«Quiero estar con mis amigos y no volver a estar encerrada»

Una de las mejores noticias del verano para la familia Bayón García fue que su hijo mayor, Rodrigo, obtuvo plaza en el instituto de Arroyo, donde comenzará primero de ESO. En este municipio vallisoletano hay más demanda que plazas, y era una preocupación latente. Martina, la pequeña de la familia, cursará cuarto de Primaria en su colegio Margarita Salas de La Vega.

Desde Cantabria, donde se han escapado un par de días antes de pasar las vacaciones por el sur de España, Martina y Rodrigo son conscientes de que estamos ante «una pandemia global que afecta a todo el mundo y sobre todo a la gente mayor, y ahora también a los jóvenes».

Los hermanos no saben muy bien lo que les espera en las aulas. «Creemos que habrá clases virtuales si hay contagios. No tenemos miedo a contagiarnos porque creemos que no nos pasaría nada importante, pero sí tenemos miedo de contagiar a los abuelos», dicen. Respecto a la posibilidad de tener que seguir el curso 'on-line', a Rodrigo no le preocupa, pero a Martina sí, «porque no vería a mis amigos y no quiero volver a estar encerrada». Desconocen por el momento cómo van a funcionar ambos centros escolares y no creen que vayan a tener extraescolares. «El equipo de fútbol aún no nos ha informado, pero estamos seguros de que no van a poder jugar. Martina hace gimnasia rítmica en el colegio y no creemos que puedan empezar», confiesan sus padres, Noelia y Alfredo. La preocupación de los progenitores es máxima. «No sabemos qué haremos con ellos en el caso que vuelvan a casa. Ninguno de los dos podemos teletrabajar. Rodrigo es más independiente, pero Martina todavía no. Hace unos días el colegio nos envió un correo informándonos de un plan de contingencia siguiendo el protocolo que manda la Junta y que señala gel en aulas y pasillos, distancia de seguridad y organización de espacios evitando aglomeraciones, con mascarilla obligatoria. Pero hasta septiembre no nos darán más información», confiesan.