Villafrechós rescata la memoria del oficio de carpintero de pueblo

En la inauguración de este miércoles festivo, decenas de vecinos pasaron por la calle Torreón para acercarse al más de medio millar de piezas de madera expuestas en dos locales de dos alturas que, calentados por el agradable fuego de dos hogares, destacan por su bella construcción con techos de vigas de madera y amplios arcos de herradura de nueva construcción.

Muchas de las obras de Martín están realizadas con la madera de vigas antiguas de derribo de pino o de roble, que iban a servir de leña y que se han convertido en muebles y enseres útiles, como botelleros, espejos, jamoneros, cantareros, percheros o una gran mesa que destaca por sus bellos pies tallados. Unos muebles que se realizan con las técnicas de hace cientos de años, con encajetados, colas de milano y espigas de madera, «en una carpintería de armar que dura para siempre», según expresó Aritx, quien indicó que «la gente ahora sabe apreciar cada vez más este tipo de trabajo artesanal, en el que los agujeros de clavos y las grietas son un valor añadido».

Junto a las piezas realizadas por Aritx, se encuentran algunos pirograbados, piezas pintadas o adornos calados que ha hecho su esposa, Laura Fernández, quien desde hace tiempo se ha incorporado al oficio. La idea es que el matrimonio abra durante 2024 una tienda en Villafrechós en la que poder ofrecer durante todo el año sus creaciones y restauraciones, entre las que tienen más de medio millar de puertas y ventanas, así como las antigüedades. La actual feria es la primera vez que se hace en fechas cercanas a la Navidad con el objeto de mostrar trabajos como pequeños arbolitos navideños, angelitos o figuras torneadas, buscando también que alguien encuentre entre las piezas expuestas algún regalo para las próximas fiestas.

Una de las piezas que destaca en la exposición es un cofre, del que Aritx explica a los visitantes que formó parte del atrezo de la las series televisivas Toledo y Águila Roja, ya que algunas veces las productoras «te alquilan algún objeto o te piden que los reproduzcas», en palabras del carpintero, quien recuerda que también han colaborado con Joaquín Díaz en el montaje de alguna de sus exposiciones.

Ese afán de reciclar y reutilizar las vigas lleva consigo un arduo trabajo con el traslado de las vigas al taller, la extracción de los clavos, el sacar los tablones o el tratamiento con frío para eliminar la carcoma, ante de que se puedan utilizar. En ese dar una segunda vida a la madera en distintos objetos de uso cotidiano, destacan unas sillas y una mesa realizadas con las duelas y el fondo de una gran cuba de vino que estuvo en la bodega del lugar donde está la feria, recuerdo de que una vez allí se hizo vino. A sus 42 años, a Aritx le gusta que le asocien a la imagen del carpintero de otros tiempos, que «tan pronto hacía la estructura de una casa o arreglaba unas puertas trasera como tallaba la escultura de la Virgen o de algún santo». Pero también poder tallar en un viejo tronco de negrillo unos pájaros que están picando unos racimos de uvas, que el visitante mira con sorpresa.

Entre tanto objeto, pasa desapercibido un pequeño monje, primera escultura en madera que Aritx hizo a los 15 años, «cuando ya veía una rama y pensaba qué podía tallar en ella», como a su padre, Jesús Martín, siempre le gusta recordar, del que se exponen algunas piezas realizadas en forja. También se muestran un buen número de antigüedades y piezas de coleccionismo, como una cocina hecha en hierro fundido de casa Godin del siglo XIX, un antiguo breguil para amasar el pan o el molino de granito para cacao y azúcar de la casa de la familia Cubero de confiteros de la localidad.

La muestra, con las siempre interesante explicaciones de Aritx Martín, se pude visitar hasta el domingo, en horario de 11 a 14 y de 16 a 20 horas. No cabe duda de que el visitante al pasear por las piezas expuestas acertará a conocer la mejor tradición carpintera de Tierra de Campos.