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«No quiero estar debajo de una lápida con mi nombre borrado»María Luisa Matobella, una vecina de Valladolid que tiene a sus padres enterrados en el cementerio de Las Contiendas, ha solicitado al Ayuntamiento que se ... cambien las letras pintadas en el bajorrelieve con las que se identifican unas 200 tumbas del camposanto vallisoletano. Esta mujer de 79 años asegura que, con el paso del tiempo y con las inclemencias del tiempo, la pintura desaparece y tanto los nombres de los difuntos como su fecha de nacimiento y muerte se convierten en ilegibles. «Cuando vienes, te das cuenta de que en algunas lápidas no se puede ver nada y eso no puede ser», explica María Matobella.
El gerente de Nevasa, Fernando Fernández, ha respondido al requerimiento de esta mujer, a la que ha indicado que la fase 4 en la que se ubica su tumba es la única del cementerio que cuenta con este tipo de inscripción y que la empresa pinta las letras todos los años antes del Día de Todos los Santos para evitar esos problemas. «Todas las sepulturas se mantienen, como no lo hace ningún otro cementerio. Hacemos un mantenimiento periódico con una pintura de exteriores», recalca.
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Desde Nevasa se señala que se han atendido todos los requerimientos de familiares de fallecidos que han solicitado que se pintaran las letras antes de la fecha estipulada porque la pintura se había borrado. No obstante, María Luisa Matobella teme que cuando ella muera nadie pueda solicitar que se pinte su sepultura. «No quiero estar debajo de una lápida con mi nombre borrado. Tienes que tener una persona pendiente de ir al cementerio para ver si se han borrado las letras y yo no puedo hacer eso porque tengo a toda mi familia en Alemania. y si algún día vienen, a mí ni me encuentran», afirma esta vecina.
Desde Nevasa se ha declinado la propuesta de María Luisa, aunque el gerente no cierra la puerta del todo. «No hemos dado la importancia a esta circunstancia para abordar un cambio de letras, aunque en un momento dado lo podríamos plantear. Pero hasta ahora no lo hemos visto necesario. Esta señora no encuentra alivio en nuestra respuesta, pero yo estoy tranquilo porque no la estamos desatendiendo», señala Fernando Fernández para zanjar un asunto que quita el sueño a esta vecina, quien recalca una y otra vez que no quiere pasar la eternidad «en una sepultura anónima».
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