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La quema de contenedores cuesta al Ayuntamiento 35.000 euros en el último año
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Valladolid
La quema de contenedores cuesta al Ayuntamiento 35.000 euros en el último añoNo hay una zona específica ni siquiera una coincidencia en el horario, tampoco una regularidad que permita 'cazar' con mayor facilidad a los autores de ... estos actos incendiarios. El año pasado en Valladolid ardieron un total de 126 contenedores y la concejalía de Salud Pública y Seguridad Ciudadana ha dado a conocer los costes que suponen estos daños causados por la quema de contenedores en Valladolid, unos desperfectos cuya factura asciende solo en los últimos doce a 35.000 euros. La cifra «entre dentro de la media de los últimos años», aseguran desde el Consistorio, comprende tanto los containers que tuvieron que ser reparados parcialmente como los que tuvieron que ser directamente sustituidos al no poder recuperarse para su utilidad, en total fueron 62 contenedores y en su mayoría los empleados para el reciclaje de papel y cartón.
Por zonas, no hay demasiadas preferencias porque estos actos se producen en la mayoría de las ocasiones de forma aleatoria, aunque en el registro de intervenciones de los servicios de emergencias destacan algunos barrios como Delicias, Huerta del Rey o la zona centro. No son los únicos barrios en los que se han provocado de forma intencionada incendios porque la Rubia, Barrio España, Huerta del Rey, Pajarillos, Pilarica, La Victoria, Delicias o San Nicolás tampoco se libran. Una de las quemas más llamativas tuvo lugar el pasado diciembre, en la madrugada del domingo 14 de diciembre. Ardieron entonces seis contenedores en menos de media hora en una ruta que comenzó en el camino Viejo de Simancas, continuó por la calle Joaquín María Jalón y terminó en Arca Real. Dos dotaciones de bomberos estuvieron ocupadas durante varias horas para sofocar unas llamas que conllevan un evidente peligro. «El de afectar a vehículos que se encuentren estacionados a escasos metros, pueden prender árboles o puede suceder que las llamas empiecen a coger altura y provoquen daños en las fachadas de locales o de las viviendas más próximos», señalan desde el servicio de extinción de incendios de Valladolid. Afirman además que para asegurarse de ocasionar daños en los contenedores, «los autores de estos hechos utilizan activantes con el fin de mantener la llama lo máximo posible».
El modelo preferido por los que se dedican a prender fuego a estos containers es el que se destina al servicio de reciclaje de papel y cartón. El azul de metal. De hecho, 79 de los 126 depósitos que ardieron en 2024 fueron de este tipo y el resto, 47, fueron los convencionales de basura. En los últimos tres meses del año se repitieron con mayor frecuencia estos actos y buena parte de ellos, 52 en total, se concentraron en el último trimestre.
Es curioso que detrás de estas quemas que afectan al mobiliario urbano -que tiene que ser reparado o sustituido después- no se encuentra un número elevado de personas que provocan, porque sí, actos vandálicos. Al contrario, se trata de un «muy reducido» grupo de personas, «pirómanos convencionales», señalan fuentes policiales. Se trata de personas multirreincidentes por hechos de esta misma naturaleza y en algunos casos con patologías mentales que agravan el problema. Están identificados y, tras detectar su autoría, la Policía Nacional mantiene un seguimiento de los casos, pero no es sencillo. Solo se hacen efectivas las detenciones cuando son pillados 'in suti'. «A veces van prendiendo los contenedores a medida que van haciendo un recorrido específico, aunque detectarlos se complica a medida que cae la noche», comentan fuentes policiales. Admiten que la colaboración ciudadana en muchos casos es de gran utilidad para poder atribuir la autoría de la quema de cubos que le supone al Ayuntamiento unos gastos añadidos.
De los 126 contenedores que ardieron el año pasado, 20 fueron en horario de mañana (de 07:00 a 13:00 horas), 31 por la tarde (en la franja comprendida entre las 13:00 y las 20:00 horas) y 64 en horario nocturno (desde las 20:00 hasta las 07:00 horas). «Pese a que no ha habido un aumento de estos hechos esperemos que no se repitan y que la gente sea consciente del peligro y del gasto que supone», comenta el concejal de Salud Pública y Seguridad Ciudadana, Alberto Cuadraro, quien apela «a la responsabilidad y a la sensibilización de la población» y cuyo departamento ha comenzado hace unos a sustituir los contenedores tradicionales de papel y cartón por otros con un sistema más eficaz en la recogida. Una medida que se enmarca en el Plan de modernización del Servicio de Limpieza.
Analizando la estadística de los últimos años se desprende que, en 2023 ardieron ocho cubos más que este último año. Fueron entonces 134 (77 de papel y cartón y 57 de basura). Un año antes, en 2022, un total de 117 se vieron afectados por las llamas (los mismos de cada tipo) y según los datos facilitados por el servicio de extinción de incendios de Valladolid, en 2020 ardieron 138 y en 2021, 177. Despuntan en la serie histórica de los últimos diez años, el 2014, como el año en el que ardieron más cubos, un total de 270 y el año 2018 con 217 depósitos afectados.
Estos comportamientos, contrarios al ordenamiento jurídico, y contemplados como delitos contra la seguridad colectiva, no están exentos de penalización, ya que se enmarcan dentro de las penalizaciones administrativas por deslucimiento de bienes inmuebles (en el caso de que los daños sean mínimos) y multas que pueden oscilar entre los 1.500 y los 3.000 euros por infracción muy grave de la ordenanza municipal. Asimismo, y dependiendo de la gravedad de las consecuencias, podrían enfrentarse a delitos de daños que comprenden penas de 1 a 3 años de prisión.
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