Wamba y su legado de huesos
Valladolid secreta ·
El osario más grande de España tanto en ubicación como en número de restos contabilzados, se encuentra en esta pequeña localidad vallisoletanaSecciones
Servicios
Destacamos
Valladolid secreta ·
El osario más grande de España tanto en ubicación como en número de restos contabilzados, se encuentra en esta pequeña localidad vallisoletanaLa estampa impacta. Una estancia de seis metros por cuatro y un montón de huesos (tibias, fémures y calaveras) apilados contra las paredes de una habitación con bóveda de cañón apuntado en la iglesia de Wamba. Eso sí, María Q., la encargada de ... mostrar a los visitantes tanto el osario como la iglesia, lo tiene claro: «Se impresionan mucho más los adultos que los niños. Mucha gente mayor no quiere ni entrar. Los niños y los adolescentes entran volando».
En total se ha contabilizado que los huesos pertenecen a unas 2.500-3.000 personas. Todos son «restos mortales de gente del lugar», puntualiza María, ya que una antigua hipótesis apuntaba a que los huesos pertenecían a frailes. «Se ha visto que hay cráneos de mujeres, niños y hombres», continúa. De hecho, aunque sin conocer su origen a ciencia cierta, lo más probable es que procedan de los fallecidos en la encomienda de Castilla y León, es decir, del Órbigo hasta Salamanca.
Su origen apunta al vaciado de un cementerio. Los enterramientos, durante la Edad Media, se realizaban alrededor de los monasterios y, cuando faltaba espacio, sacaban los restos de las fosas para reutilizarlas, por eso amontonaban los huesos. Más en una época en la que la peste asolaba la zona. Para los frailes el lugar servía para reflexionar sobre la muerte. En su día, se podía leer un epitafio que decía 'como te ves, yo me vi. Como me ves, me verás. Todo acaba en esto aquí piénsalo y no pecarás'.
Y entre estos miles de huesos, algún hallazgo curioso. Siempre llaman la atención, sobre todo, dos calaveras. «Yo siempre hablo de 'el risueño', en cuanto lo digo comienzan a hacerle fotos. También hay otra a la que se le pueden ver todos los dientes», comenta María. La colocación de los huesos es un auténtico puzzle. Un sistema medido para que nada se mueva, para que todo encaje, todo un monumento al 'horror vacui'.
Durante los años cincuenta se expolió el osario con mucha frecuencia. Estudiantes de medicina iban a Wamba a por los restos. Uno de los que más se llevó fue el Doctor Gregorio Marañón. «A mí me contaba mi abuela que se habían llevado unos tres camiones», cuenta María. Y añade: «Todavía siguen en la Complutense porque ha venido gente de visita que me ha comentado que ha estudiado con los cráneos del osario de Wamba». De hecho, según quién pudo ver aquella estancia antes del expolio afirma que los huesos cubrían la bóveda. Pero aquello tuvo un lado positivo, al llevárselos para estudiarlos pudieron catalogarlos y datarlos entre los siglos XIV y XVII.
Los osarios no son muy frecuentes en España, pero sí lo son en el país vecino, Portugal, así como la decoración de templos con huesos. Algunos ejemplos son: la capilla de los huesos en Alcantarilha, el osario de la Iglesia do Carmo, en Faro y puede que la más conocida, la capella dos ossos, en Evora. A lo largo y ancho del mundo también se esconden algunas capillas de huesos como la de Sedlec en la República Checa, Santa Maria della Concezione dei Cappuccini en Roma, Italia, de las calaveras de Czermna , Polonia, sala de los huesos de San Bernardino alle ossa en Milán, Italia y las catacumbas de París.
A pesar de la expectación turística que despierta el osario, María recalca que lo realmente importante y trascendente en Wamba, por su valor cultural es la iglesia. «El osario no deja de ser una curiosidad», afirma.
Y otra curiosidad, Herminia y Rafael, concursantes del mítico Un, Dos, Tres (Programa 28 de febrero de 1992) ganaron pasar una noche en el osario de Wamba. Antes habían desechado, un apartamento en Torrevieja y una cifra en metálico de 500.000 pesetas. Allá por el año 2010, el alcalde de la localidad recordaba lo que había supuesto este premio en el popular concurso televisivo. «Tuvo bastante repercusión, a raíz de aquello se notó que vino más gente que preguntaban por los huesos que habían salido en el 'Un, dos, tres'», aseguraba, José Luis Álvarez, en las páginas de El Norte de Castilla.
Hasta aquel momento eran los wambeños los que cuidaban del osario sin saber que esta «curiosidad» se podía convertir en un filón turístico.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.