La punta de las crecidas de tres de los principales ríos que bañan la provincia ha comenzado a llegar este jueves en afluentes como el Cega o el Adaja y en el propio Duero, que aún podrían experimentar crecidas, en principio, suaves en la ... jornada del viernes después de que los tres registraran ligeros desbordamientos de sus cauces en puntos como Viana o Valdestillas y, en el caso del Duero, de este a oeste por la ribera, en la propia capital (en Puente Duero) o Tordesillas.
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En este último punto, aguas arriba de la desembocadura del Pisuerga, se mantiene la vigilancia por parte de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) al haber alcanzado su nivel de alarma el Eresma (aún en Segovia) y un pico el propio río que superó los quinientos metros cúbicos por segundo en San Miguel del Pino para estabilizarse en dicho caudal. La tendencia aguas abajo, a su paso por la ribera, era claramente a la baja a última hora de la tarde del jueves en Quintanilla de Onésimo o Herrera de Duero.
Las crecidas por la margen derecha de la cuenta, tanto del Esgueva como del Pisuerga, comenzaron a moderarse y este último presentaba ya un claro nivel descendente al bajar de los trescientos metros cúbicos por segundo después de alcanzar un pico de 312 en la capital, donde anegó los paseos inferiores a los pies del puente de Poniente sin causar daños. La punta de la crecida del Esgueva llegó también en paralelo a la capital después de que el miércoles anegará campos de cultivo y áreas recreativas en Villanueva de los Infantes y Olmos. En la ciudad, eso sí, solo alcanzó un pico de 6,6 metros cúbicos por segundos, suficientes para cubrir los paseos inferiores entre Pajarillos y Pilarica. Después se estabilizó en torno a cinco.
Los crecimientos más llamativos se produjeron en los cauces del Cega y del Adaja, a la espera de la punta del Eresma –ha superado su nivel de alarma en la localidad segoviana de Coca con un pico superior a los ochenta metros cúbicos por segundo–. El primero duplicó su caudal en 24 horas, al pasar de 18 a 47 metros cúbicos por segundo en Viana, y el segundo lo triplicó hasta superar los ochenta en Valdestillas.
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«Aquí el cauce es muy amplio y profundo y es difícil que cause daños», apuntaban al mediodía los vecinos de esta última localidad, donde el río sí se asomó a sus riberas y llegó a cubrir la plataforma donde se encuentra el depósito de agua y el aforador de la CHD. En Viana, donde se construyó un dique de contención hace seis años –uno antes se desbordó y anegó las casas–, los muros volvieron a parar la crecida del Cega al borde del casco urbano.
El Duero, en paralelo, cubrió la chopera de Puente Duero sin alcanzar las viviendas del barrio de la capital y rozaba el punto de fuga habitual en Tordesillas, al borde del hotel Doña Carmen, bajo el puente, sin llegar allí.
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