Trampantojo sobre el altar mayor de la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora L. Negro
Valladolid

Ventosa de la Cuesta quiere que reconozcan el trampantojo de su altar mayor como BIC

Este tesoro arquitectónico es el lugar del descanso eterno de Alonso Berruguete, que en año 1559 adquirió la villa y falleció allí dos años después

Laura Negro

Valladolid

Lunes, 1 de abril 2024, 00:14

La iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Ventosa de la Cuesta guarda en su interior dos grandes secretos. Este tesoro arquitectónico es el lugar del descanso eterno de Alonso Berruguete, que en año 1559 adquirió la villa y falleció allí dos años después. ... Se desconoce la ubicación exacta de su tumba, pues las losas sepulcrales carecen de inscripciones, sin embargo, los registros históricos de la iglesia atestiguan que allí está su enterramiento. Pero más allá de la historia del genial pintor y escultor del siglo XVI, este templo ventosero alberga un tesoro único en toda España que estos días se puede contemplar. Se trata de un trampantojo excepcional. Uno de los únicos tres monumentos entelados de estas características y dimensiones que actualmente existen en España (lo otros están en Navarra y País Vasco), y ninguno de ellos posee la particularidad del doble lienzo como el de Ventosa de la Cuesta.

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Esta gran obra textil y pictórica es una manifestación única de arte sacro que se sumerge en el terreno de lo ilusorio. Mientras que en la mayoría de las iglesias colocan las telas el Jueves Santo para tapar los altares como símbolo de austeridad y recogimiento, en esta localidad, los vecinos lo cuelgan ante el altar mayor una semana antes de la Pasión y lo mantienen durante la semana posterior al Domingo de Resurrección.

Este monumento entelado se compone de dos lienzos cuyas imágenes están diseñadas para jugar con la mente del observador. El primer lienzo representa, con detalles muy precisos, la puerta de entrada al palacio de Poncio Pilato, con un arco principal, dos puertas laterales y una balaustrada que corona la fachada. El segundo lienzo se convierte en el cielo celestial, con nubes y querubines cuyas flechas apuntan al sagrario y hasta con unas escaleras que parecen tan reales que parecen invitar al espectador a emprender un viaje hacia lo trascendental.

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El genio detrás de esta maravilla fue el maestro Andrés Gerbolés, un escenógrafo, decorador y pintor vallisoletano, que lo creó en 1893. Tiene una altura de 8 metros y en los antiguos libros de fábrica de la iglesia ya consta que antaño los sacristanes cobraban un plus por montarle cada Semana Santa. Y es que, su colocación no es sencilla. Se necesita la colaboración de entre 8 y 10 vecinos del pueblo y dos horas de dedicación para que todo resulte perfecto y no se dañe la tela.

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Detalle de cómo queda suspendido el trampantojo de la bóveda de la iglesia L. Negro

A pesar de su incalculable valor artístico, esta gran pieza está sufriendo los avatares del tiempo. Desde el ayuntamiento encabezado por su alcaldesa María Luisa Escalante, se está tratando que este trampantojo sea declarado como Bien de Interés Cultural, y solicita la colaboración de la Junta de Castilla y León para que sea restaurado con el fin de preservarlo. «Hubo un tiempo en el que no se ponía. No se apreciaba su valor artístico y permaneció casi en el olvido. Hace unas décadas, un nuevo párroco que llegó al municipio, nos hizo ver su valía y se empezó a colocar de nuevo en el altar. Es algo precioso y único que no vamos a permitir que se pierda», explica Escalante. «Para colgarlo hay que subirse a la cúpula, se tiran unas cuerdas y otras personas lo atan desde abajo. Poco a poco se va izando. Para los mayores del pueblo es una tarea cada vez más dificultosa y por ello, los jóvenes se están implicando en su colocación y también en su retirada. El problema es que está tan dañado que cada año se desgarra la tela un poquito más», añade esta regidora que afirma que ha llamado a muchas puertas de la administración para intentar que el trampantojo sea restaurado. Indica que siempre ha recibido «buenas palabras», pero no una solución en firme.

Detalle de algunos desgarros que ha sufrido el lienzo del trampantojo ventosero L. Negro

Durante esta semana, hasta el sábado 6 de abril, la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora abre sus puertas al público, ofreciendo la oportunidad de visitar esta emblemática pieza textil. El horario de visita es de 10:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 18:00 horas. Cuando los vecinos voluntarios lo recojan lo enrollarán con mucha delicadeza para el próximo año. «En función de cómo se encuentre evaluaremos la conveniencia de colgarlo o no. Este año lo hemos visto en muy mal estado y si nadie lo remedia, tal vez sea la última vez que lo podamos ver cubriendo el altar. Necesita una reparación urgente. Es algo único en España y la Administración debería hacer todo lo posible por conservarlo. Nuestra iglesia tiene otras muchas necesidades, pero ésta es la que más nos preocupa», remata la regidora.

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