Exterior del antiguo colegio Santiago López, que acogerá un centro de participación ciudadana en el 29 de Octubre. J. Sanz

El pulmón social del 29 de Octubre de Valladolid está listo para latir

El Ayuntamiento confía en abrir el próximo curso el espacio de iniciativas ciudadanas que pretende combatir desde dentro los problemas de la barriada de Pajarillos

J. Sanz

Valladolid

Domingo, 22 de marzo 2020, 08:32

El principal objetivo del futuro Centro de Participación Ciudadana que surgirá de la recién concluida rehabilitación del antiguo, y desvencijado, colegio Santiago López no es otro que «impulsar la convivencia para que sirva de motor social del 29 de Octubre», anticipan los concejales de Urbanismo y Participación Ciudadana, Manuel Saravia y Alberto Bustos, antes de mostrar su confianza en que este espacio, enclavado en el corazón de la barriada de Pajarillos, pueda abrir sus puertas (si la actual crisis lo permite) a comienzos del próximo curso escolar.

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El inmueble en sí, que ocupa una manzana entre las calles Canario, Zorzal, Periquito, Pavo Real y Albatros, es ahora un moderno espacio acristalado con una superficie útil de 762 metros cuadrados, distribuidas en sus dos plantas (y un pequeño sótano), en el que se han invertido cerca de un millón de euros y en el que tendrán cabida aulas y salas polivalentes que podrán utilizar, sobre todo, «los colectivos y asociaciones del barrio y, en especial, las vinculadas al proyecto Pajarillos Educa». Pero en el inmueble también habrá hueco para los servicios sociales y una oficina destinada a la Policía Municipal.

«El objetivo es que sea un espacio de servicios sociales y educativos en el que los usuarios participen en su desarrollo»

La remodelación de este deteriorado edificio municipal, en cuyas aulas cesó la actividad en 2004, pone fin a más de tres lustros de abandono, en los que el patio se convirtió en un basurero y en el que el inmueble fue literalmente destrozado por los robos y el vandalismo. Pero eso ya es historia y la fisonomía del futuro Centro de Participación Ciudadana cambiará para siempre el eje central del polígono de viviendas, foco de numerosos incidentes, en especial, durante estos primeros días de situación de estado de alarma.

Un espacio más abierto

El viejo colegio, de entrada, ha perdido los muros que delimitaban el patio para abrirse a los vecinos con espacios adoquinados y con arbolado (catalpas, nogales y ginkgos) que amplían la plazoleta de la calle Canario, lugar que concentra la vida social del barrio, y que da aire, en la parte posterior, a la hasta ahora estrecha Pavo Real.

Los trabajos de remodelación comenzaron hace un año, cuando se retiraron varias toneladas de basuras del patrio, y acaban de concluir este mismo mes, a falta de pequeños remates y de la entrega de las obras al Consistorio. Después pasará a ser gestionado por la Concejalía de Participación Ciudadana, que impulsará aquí un modelo similar a los centros de participación ciudadana que ya funcionan en los barrios de España, Girón y San Pedro Regalado, a los que se sumarán este año este de Pajarillos y otro más habilitado en las antiguas escuelas de La Overuela.

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«Aquí van a tener cabida muchas de las actividades que ya se venían desarrollando en el barrio, especialmente a cargo del proyecto Pajarillos Educa, que ahora contará con un espacio propio para que los niños y niñas puedan realizar sus talleres», concreta Alberto Bustos antes de anticipar que la idea es que «sea un espacio abierto a iniciativas de fuera del barrio para impulsar aún más la integración de los vecinos con su entorno y normalizar una situación que simplemente debe pasar a ser normal».

Menudo fin de semana

El colegio, que cuenta con tres grandes aulas en la planta baja y otras tantas en la superior, además de oficinas (para los servicios municipales), albergará también «actividades que ahora se desarrollan en el centro cívico, como talleres de yoga y otros, y será el escenario de las iniciativas del programa Menudo fin de semana». Pero el objetivo principal es que este centro, añade el concejal, «sea un espacio de servicios sociales y educativos en el que tengan presencia cuantos proyectos vecinales, de dentro y fuera del barrio, resulten interesantes para fomentar la convivencia». Eso además de poder acoger exposiciones y citas culturales.

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«El objetivo, al igual que el del resto de centros ciudadanos que ya funcionan, y muy bien, en la ciudad, es que sea un lugar de encuentro y un espacio muy vivo en el que los propios usuarios participen en el desarrollo interno y en la programación bajo la supervisión del Ayuntamiento», concluye el edil de Participación Ciudadana antes de aclarar que ahora falta amueblar el interior con el objetivo de que «el centro esté a pleno rendimiento al comienzo del próximo curso escolar».

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