Los pueblos necesitan a lo largo del año organizar actividades que sirvan para dinamizar su vida social, a la vez que ser acicate de desarrollo local de algunos establecimientos con la llegada de visitantes, pero también como motivo para que los que se fueron regresen ... propiciando el siempre grato encuentro de amigos y familiares en un ambiente festivo. Algo que ha sucedido este fin de semana en Villabrágima, que ha vuelto a vivir su cita más importante con la gastronomía con la celebración de la Feria del Pincho, que, en su décimo quinta edición, ha vuelto a destacar por la cuidada elaboración de sus pinchos, que han hecho las delicias de los cientos de participantes que han llenado los bares de la localidad.
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El bar Chule ofreció un pincho de chipirón a la plancha con verduritas, coral de perejil y alioli en su tinta; el bar New Palace elaboró una tapa de pollo con crema de champiñón y oreja con salsa de aguacate; el bar Ursi preparó una masa de hojaldre con crema de bacalao con salsas de aceite de perejil y de pimiento de piquillo; la churrería Eyma ofreció una gran mezcla de sabores de patata asada, manzana, nuez moscada, mantequilla, filete de solomillo de cerdo, mermelada de higo, hijo rebozado en panko y hojita rebozada de remolacha deshidratada; y la cervecería La Judería cocinó un canelón relleno de cremosa mezcla de langostinos, atún y cangrejo con crujiente cobertura de tempura y bañado con crema de mejillones.
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A estos bares, se unió el bar Felisín, que volvió abrir para la ocasión con un pincho de gran singularidad de gallina guiada en pepitoria con su caldo y su relleno. La idea de este establecimiento es abrir en determinadas fechas, a la vez que dar servicios especiales y comidas por encargo, en palabras de Ana Cebrián, quien tomó el relevo de su padre, Félix Cebrián, después de casi cuatro décadas de ofrecer los mejores platos de mejor cocina casera de renombre comarcal.
El teniente de alcalde, Eduardo Sahagún, señaló «la gran implicación de todos los bares participantes con pinchos de gran elaboración», a los que dio las gracias y la enhorabuena. Además aplaudió la iniciativa por lo que tiene de «dinamización de la vida del pueblo en un mes como el de noviembre, en el que hay poco». Entre los cientos de visitantes estaba el joven riosecano Víctor Furones, que, junto a un grupo de amigos, no faltó, un año más, a una feria de la que destacó la gran elaboración de los pinchos, que «se ve que son especiales, muy elaborados», a la vez que señaló «la importancia de que haya este tipo de iniciativas que ayuden a dinamizar la comarca». El propietario del bar Chule, Pedro Espeso, manifestó que «la feria se ha consolidado, atrayendo a gran número de visitantes en una cita muy esperada en toda la comarca.
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A todos los clientes de la feria se les entregó un boleto para participar en el sorteo de un lote de productos cárnicos de la localidad, que se celebró al finalizar la feria. Mientras que los organizadores señalaron que la feria se ha consolidado como cita importante de la comarca, los participantes han coincidido en la cuidada elaboración de los pinchos. La próxima cita de Villabrágima con la gastronomía y con su mejor tradición será el 6 de diciembre con la celebración de la Fiesta de la Matanza, en la que su recaudación irá destinada a los damnificados por la DANA de Valencia.
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