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Siempre se ha dicho, ahora se ha cuantificado. Si no se fumara prácticamente no existiría el cáncer de pulmón, una vida sana en alimentación y a distancia del sedentarismo también aleja esta sombra y un cumplimiento cuidado de las pruebas de detección precoz reduciría más ... que considerablemente el desarrollo de un tumor maligno. Y tales cuidados de hábitos saludables y prevención responsable bajarían entre el 30% y hasta el 50%, según el tipo de cáncer,esta patología, su mortalidad y, como consecuencia, también el gasto sanitario.
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Alrededor de 9.000 millones de euros se podrían reducir de los costes globales del cáncer en España. La AsociaciónEspañola Contra el Cáncer (AECC) quiso hace ahora un año analizar el peso también en el bolsillo que esta enfermedad supone para las familias, unos 150 euros de media al mes, en un 'caso tipo' de cáncer de mama (pelucas, transporte no urgente, analgésicos, cremas para la piel para protegerla de los tratamientos radioterápicos, etc...), pero que podrían aumentar hasta a 300 euros en un caso de cáncer gástrico, por ejemplo.
A María del Carmen Cañibano le identificaron un nódulo en el pecho derecho en 1998 en un control mamográfico. Pasaba pruebas rutinarias cada seis meses, hasta que, en 2002, le comenzó a supurar el pezón de esa misma mama. «Ahí recibí el primer diagnóstico: carcinoma in situ en los conductos galactóforos del seno», recuerda. Aunque perdió audición de un oído tras la operación y el tratamiento, el tumor remitió y pasó cinco años «haciendo vida normal en la tienda de fotocopias donde trabajaba».
No fue hasta 2007 cuando, al depilarse la axila, notó «un bulto bastante grande en el pecho», por lo que acudió al médico para ver qué ocurría. La respuesta fue «carcinoma ductal infiltrante de segundo grado». Comenzó entonces las sesiones de quimioterapia y radioterapia con «mucha preocupación sobre todo por pelo», ya que una de sus hijas se casaba a los quince días de empezar el tratamiento. «Me hice fuerte por mis tres hijas.No quería que sufrieran», asegura.
Para Cañibanom el momento «más impactante» fue el de «perder el pelo» mientras se duchaba en casa de su hija más pequeña. «Lloré sola, no quería que ella me viese así», cuenta. Como siempre ha sido «muy coqueta y presumida», fue a la peluquería. «Con el maquillaje y la peluca me sentía disfrazada, pero lo que más me dolía era no sentirme atraída por mi pareja», evoca. Y el tratamiento surtió efecto, en parte también «por la ayuda psicológica» que recibía durante el proceso. «Las personas que conocía en el hospital eran un gran apoyo, pero me sentía fatal cuando alguien faltaba a una sesión de quimio, ahí me esperaba lo peor», recuerda.
No fue hasta nueve años después (2017) cuando recibió la noticia de la reaparición del carcinoma, pero esta vez en fase tres. Y las secuelas fueron en aumento. «Tenía muchas venas quemadas, se me hinchaban los brazos y tenía que tener cuidado para no pincharme en los dedos», explica. María Carmen Cañibano reafirma que a estas alturas «ya no tuvo miedo» porque sabía «lo que se acercaba». Se sentía «muy cansada», y había días que «no cesaban los vómitos», pero fue «valiente» y volvió a superarlo.
Ya hace 22 años de aquel primer «susto», pero solo mira al futuro, donde tiene cuatro nietos «fantásticos» que «no esperaba conocer». Ahora está apuntada a yoga e imparte talleres de voluntariado en la Asociación Española Contra el Cáncer. Informa: Miriam Conde.
Con ocasión de la conmemoración del Día Mundial del Cáncer, la asociación ha analizado el impacto en las cuentas públicas, cifrado en 19.300 millones de euros; lo que abarca el 20% del coste sanitario total, más de 12,2 millones corresponderían a Castilla y Léon en una comparación de prevalencia y, sobre todo, cuesta salud y vida. Es el cálculo que ha realizado la consultora Oliver Wyman para la AECC, que engloba los costes que supone el cáncer para el alrededor de millón y medio de personas que lo padecen en España –73.980 en Castilla y León; de ellos, 16.041 en Valladolid–, según el registro autonómico poblacional. Cada año son 275.000 los nuevos diagnósticos –17.592 en Castilla y León; de ellos, 3.483 en Valladolid–. Y al coste sanitario y social se une este impacto económico, que incluye tanto el propio gasto sanitario como loscolaterales (transporte, comida, tratamientos adicionales…) y otros costes indirectos laborales, sociales y familiares. Los datos además registran una evolución al alza muy relacionada con el envejecimiento de la población.
Y por gasto se entiende el sanitario pero también el de la pérdida de oportunidad. Así, el estudio estima, por primera vez, las tres grandes facturas: los directos médicos derivados del tratamiento, seguimiento, farmacia y parafarmacia y atención médica adicional pagados por el paciente, así como cuidados paliativos y preservación de la fertilidad; los directos no médicos como el transporte, la comida, el alojamiento, elequipamiento y las obras de casa, así como cuidados y transporte a radioterapia subsidiado por la administración y los indirectos tales como la pérdida de ingresos de pacientes activos y de su familia, de la productividad como consecuencia directa del cáncer o por muerte prematura.
Una de las principales conclusiones del informe es que el impacto económico de la enfermedad varía notablemente en función de la tipología del cáncer. Los tipos de tumores de mayor incidencia son cuatro: colorrectal (2.500 millones), mama (2.200 millones), próstata (1.000 millones) y pulmón (2.100 millones), siempre en cuantías estatales. Otro dato importante es que la población en edad laboral supone el 40% de la incidencia y el 62% del impacto económico.
Y este gasto lo asume en el 55% la Administración pública y el 45% en propio afectado. La mayor parte del coste se produce en el primer año de la enfermedad, continuando el gasto en siguientes años y este se mantiene para las familias en muchas ocasiones de manera permanente y, en otras, durante los cinco años hasta que se considera a la persona como superviviente. Ante esta situación, «hay diversos factores que pueden contribuir a la reducción de los costes del cáncer. La prevención y la detección precoz pasan por ser una opción que el país debería considerar para abordar de manera inmediata el gasto que genera la enfermedad», destaca el trabajo.
Así, si se interviniera en los hábitos de vida saludables, «la reducción del coste sería significativa» y repasa algunos ejemplos. Eliminar el consumo de tabaco, evitaría el 30% de los casos de cáncer y supondría un ahorro estimado de 5.700 millones en España; hacer los mismo con el el consumo alcohol, reduciría un 7% de los casos de cáncer y significaría un ahorro aproximado de 1.300 millones de euros; acabar con la obesidad se traduciría en casi un 4% de enfemos menos y equivale a un ahorro de unos 770 millones de euros.
Asimismo, los tres programas de cribado implantador para los cánceres de mama, colon y cérvix. Según los resultados del informe, un cáncer metastásico de mama (más de 200.000 euros) cuesta casi cuatro veces más que un cáncer detectado en estadio local y uno de colon (casi 150.000 euros) hasta tres veces más. De establecerse programas de cribado en todo el territorio español para las personas en edad de riesgo, se estima que se podría llegar a una reducción de los costes en más de 1.000 millones de euros. En Castilla y León están implantados y, especialmente extendido el de mama.
El impacto de la prevención en muertes sería de 55.000 menos en toda España –3.767 en la región y una reducción de 724 en Valladolid.
La Consejería de Sanidad destaca que en la comunidad hay tres unidades de Consejo Genético en Cáncer (UCGC), ubicadas en las áreas de salud de Burgos, Salamanca y Valladolid, atendieron a 894 pacientes y 418 familiares en el año 2018, según datos de la Consejería de Sanidad. También señala que en la región se han puesto en marcha hasta la fecha diferentes programas: de prevención y detección precoz de cáncer de cuello de útero (58.491 pruebas de cribado y 2,6% de citologías positivas); programa de detección precoz de cáncer colorrectal (242.218 pruebas realizadas y 5,2%); y de detección precoz de cáncer de mama (111.802 mamografías y 7,9% positivas).
Pacientes, familiares, voluntarios, colaboradores y profesionales constituyen la AsociaciónEspañola Contra el Cáncer (AECC) que desarrolla su actividad en toda España. En 1953 José Biosca funda esta organización no gubernamental, que diez años más tarde crecería en creación de centros y tratamientos y fue la AECC la primera en implantar la bomba de cobalto, antecesor de los aceleradores lineales. Una década más tarde, el hito fue el de impulsar la investigación, entre otros muchos caminos asistenciales y de recursos. A punto de cumplir 59 años, la Junta Provincial de Valladolid se traslada desde San Diego a una nueva sede mucho más amplia en el número 26 de la calle Claudio Moyano.
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