Villanubla revive los oficios de antaño

El consistorio nublense, organizador de esta feria, en su XX edición, decidió poner un énfasis especial en la ambientación histórica, con el objetivo de mostrar cómo se vivía y trabajaba antaño, cuando todos los oficios exigían una gran destreza manual. El éxito de este evento no solo radica en la ambientación, sino en la ilusión de los figurantes, quienes se ataviaron como sus antepasados y se metieron de lleno en sus papeles, reproduciendo con exactitud las técnicas y herramientas de oficios ya casi desaparecidos. Cada uno de ellos estudió los detalles de estas antiguas profesiones para asegurar que la feria ofreciera una experiencia inmersiva y realista.

Allí estaba el zapatero, el carpintero, el herrero, la modista o el fabricante de adobes, que se afanaba por mezclar el barro y la paja mientras muchos curiosos se agolpaban en su taller. También se vio varear la lana de los colchones y cómo era la escuela de la época, con profesores y alumnos que daban clase y escribían con las plumillas y los pizarrines. «Es una jornada muy especial para todos los vecinos de Villanubla y uno de los días más importantes del año. Con esta feria arrancamos las fiestas de la Virgen de Gracia y es increíble ver a todo el pueblo unido, grandes y pequeños, para que todo salga a la perfección», destacó Miguel Ángel de la Fuente, concejal de Festejos y que hacía las veces de cantero.

El alfarero profesional de Portillo, Juan Laguna, llevó también su torno para mostrar las técnicas de su oficio. Una exposición de bicicletas antiguas perteneciente al vecino Miguel Ángel Manrique, también causó sensación en la calle Mayor, lo mismo que el tiovivo, los juegos tradicionales gigantes o la recreación del famoso Tren Burra.