Pedrajas de San Esteban
Vidas cruzadas más allá de los noventa años y un homenaje común
Pedrajas de San Esteban dedicó la jornada del jueves, 'segundo día de Pascua' y festividad local de San Esteban Protomártir, a las personas mayores del municipio como ya es costumbre desde hace más de cuatro décadas. Una cita en la que, como es tradición, no ... faltó una misa de acción de gracias, acompañada por el Coro Navideño interpretando la centenaria Misa Pastorela, tras la cual tuvo lugar el 'homenaje a la vida' con el que cada año la Corporación municipal, con el regidor Alfonso Romo Martín a la cabeza, reconoce a los vecinos más longevos, quienes por orden cronológico aún no lo han recibido, haciéndoles entrega de una placa conmemorativa y un ramo de flores.
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Homenaje que tuvo como protagonista en el apartado de hombre de mayor edad a Ángel Concejo Husillo, que va camino de los 91 años. Natural de la localidad palentina de Venta de Baños, Ángel llegó a la villa piñonera en 1958 para trabajar como peón agrícola, oficio al que se dedicó hasta su jubilación, en la finca conocida como La Dehesa, propiedad de Hilario de la Fuente, junto a su esposa, la también palentina Esperanza Vallejo Herrero, de la que enviudó hace cuatro años y con la que tuvo dos hijos: Jesús, de profesión agricultor, y Carmen, profesional de medicina familiar, que le han brindado dos nietos.
Como mujer de mayor edad, la homenajeada fue Julia Cándida Mate García, pedrajera de nacimiento que a sus 94 años vive en la residencia de la tercera edad Hogar Betania, quien tras tomar votos en su juventud y entregarse a Dios como religiosa de la orden benedictina en el monasterio zamorano de la Ascensión, donde llegó a ser maestra de novicias. Después colgó los hábitos y, de vuelta a su pueblo natal, contrajo nupcias, sin llegar a tener descendencia, con el piñonero Agustín Andrés Domínguez, del que enviudo en agosto de 2006. Pese no tener hijos, 'Julita', como todos los vecinos la conocen, en este día tan especial estuvo arropada por sus cuñadas, sobrinos y sobrinos nietos, dos de los cuales ayudaron durante la misa como monaguillos.
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Por último, como matrimonio de mayor edad, si bien el acto en su honor tuvo lugar en su domicilio, al que se trasladó la Corporación municipal, por los problemas de salud que adolecen, los homenajeados fueron Jesús y Maura. Jesús González Capa, de profesión carpintero hasta que se jubiló, nació en Olmedo, se crió en Íscar y vive en Pedrajas de San Esteban desde 1956, cuando contrajo matrimonio con la mondadora pedrajera Maura Arranz Andrés. Nacidos ambos en 1933, contrajeron matrimonio un 17 de noviembre de 1956 y fruto de éste nacieron cinco hijos: Jesús Fidel, María Agustina, Javier, Rosa Ana y Juan Carlos, quienes a su vez les han dado la alegría de disfrutar de siete nietos y varios biznietos.
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Curiosamente, entre los cuatro homenajeados hay dos circunstancias comunes: la primera es que son prácticamente casi vecinos y la segunda es que una hermana de Jesús fue durante años compañera de vida monacal de Julia.
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