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Javier Fuertes (remolacha), Brescia Terra (Country Manager España y Portugal), Joaquín Kaspar (maíz) y David Merino (sorgo). A.DÍEZ
Los proyectos de investigación de KWS de remolacha, maíz y sorgo al servicio del campo
JORNADA +KWS OTOÑO

Los proyectos de investigación de KWS de remolacha, maíz y sorgo al servicio del campo

Campo experimental ·

El terreno de la empresa en Simancas acogió una jornada de puertas abiertas

Andrea Díez

Valladolid

Sábado, 16 de septiembre 2023, 00:09

Uno de los objetivos vitales en el área de investigación es hallar la solución de problemas prácticos. Y en esta búsqueda KWS, una de las principales empresas obtentoras de variedades vegetales de los principales cultivos en España tiene mucho que decir. «Invertimos el 18% de los beneficios en proyectos de investigación», destacó Brescia Terra, la nueva Country Manager de España y Portugal, en la jornada de puertas abiertas +KWS Otoño. Una cita con agricultores y distribuidores que se consolida con el paso de los años como un «modelo de éxito» y que se plantea exportar a otros puntos del país.

Una vez más, el campo experimental de Simancas fue el escenario del evento que organiza dos veces al año (primavera y otoño), la empresa KWS con sede central en Zaratán. Sobre el terreno un nutrido grupo de asistentes escucharon de primera mano los avances y soluciones para cultivos como la remolacha, el maíz y el sorgo. Divididos en tres grupos fueron rotando para atender las explicaciones de Javier Fuertes, KWS Product Manager de remolacha; Joaquín Kaspar KWS Product Manager de maíz y David Merino, KWS Product manager de sorgo.

Frente a unas expectativas de campaña «bastante buenas» porque «se ha sabido controlar la amarillez virosa» como apuntó Javier Fuertes, no se baja la guardia y así lo demuestran los tres ensayos presentados. El primero en colaboración con AIMCRA ya se avanzó en las jornadas de primavera, «al prohibirse los neonicotinoides hemos hecho ensayos con una nueva pildoración con productos naturales». De esta forma, se busca proteger a las plantas de la enfermedad amarillez virosa que se transmite por pulgones, «no tienen el efecto del insecticida pero habrá que cosechar y analizar los resultados».

El segundo ensayo se centra en la aplicación del herbicida CONVISO® ONE de Bayer a la remolacha, «el reto está en que producen un poco menos que las variedades normales pero tenemos varias opciones para comprobar cuál da más kilos y sacarla al mercado».

Y en el tercer grupo de ensayo se trabaja con variedades especialmente tolerantes a la enfermedad Cercospora que destruye la hoja. En este sentido, Fuertes se mostró crítico con las prohibiciones que marca la Unión Europea «hemos perdido casi el 80% de los fungicidas para aplicar en esta enfermedad (amarillez virosa) y casi 80% de insecticidas. Al agricultor no le quedan herramientas para luchar contra esas plagas y la solución es buscar variedades más resistentes».

En tres grupos los asistentes rotaron por las tres postas de remolacha, maíz y sorgo

Por su parte, Joaquín Kaspar presentó dos proyectos de híbridos de maíz, KWS Hypólito y KWS Lusitano que vienen a completar la oferta de variedades que ofrecen junto a KWS Inteligens, KWS Selecto y KWS Mikaelo. El Product manager de KWS maíz indicó que «hoy somos la cuarta empresa en market share de maíz y al tener ahora un equipo completo de híbridos, esto nos permite cubrir la demanda de alternativa del agricultor para su negocio». Al éxito del lanzamiento hace cuatro años de la variedad KWS Inteligens «hoy es la principal variedad vendida» se han ido sumando el resto de opciones que además se aprovecha como maíz rastrojero en otras zonas del país como Cataluña o Aragón.

Y en cuanto al sorgo, el quinto cereal más cultivado del mundo según la organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los asistentes a este encuentro conocieron de primera mano las nueve variedades de ensayo con las que experimenta KWS porque «el sorgo forrajero y el sorgo en grano es un cultivo de futuro en España», resumió David Merino.

Sus múltiples aplicaciones facilitan la salida al mercado de este producto porque se puede emplear en forraje para animales, grano para pienso y también para alimentación humana (tortas, galletas) « incluso se ha llegado a hacer cerveza de sorgo». La rusticidad de este cereal y su capacidad para aguantar periodos de sequía hacen de esta planta una opción viable para un primer cultivo. «Me han contado unos agricultores que buscaban poder meter otro cultivo más en la rotación y creemos que el sorgo podría entrar», comentó.

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