grandes andamios tapan el pórtico de la Armedilla, que fue trasladado del monasterio en ruinas de la Orden de San Jerónimo a la Casa Cervantes en 1918 por orden del Marqués de la Vega Inclán, que quería salvar de la ruina determinados elementos arquitectónicos. Por ejemplo, también llevó al jardín de la Casa Cervantes la parte alta de la fachada del Hospital de la Resurrección antes de que fuera derruido.

Ahora, 104 años después de su reubicación, este pórtico de piedra datado en 1512 se enfrenta a una actuación en la que se va a retirar el cemento y los morteros antiguos y se va a realizar una limpieza integral. «Tenemos previsto tardar unos cuatro meses. Empezamos el 14 de noviembre y esperamos acabar el 14 de marzo», señala Vanesa Gómez, restauradora de la empresa Sabbia, que es la que está llevando a cabo la actuación gracias a una inversión de 63.529,58 euros.