165 aniversario de El Norte de Castilla ·
El expresidente reivindica «la necesidad del consenso en los grandes temas de Estado» y advierte sobre «lo peligroso que es resolver con mayorías cuestiones que incumben a toda la nación»Mariano Rajoy recaló ayer en Valladolid con un manual para gobernantes orientado a encarar etapas de ciclogénesis políticas explosivas como la que atraviesa el país. «Lo que sea España es algo que tenemos que decidir todos los españoles. Es un error que se pacte lo que España pueda ser en el futuro con partidos que no creen en España», esgrimió el expresidente delPP y del Gobierno de la nación, en el acto, patrocinado por Unicaja, que clausuró la programación que El Norte de Castilla ha desarrollado para conmemorar su 165 aniversario como decano de la prensa diaria española.
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Por si la reiteración no era suficientemente clara, el dirigente popular volvió a insistir: «No se puede pactar lo que sea España con quien no cree en España».
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Mariano Rajoy abordó asuntos políticos de actualidad desde el repaso a su experiencia de siete años como inquilino de La Moncloa que recoge en el libro 'Una España mejor' que acaba de publicar. Retornado a su plaza de registrador de la propiedad, Rajoy destacó el valor del acuerdo unánime en asuntos como el del relevo en la Jefatura delEstado (la abdicación de Juan Carlos I), la lucha contra el terrorismo y la defensa de la unidad de España. «No apliqué el artículo 155, pese a tener mayoría en el Senado, hasta que no logre el consenso con Cs y, sobre todo, con el PSOE», recordó.
La reivindicación que hizo del consenso se enmarcó en la defensa del «centrismo» entendido como la moderación aplicada a la ideología política. «Una cosa es tener convicciones y otra ser doctrinario. La política es el arte de aplicar aquella parte de los ideales que las circunstancias hacen posible y una vez que se toma una decisión, mantenerla, aunque las críticas y las presiones sean fuertes, que las hay», subrayó el expresidente, que rememoró que lo primero que le tocó hacer a él fue subir impuestos, nacionalizar parte de la banca, quitar una extra a los funcionarios y contratar una gran operación de deuda para pagar los 5,9 millones de facturas pendientes. Todo lo contrario de lo que predicó en campaña electoral y recogía su programa.
El dirigente transformado en escritor de memorias situó el déficit público como el principal peligro que acecha a una Administración. «Estuvo a punto de llevarnos a la quiebra. Las administraciones públicas no pueden gastar más de lo que tienen, igual que sucede con las familias y las empresas», afirmó.
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«El Norte de Castilla no es un periódico más en España, es un periódico con personalidad propia y ese mérito de ser el decano de los periódicos españoles desde el mejor periodismo resulta mayor en estos tiempos de tanta volatilidad», argumentó Mariano Rajoy al abordar la trayectoria del diario. El expresidente delGobierno elogió la independencia de El Norte de Castilla, desde «las virtudes castellanas de la sobriedad, la discreción, la fiabilidad y la templanza», más oportunas que nunca, advirtió el dirigente nacional, en tiempos en los que el debate público es sustituido por «un despliegue de fotos y sentencias huecas que no superan, eso sí, el tamaño de un tuit. Seguimos necesitando buenos periódicos, con criterio, tolerancia y respeto, prensa seria», remarcó.
Ángel de las Heras, director general de El Norte de Castilla, repasó someramente la historia de un periódico que ha tenido como directores a tres premios nacionales de literatura y dos premios Cervantes y con una trayectoria periodística «fiel a los principios de independencia y credibilidad». De las Heras resaltó la implicación en la pervivencia de la cabecera de la familia Royo-Villanova, con cuatro generaciones ligadas al periódico. Mariano Rajoy deseó al Norte que cumpla muchos años. «Y si se me permite, que yo también lo vea», concluyó.
Y junto a la estabilidad financiera es imprescindible «hacer reformas, porque de la inercia no se puede vivir indefinidamente en ninguna faceta de la vida». El mensaje iba dirigido a Pedro Sánchez por el periodo que ha transcurrido desde la moción de censura que apeó al PP y a Rajoy del Gobierno de España. El orador echó mano de la retranca gallega para apuntar «la parte positiva» de ese 'dejarse llevar' del socialista: «Y es que no ha hecho nada, ni bueno ni malo».
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Rajoy defendió la validez de su reforma laboral. «Conviene no derogar las reformas que han funcionado», apuntó. Luego atribuyó la llegada de nuevo modelos de Renault a Palencia y Valladolid a esa reforma, porque así se lo reconoció el máximo responsable de la firma automovilística en un almuerzo con Juan Vicente Herrera, relató.
Ese «centrismo» por el que apostó Mariano Rajoy fue el remedio que recetó a su partido para neutralizar a Vox. «A las tesis populistas no se les gana con más populismo, se les gana con moderación, sentido común y voluntad de representar a todos», manifestó el expresidente, que señaló que el PP tiene «historia, representación en el territorio y personalidad suficiente como para volver muy pronto al Gobierno».
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No obstante, el político popular matizó que el fenómeno ultraderechistas ha alcanzado mayor virulencia en otros países europeos. «En España es donde menos se da», relativizó Mariano Rajoy. Recordó que desde 1977, elección tras elección, UCD, PP y PSOE han logrado siempre el primer y segundo lugar en los escrutinios. «El bipartidimo va a seguir, si no al tiempo», aventuró.
El expresidente de España situó la inmigración como «uno de los temas más importantes de los que tendremos que ocuparnos los próximos años» y lamentó la «demagogia» con la que se ha tratado «por uno y otro lado» del arco político, «contra las fronteras y contra el inmigrante». Mariano Rajoy suscribió la imagen de un Mar Mediterráneo que limita al norte con un campo de golf y al sur con un campo de chabolas, algo de lo que los europeos deben ser consciente, porque en algún momento tendrán que ocuparse de ello.
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El presidente repasó los días de la moción de censura y del desafío separatista de octubre de 2017. Preguntado por unas posibles terceras elecciones, esquivó la respuesta. «Ya no soy un político. No voy a decir qué hay que hacer». Y volvió a su libro, en el que da su opinión sobre las contraindicaciones de los «referendos sin consenso nacional previo» y hace suya la diferencia que su paisano Camilo José Cela encuentra entre el nacionalista y el patriota. Uno cree que su tierra es el mejor lugar del mundo y el otro que es la que merece todo el amor. El primero se equivoca y el segundo acierta, según el autor de 'La Colmena' y Rajoy.
El expresidente concluyó su charla con la contraportada de sus memorias de Gobierno, en la que recoge «que nuestro país pudo haber quebrado, pudo haberse roto, pudo haber sufrido una severa merma en sus sistemas de protección social o incluso pudo haber vivido una seria crisis institucional por el relevo en la Jefatura del Estado. Todo pudo haber ocurrido, pero nada de ello sucedió. Así lo viví». Fin de la cita.
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