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Hay una máquina de cazar infracciones en la A-6, a la altura de Rueda, que se ha convertido, por tercer año consecutivo, en el radar más 'multón' de la provincia, en el dispositivo que más coches fotografía y el que consigue mayores ingresos para ... el Estado en forma de multas. Cada día, 17 conductores son sancionados al pasar con exceso de velocidad por este punto, el kilómetro 171 de la A-6, en dirección hacia Tordesillas.
En total son 6.342 infracciones detectadas por este radar a lo largo de 2019, según los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT) recogidos por Automovilistas Europeos Asociados (AEA). Es, de largo, el 'multómetro' más activo de la provincia, instalado además en el tramo vallisoletano más vigilado, puesto que junto a este radar fijo habría que estar atento a las patrullas móviles que la DGT despliega en campañas específicas en el entorno deMedina del Campo. Hasta con cuatro de los quince radares más voraces de Valladolid se pueden cruzar los vehículos que circulan por la A-6 desde Madrid antes de llegar a Tordesillas. Hay 24.310 vehículos (el 15% de ellos, camiones) que, como media diaria, transitan por esta zona, de acuerdo con los mapas de tráfico que publica cada año el Ministerio de Transportes.
Automovilistas Europeos Asociados –que ha criticado el «afán recaudatorio» en el despliegue de máquinas, más numerosas en autovías que en carreteras secundarias, donde se registran más accidentes– calcula que el importe medio de las multas impuestas por exceso de velocidad se sitúa en 150 euros. Las sanciones mínimas son de 100 euros por circular, por ejemplo, hasta a 150 kilómetros por hora en una carretera limitada a 120 (la mayor parte de las autovías) y por ir a 120 en un tramo señalizado a 90 (las principales carreteras secundarias). Si se sobrepasan estos límites, las sanciones suben a 300 euros y pueden llegar a 600 (infracción muy grave) por circular por encima de los 191 kilómetros por hora en un tramo de 120 o por superar los 101 kilómetros cuando el límite está en 50 (en casi todas las vías urbanas). El cálculo –porque aún no hay datos ciertos de la DGT– dice que, sin contar con la resta del pronto pago y de las sanciones recurridas y ganadas, la recaudación total en la provincia ronda los 4,1 millones de euros. Y de ellos, 950.000 euros corresponden a este radar de la A-6 a la altura de Rueda.
Es el más insaciable de la provincia, en lo alto de un podio que se completa con el situado en la N-601, en la carretera de Madrid, a la altura del cruce con La Pedraja de Portillo, que registró 2.811 sanciones durante el año pasado. El tercero es el de la A-62 entre Cigales y Valladolid capital, que en 2019 cazó a 2.115 conductores que circulaban por ese tramo con exceso de velocidad.
Hay siete radares que concentran la mitad de las infracciones notificadas el año pasado en Valladolid. A estos tres dispositivos habría que sumar, en cuarta posición, el instalado en la VA-900, en el cruce de la glorieta de acceso a las urbanizaciones Fuente Berrocal y La Galera, en el término municipal de Fuensaldaña. Este radar –con límite de 50 kilómetros por hora– fue colocado en la primavera del año 2017, después de que los vecinos alertaran de varios accidentes en la zona. Hubo dos siniestros con heridos leves en 2016 y los dos años anteriores se registraron 16 (nueve con daños materiales y siete con víctimas, doce heridos leves).
El quinto dispositivo es el de la N-122, entre Tudela de Duero y Sardón, estratégicamente ubicado al término del tramo de autovía para cazar a los conductores despistados que no han levantado el pie del acelerador al entrar en la carretera convencional. El año pasado, 704 multas. Le siguen el de la reincorporación a la A-62 una vez pasada la variante de Tordesillas y uno más, móvil, en la A-6 cerca de Rueda.
En total, todos los cinemómetros desplegados por la provincia detectaron el año pasado 27.884 infracciones. Son muchas menos de las 42.701 del año 2018 y de las 61.586 del anterior. La experiencia del conductor, que conoce la ubicación de los dispositivos físicos, contribuye a reducir estos números, pero la caída viene motivada, principalmente, porque «en ocasiones muchos de estos radares están estropeados, desactivados, apagados o en revisión», explican desde Automovilistas Europeos Asociados. De hecho, sin duda ha contribuido la puesta en marcha de dos nuevos radares en la N-122 en Zamora, que se estrenaron el año pasado –activados en los últimos meses– con 10.727 multas entre los dos.
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